miércoles, diciembre 28, 2016

DIMENSIÓN PARA UNA FILOSOFÍA
 Por: Freddy Ponce Riveros


INTRODUCCIÓN



Parece un despropósito para un lego en estas lides escribir sobre una materia tan densa como es la filosofía, pues ello impone la dificultad de escribir sobre expresiones filosóficas con los prejuicios propios inevitablemente formados en el transcurso de la propia vida y por tanto ello le impone al escrito una dosis de concepciones adquiridas, sobre un tema que tantos autores de tanta sapiencia han escrito.

En primer lugar es necesario establecer que las bases teóricas que instituyen la teoría del conocimiento y del saber, sin duda pueden ser vinculadas con la historia de la filosofía, constituyendo de por si un proceso de investigación que dispone a la acción de develar los distintos  procesos sociales científicos y culturales de la naturaleza humana y en general de la práctica científica de ella en la búsqueda de la verdad desde una concepción filosófica.

Previos trabajos desarrollados sobre Filosofía, se ha señalado oportunamente, la existencia de una definición, que ofrece una asociación apriorística de ella con las expresiones de —búsqueda del conocimiento— y —amor a la sabiduría—. Términos que desde una visión rigurosa, han sido abundantemente precisados y reiterados, en innumerable bibliografía.

La particular reflexión sobre la dimensión filosófica, tanto en el sentido y alcance de ello es por cierto objeto de diferentes problematizaciones desde la visión de las distintas corrientes, como de la toma de conciencia que le da sentido y razón al quehacer filosófico de cada persona.

DESARROLLO
Una visión analítica acerca de la teoría del conocimiento y el saber, requiere conocer la estructura filosófica acerca del pensamiento, el que debe considerar al menos tres niveles tradicionales de estudio, los que pueden ser entendidos como el sustrato verdadero y necesario, en cualquier expresión que dé una explicación plausible sobre el origen del pensamiento, tanto como principio subjetivo como del resultado de sus aplicaciones objetivas. Tales elementos a examinar, son los que constituyen la visión global de la historia de filosofía del hombre a saber son: La Ontología, La Gnoseología y La Axiología.

Así, para precisar las bases culturales, sobre las que se funda el pensamiento de una filosofía particular, implica el desarrollo desde una perspectiva conceptual, de los tres elementos, cuya designación implica lo que podría ser llamado la manifestación de una Filosofía Concreta, cuyos aspectos cognitivos, prácticos, y de similitud con otras ramas de las ciencias, expresan su concepción de tal.

Concretamente, la filosofía supone la definición previa de dos de los conceptos filosóficos, fundamentales que conforman la suma del conocimiento filosófico, conceptos que se mantienen en contradicción uno con el otro; y a saber, son enunciados como: “El Idealismo” y “El Materialismo”. Los que se definen en el marco filosófico de toda noción humana del pensamiento.

Como punto de partida para tal reflexión, se considera como antecedentes previo el que cada hombre en el transcurso de su vida desarrolla una propia e irrebatible concepción filosófica de vida, de sus valores y sus principios los que derivan de una versión propia y particular de la filosofía, asumiendo a partir de ahí visiones consideradas intransferibles ya sea de orden idealistas y/o materialistas.

Consecuentemente existen vertientes del pensamiento, por un lado con una mirada científica y/o materialista que conduce a entender el mundo y la posición del hombre en su contenido social, a través del entendimiento y las circunstancias en que se estructura y por el otro lado la existencia de una corriente de profundo contenido idealista, que acepta a priori la presencia de un arquitecto supremo cuyo contenido da respuesta a todas las inquietudes del hombre.

Así es preciso considerar tres aspectos; a saber:

v  Explicación sobre el contenido de una doctrina filosófica.
v  Aceptación o rechazo de la tesis de que todo es obra de un arquitecto constructor.
v  Definición Filosófica, de las respuesta a preguntas fundamentales que definen aspectos como: ¿qué es la materia, y qué es el espíritu?.

La discusión filosófica que se desprende de estas consideraciones establece una relación de comprensión con la búsqueda del conocimiento, como proposición central, y luego también entender que dado el indiscutible pragmatismo del hombre moderno, lo conduce tal vez estimulado por los alcances conceptuales del mundo moderno, a ser arrastrado más probablemente a una trascendencia Racionalista, en su enfrentamiento con el mundo social en las diversas vertientes sociales y políticas.

El quehacer filosófico como auténtica relación praxica, aborda el problema del conocimiento permitiendo encontrarse asimismo, con el hacer filosófico y por tanto con el hecho de ser una actividad que se hace en el tiempo, la que inevitablemente está sujeta a una determinación histórica.

EL PROBLEMA FUNDAMENTAL DE LA FILOSOFÍA.
Desde la aparición del hombre sobre la tierra, este se ha atormentado con preguntas sin respuestas, en este orden de cosas las preguntas fundamentales acerca de la filosofía se refieren al porque el origen del mundo, y el universo, así también de la materia, del hombre, de la naturaleza, del alma, de la vida y de la muerte. Y puesto que resulta difícil intentar respuestas concretas, una primera aproximación sobre este particular puede admitir que en la contemporaneidad del hombre el universo existe desde siempre; precisando que la tendencia actual se orienta, en general a sostener que en cierto momento hace unos 15.000 millones de años, existía un huevo primordial super energético que entro en violenta expansión, explicación que supone existencia desde siempre de una materia en estado supercomprimido. Razón por la cual para algunos es más fácil aceptar la proposición de la religión: al señalar que: "El espíritu planeaba encima de las tinieblas y luego se hizo la materia".

IDEALISMO Y MATERIALISMO
La estructura corpórea de los seres humanos está constituida de sustancias materiales, y además posee la capacidad de tener percepciones por medio de sus sentidos; un ejemplo de ello son las percepciones por medio de la vista, del oído, del tacto, del olfato y del gusto. En tanto, no es igualmente evidente que el ser humano tenga un alma, es decir, una sustancia inmaterial que, precisamente por ser inmaterial, no pueda ser objeto de percepciones similares a aquellas de las cuales es objeto el cuerpo. El alma, como sustancia inmaterial desde la visión idealista suele ser denominada equivocadamente “espíritu”.

En acuerdo a la constante búsqueda de la verdad las más de las veces indeterminada y dependiente de la naturaleza cultural del hombre desarrollada por los filósofos, obliga a tomar partido por una u otra de estas formas filosóficas, identificándose con una u otra idea filosófica a través de una expresión en concordancia con la definición que se hace de la materia y del espíritu. Y por cierto de alguna manera dada por la influencia a que se ve sometido el hombre común también opta por una u otra opción.

De la misma manera si alguien se pregunta: ¿en dónde residen los pensamientos?, en verdad lo que se plantea es la relación existente en la formación del pensamiento en el cerebro humano, y de alguna manera define la relación existente entre materia y espíritu. De la misma manera cuando se plantean las relaciones existente entre la voluntad y el poder, siendo el poder lo material, y la voluntad lo inmaterial o lo espiritual; y del mismo modo cuando se plantean las relaciones entre la "conciencia social", y las condiciones materiales de la "existencia social". Vemos así que la cuestión fundamental de la filosofía a las que conducen siempre aquellas preguntas; suelen presentarse bajo los más diversos aspectos y doctrinas. Sin embargo, lo que en verdad cuenta aquí es el modo de plantear dichas relaciones, y aunque abunde la diversidad de doctrinas y puntos de vista; en esta perspectiva es evidente que sólo hay dos respuestas posibles a esas interrogantes:

1   Respuestas basadas en la naturaleza científica
2   Respuestas basadas en una naturaleza no-científica

En la contemporaneidad de estas dos posiciones intelectuales, se puede precisar que el hombre primitivo, por cierto desconocía por completo el mundo que lo rodeaba y además carecía de la intelectualidad que le permitiera formularse tales preguntas y, por ello le atribuía la obligación a la existencia de seres sobrenaturales ante los inexplicables acontecimientos que observaba. A partir de aquí el hombre primitivo se formó la convicción que las funciones de su cuerpo eran habitadas por una entidad (alma) que al morir lo abandonaba. De modo que a partir de estas precarias posiciones no podían constituir lo suficiente para establecer una dimensión global de la filosofía. Aunque al mirar en la perspectiva actual el mundo, tampoco existen respuestas radicales que den respuestas categóricas acerca de la verdad. Y por cierto hoy se puede encontrar más de un filósofo que haya argumentado acerca del ser humano —que no sólo está constituido de materia—, sino que al mismo tiempo también es espíritu, y hasta algunos han hecho la afirmación que el hombre puede ser más espíritu que materia.

Filósofos como Rene Descartes[1] argumentaron que el ser humano puede tener dudas de la existencia de la materia; de ahí que la conclusión que se extraía es que el ser humano no puede ser sólo materia. Y por tanto quien duda de la existencia de la materia es más precisamente, un ser que es solo espíritu, o ser inmaterial que tiene la facultad de ser consciente de objetos materiales, pero también auto-consciente, de sí mismo.

Desde esta particular visión de mundo, surge la idea de la inmortalidad del alma y de una vida espiritual separada del cuerpo y por fuera de la materialidad preexistente. Y en esta medida fueron necesarios siglos para abordar la cuestión, aunque en verdad, ya desde la filosofía griega, y particularmente desde Platón, hace aproximadamente veinticinco siglos se comenzó a oponer materia y pensamiento. Y por supuesto la idea de una vida espiritual después de la muerte, es aún más antigua, en ella se concebía el alma como una expresión de una cierta "inmaterialidad", que no era una forma de pensamiento puro, sino que por el contrario en ella se encontraba la esencia misma del ser. Del mismo modo, el hombre había erigido dioses bajo formas humanas o animales magnificando las capacidades y atributos de éstos, y atribuyéndole un cuerpo material.

Sólo algunos siglos más tarde, cuando la idea de un Dios único sustituyó a la multitud de dioses y de seres divinos, éstos fueron representados bajo formas incorpóreas y espirituales. De ahí proviene la creencia en seres de existencia puramente espiritual y que no necesitaban de un cuerpo o materia para existir. Luego, la cuestión fue planteada por la religión del siguiente modo:

"... ¿acaso el mundo fue creado por Dios, o existió desde siempre?

Así, quienes adoptan una respuesta en favor de un universo creado por Dios, es decir, una actitud no-científica, sostienen que el espíritu ha creado a la materia. A este campo pertenece la filosofía idealista. En otro orden quienes asumen que la naturaleza y la materia constituyen el componente primordial del mundo, se agrupaban bajo los diferentes signos de las escuelas materialistas. En un principio, el idealismo y el materialismo no implicaban otra cosa más que esta diferenciación. Así, el idealismo y el materialismo constituyen dos respuestas antagónicas a la cuestión fundamental de la filosofía. Se puede entonces decir que el idealismo corresponde a la concepción no-científica del mundo, y que el materialismo constituye pues la concepción estrictamente científica.

MATERIA Y ESPÍRITU
En la búsqueda de entender estas dos concepciones en el sentido más concluyente, se debe establecer con toda claridad que el universo conocido en que habita el hombre, se agrupa en dos categorías fundamentales, por un lado la explicación basada en la razón que define el conocimiento desde una visión materialista, aceptando que el origen de todo es la materia —siempre existente—, y cuyo concepto puede a su vez definirse como todo aquello que un hombre logra captar por medio de los sentidos y la percepción, y por el otro aceptar que toda la existencia humana y universal incluida el origen de la materia, ha sido formada a partir de una concepción idealista, que supone que la materia ha sido creada a partir de un creador universal.

Por cierto, la evidente diferenciación de las expresiones filosóficas, tanto en el fondo como en la forma, permiten precisar diversos vocablos y expresiones que intentan ser definidas. Tal es así, que al simbolizar el Espíritu, se haga aprovechando en el más amplio sentido sinonímico, los términos "pensamiento", "alma", "ideas", "conciencia", etc. del mismo modo al referirse a la materia, se conciba en referencia a terminologías tales como "naturaleza", "tierra", "mundo", "ser", etc. Ideas todas que tiene una representación concreta en el mundo real.

A partir de estas precisiones, se puede señalar que los previos trabajos de Ludwig Feuerbach[2], utilizados por Federico Engels[3] proponen la existencia de una clara diferenciación filosófica, al denominar al "Ser Físico", como la materia”, y al “Pensamiento” como el espíritu. Así, en el ánimo es ofrecer un mejor entendimiento sobre todos estos conceptos, y su significado es posible una comprensión de cada término, a partir de los reduccionismos propios del lenguaje del hombre y por ello puede decirse que: El pensamiento es parte de la idea y de la representación que se hace de las cosas. Sobre lo cual cada persona puede tener su muy particular visión.

Georg Hegel[4], en una visión estrictamente racionalista señalaba aquello que parece evidente —el pensamiento, constituye el producto del acto de pensar—, y por extensión un grupo de pensamientos constituye una “Idea”, principio que instala la representación característica de todas las cosas.

De modo, que objetivamente el hombre, es capaz de percibir diferentes cosas por medio de los sentidos, los que son posible de materializar en ideas concretas acerca de disímiles sucesos; y en este sentido diversos grupos de ideas, incluidas aquellas más complejas, tienen una clara dependencia de los sentidos, los que se corresponden con la percepción e imagen que se hace de los objetos materiales establecidos por el conocimiento humano.

En este orden de ideas, se puede precisar que así como existe un grupos de ideas que dependen de los sentidos, también existe otro grupo de ideas que no dependen de los datos suministrados por los sentidos, tal es la idea de Dios, del alma, de la filosofía, del infinito, los que por tanto entonces no poseen como tal un contenido material.

De manera que se puede aseverar que todo lo señalado, sobre la particular posición del hombre en el universo, es que este posee ideas, pensamientos, y sensaciones en tanto siente y ve, y por tanto requiere de desarrollar modelos que expliquen (tal vez desde una visión científica) el comportamiento de los distintos fenómenos, los que al mismo tiempo se sienten en la obligación de comunicar.

LA MANIFESTACIÓN DE LA MATERIA Y DEL SER
La existencia material del hombre puede ser establecida al expresar que todo aquello que se encuentra más allá de sí mismo, se da en llamar "mundo exterior" constituyendo todo aquello que rodea al hombre en su medio en forma concreta. Y por tanto ello, al permitirle tener la percepción de todo cuanto le rodea le da contenido real a su propia existencia.

Un ejemplo concreto, se refiere a lo que se percibe al decir "las hojas de los árboles son verdes"; sé sabe que es verde a través de los sentidos, entendiendo que es la percepción la que suministra ese dato, y en esto consiste la "idea". En cambio, la "materia", es la que constituye la hoja en sí misma, es decir tiene forma y tamaño.

Efectivamente, cuando los filósofos plantean el problema de las relaciones entre la materia y el espíritu, entre la conciencia y el cerebro, entre el ser y el pensamiento; lo hacen pensando en ¿Cuál es el elemento predominante qué aparece en estas relaciones?

DIMENSIÓN RACIONALISTA PARA UNA FILOSOFÍA
En el lenguaje ordinario se denomina racionalista a aquellas personas que evitan toda creencia infundada o superstición y que no reconoce más evidencia que la aportada por la razón. En el contexto de la filosofía el término hace relación a una particular corriente filosófica surgida en el siglo XVII por René Descartes y cuyos máximos exponentes fueron Baruch Spinoza (Ámsterdam, 1632-1677) y G. Wilhelm Leibniz (Leipzig, 1646-1716).

Tradicionalmente se suele contraponer el racionalismo a otro movimiento aparecido paralelamente en Inglaterra, el empirismo de John Locke[5], George Berkeley[6]. y David Hume[7], aunque ambas corrientes mantienen ciertos rasgos generales propios de la modernidad a la que representan.

En la actualidad en la búsqueda de una verdad común, los filósofos se caracterizan por anteponer la gnoseología a toda otra cuestión, por sobre el proceso ontológico, entendiendo que la gnoseología posee un carácter genético, es decir, se investiga el origen, y la génesis de los procesos de conocimiento, cuyo valor de verdad o falsedad es determinado con posterioridad a su origen.

La segunda característica que comparten las corrientes filosóficas de la modernidad consiste en el asumir una postura de claros elementos subjetivos. El hombre se encuentra imposibilitado para conocer directamente la realidad, las cosas en sí, tal y como son. La realidad ha dejado de ser evidente, porque no puede ser conocida más que mediáticamente, a partir de las ideas o representaciones mentales, esto es: a partir de los modelos conceptuales del propio sujeto cognoscente y no del mundo en sí. Así los racionalistas le otorgan un valor extremo a la razón entendida como la facultad que permite buscar y alcanzar la verdad. La Razón es un concepto opuesto a la sensibilidad, experiencia, conocimiento sensoperceptual, y a la fe.

En Materialismo y Empirocriticismo. de Lenin se señala que Marx y Engels negaban la existencia de las cosas en sí (o sea de las cosas fuera de nuestras sensaciones, representaciones, etc.) y su cognoscibilidad admitían una línea de demarcación de principio entre el fenómeno y la cosa en sí, reproduciendo algunas citas tomadas de Feuerbach señalan que "El espiritualismo filosófico moderno se llama a sí mismo idealismo, lanzando al materialismo el siguiente reproche, el materialismo es dogmatismo, es decir, parte del mundo sensible (sinnlichen) como de una verdad objetiva indiscutible (ausgemacht) y la considera como un mundo en sí (an sich), esto es, como existente sin nosotros, siendo así que el mundo no es en realidad más que el producto del espíritu" [8](

EL ATEÍSMO FILOSOFÍA DEL REALISMO MATERIALISTA
La comprensión y entendimiento del concepto de Ateísmo, exige un análisis más profundo del significado histórico del término, al mismo tiempo también la comprensión de sus relaciones con otras diversas posiciones, filosóficas y/o religiosas, a las que se les ha identificado como opuestos, tanto como en otras oportunidades algunas son entendidas como indisolublemente unidas a las diferentes formas de Ateísmo. Y por tanto como toda filosofía, el termino Ateísmo, es lo que es su propia historia.

Entre los siglos XV y XVI, el italiano Pietro Pomponazzi[9] negó la inmortalidad del alma humana al afirmar que el hombre es de naturaleza múltiple y ambigua, múltiple porque incluye tres almas: vegetativa, sensitiva e intelectiva, y ambigua porque ocupa un punto intermedio entre las cosas mortales e inmortales. Contradice a Tomas de Aquino según la cual el alma solo tiene una naturaleza y es absolutamente inmortal, y sólo en algunos aspectos es mortal. Pomponazzi afirma: “no tiene [Tomás de Aquino] duda sobre la inmortalidad del alma porque lo mantienen las Sagradas Escrituras”, pero él sostiene que no es compatible con Aristóteles. En tanto Nicolás Maquiavelo[10] independizó la política de la religión, considerándola solo como un instrumento del poder. Otro italiano, Giordano Bruno[11], fue quemado en la hoguera en el 1600, acusado de ateo por sus tesis panteístas, en las que identificaba a Dios con el uno infinito. En el siglo siguiente, el judío holandés Baruch Spinoza fue acusado de ateísmo por asemejar Dios a la sustancia.

Por fin desde mediados del siglo XIX, el Ateísmo a través del alemán Ludwig Feuerbach logra hacerse más explícito y claro en sus definiciones e incluso militante. Es el quien por medio de la dialéctica hegeliana, concede la primacía a la sensación frente a la razón. Paralelamente invirtió la relación Dios–hombre, al señalar que “No es Dios quien ha creado al hombre a su imagen y semejanza; es el hombre quien ha proyectado sus mejores cualidades sobre la pantalla del concepto de Dios”.

Por otra parte, Carlos Marx[12], en sus tesis sobre Feuerbach, critica que la filosofía se hubiera limitado solo a interpretar el mundo y su realidad en vez de tratar de cambiarlo, de aquí que el estudio de la historia de la filosofía llevó a Marx a concluir sobre las estructuras sociales al decir que ellas construyen muros protectores para evitar el cambio de las relaciones de producción: puntualizando que la religión es el opio, y el consuelo adormecedor del pueblo. Señala Marx “la falla fundamental de todo el materialismo precedente (incluyendo el de Feuerbach) reside en que solo capta la cosa, la realidad, lo sensible, bajo la forma del objeto o de la contemplación, no como actividad humana sensorial, como practica; no de un modo subjetivo. De ahí que en contraposición con el materialismo, el lado activo fuese considerado de un modo abstracto por el idealismo, que no conoce la actividad real, sensorial. Feuerbach aspira a objetos sensibles, realmente distintos de los objetos conceptuales, pero no concibe la actividad humana misma como una actividad objetiva. Por eso, en “la esencia del cristianismo”, solo considera como auténticamente humano el comportamiento teórico, y en cambio la práctica solo la capta y plasma bajo su sucia forma judía de manifestarse. De ahí que no comprenda la importancia de la actividad “revolucionaria”, de la actividad “critico-practica”.[13][14]

Federico Nietzsche[15], desde una postura más existencialista, no proclamó la inexistencia de Dios, sino la muerte de Dios a manos de los hombres, provocando con ello un cambio de valores que prepara la llegada del superhombre.

Ya en el siglo XX, el Ateísmo se expresaría de las más diversas formas. Para el psicoanalista austriaco Sigmund Freud, la religión es una proyección simbólica del subconsciente, en la que Dios ocupa la imagen paterna. Para el positivismo lógico del círculo de Viena, las proposiciones “Dios existe” o “Dios no existe” carecen de sentido, y sobre ellas no es posible emitir juicio alguno. Para Jean–Paul Sartre, el Ateísmo es un presupuesto existencial, necesario a fin de salvar la libertad humana.

Como se ha señalado muy concisamente a partir de las definiciones de idealismo y materialismo y en atención a las inclinaciones pragmáticas del hombre, se puede considerar desde una visión muy general que al Ateísmo se ha entendido como que está constituido por todas aquellas doctrinas o actitudes que niegan toda existencia de Dios. Si se trata meramente de actitudes, resulta un Ateísmo práctico. Si se prescinde totalmente de Dios al formar una teoría sobre el hombre y el universo, se habla de un Ateísmo teórico negativo. Si se niega explícitamente su existencia, como hacen los materialistas, se tratará de un Ateísmo teórico positivo.

Como ha sido definido la trascendencia del materialismo, se evidencia a través del uso de la razón como forma indiscutible de la búsqueda de la verdad, en esta medida el común de las personas que adhiere al materialismo, postula una actitud teórica que niega la existencia de Dios, postura desde la cual se configura un significado preciso, cuya definición es el Ateísmo, vocablo que las más de las veces se asume en un calificativo peyorativo a muchas personas o comunidades, que en nada responden al concepto de ateísmo. Lo cierto es que la historia de la filosofía, propicia una gran diversidad de ideas y pensamientos existentes en las diversas concepciones humanas acerca de la existencia o no de Dios, y al decir de aquellas concepciones idealistas se le otorga a la negación una ambigüedad tal que relativiza toda la estructura teórica del materialismo, al exigirle respuestas más allá del límite de la razón, como es la pregunta de qué ocurre en el segundo anterior a la gran explosión expansiva llamada bigbang, impregnando dicho momento de una elucubración idealista.

Por cierto el Ateísmo debe distinguirse de otras doctrinas que a menudo se enmascaran entre ellas como es el Agnosticismo y el Escepticismo. Pues algunos pensadores parten de la hipótesis que no niegan ni afirman la existencia de Dios, pues consideran que no es posible llegar a ninguna conclusión acerca de su existencia teórica o práctica.

Y es en esta medida posible que una persona común pueda preguntarse si existe una visión intermedia entre el idealismo y el materialismo a la que se podría llamar una Tercera Filosofía. Sobre el particular algunos pensadores afirman que “la cosa en si” debe ser siempre objeto de la experiencia, del mismo modo que otros niegan la posibilidad de conocer cualquier verdad –son los escépticos– y por consiguiente niegan la posibilidad de conocer la existencia de Dios.

LA TERCERA FILOSOFÍA
Como se ha visto desde las más diversas visiones humanas, se genera gran diversidad de doctrinas filosóficas, que como se ha dicho pueden resumirse en las dos grandes corrientes ya señaladas: Idealismo y Materialismo. Y por cierto los argumentos a favor del materialismo, resultan ser sumamente convincentes, y por ello mismo, se puede decir que el materialismo es el camino que conduce a definir la filosofía de la razón. Sin embargo, para el entendimiento humano el conocimiento y explicación de las cosas no parece ser tan sencillas como parece, pues porque los pensadores no presentan sus ideas de un modo directo y franco como lo hacía el obispo George Berkeley

Por ello si se ha de pensar que es posible una posición intermedia o Tercera Filosofía como ha sido denominada con anterioridad, la teoría se debe a fundadores como Hume (1711 -1776) y Kant (1724-1804), que surge de un esfuerzo por conciliar las distintas posiciones doctrinales del materialismo y del idealismo. Vladimir Ilich (Lenin)[16], en su obra Materialismo y Empirocriticismo ilustra algunos aspectos del pensamiento de Hume: en sus Investigaciones sobre el entendimiento humano

"Se puede considerar evidente que los hombres son propensos, por instinto o predisposición natural, a fiarse de sus sentidos y que, sin el menor razonamiento, o incluso antes de recurrir al razonamiento, siempre suponemos la existencia de un mundo exterior (external universe), que no depende de nuestra percepción y que existiría aun cuando desapareciésemos o fuésemos destruidos nosotros y todos los otros seres dotados de sensibilidad. Incluso los animales están guiados por una opinión de este género y conservan esta fe en los objetos exteriores en todos sus pensamientos, designios y acciones”.[17]

ARGUMENTOS PARA LA EXISTENCIA DE UNA TERCERA FILOSOFÍA
Hacia el año 1700, las posiciones sobre las distintas posiciones filosóficas ya estaban claramente delimitadas. Por un lado, los filósofos materialistas sostenían que la materia existía con independencia respecto de las ideas y el pensamiento, y por el otro, los filósofos idealistas, cuyo representante más destacado era el obispo Berkeley, negaban toda existencia objetiva a la materia, y sostenían que ésta era una creación del espíritu.

Con posterioridad un grupo de pensadores se propone conciliar e intermediar entre ambas posiciones, y establece lo que puede ser llamado una Tercera Filosofía, provocando una suerte de confusión entre los defensores de ambas filosofías.

De modo que los argumentos para la existencia de una Tercera Filosofía, que podría ser conocida como el Agnosticismo, se desarrollan con posterioridad a Berkeley, quien sostiene que la responsabilidad de todo conocimiento, no es posible de conocer la verdadera naturaleza de las cosas y de la materia, ya que sólo se accede a sus apariencias. De ahí su nombre: Agnosticismo (del griego a partícula negativa, y gnosis- conocimiento, que alude en este caso a la incapacidad de conocer). Según los filósofos agnósticos, nunca se sabrá con absoluta certeza si el espíritu o la materia existen por sí mismas, porque sólo se conoce de ellas sus apariencias.

Por otra parte, las doctrinas que afirman la existencia de Dios han dado lugar a tres posturas básicas: el teísmo, característico de las religiones monoteístas, afirma la existencia de un Dios único, personal y trascendente; el panteísmo identifica a Dios con el todo; el deísmo cree en un Dios que ha creado el mundo y le ha dado sus leyes, pero que no interviene en el acontecer posterior a la creación y del que no es posible conocer nada. Panteístas y deístas, sin embargo, han sido frecuentemente acusados de ateísmo por los teístas.

Así pues, el ateo se diferencia del agnóstico en que no admite siquiera la mera posibilidad de la existencia de Dios, y del escéptico en que, aunque niegue a Dios, sí admite la posibilidad de conocimiento.

Ateísmo y panteísmo, ciertamente, comparten la noción de la no existencia de un Dios trascendente. El panteísmo, sin embargo, en su variante más común, no tiende a definir la naturaleza del todo, ni considera que su naturaleza última haya de ser necesariamente material, sino que a menudo le atribuye un carácter espiritual. En este sentido, pues, el ateísmo y el panteísmo difieren, pero no es menos cierto que desde el punto de vista teísta resulta justificada su asimilación, pues ambos rechazan la noción de un Dios personal creador del mundo. Mucho menos lógico parece que puedan ser considerados como ateos los deístas, que admiten explícitamente la existencia de un Dios supremo conocido por la razón, aunque prescindan de cualquier elemento sobrenatural y nieguen su comunicación con los hombres.

El concepto de ateísmo, en suma, sólo adquiere significado cabal en cuanto opuesto a determinada doctrina y a un concepto específico de la divinidad. En último extremo, ante la imposibilidad de precisar un concepto de dios común a todas las religiones, suelen ser cuestiones no estrictamente relacionadas con la existencia o no de una realidad superior –como la no creencia en la inmortalidad personal– las que hacen que una persona sea considerada atea.

En esta medida el Agnosticismo (del griego a = no y gnosis = conocimiento) se define como una postura religiosa o filosófica referente a la religión, de acuerdo a la cual la existencia o no de un dios o una mitología de deidades, es desconocida y por lo mismo irrelevante. En algunas versiones (agnosticismo débil) esta falta de certeza o conocimientos es una postura personal relacionada con el escepticismo.

En otras versiones (agnosticismo fuerte) se afirma que el conocimiento sobre la existencia o no de seres superiores no sólo no ha sido alcanzado sino que no es alcanzable. Finalmente hay versiones (apateismo) en las cuales se afirma que la existencia o no de seres superiores no sólo no es conocida sino que es irrelevante o superflua.

En general los agnósticos consideran que las religiones, si bien no son una parte esencial de la condición humana, sí lo son de la cultura y de la historia humana.

Quienes profesan agnosticismo no son necesariamente antirreligiosos, siendo respetuosos de todas las creencias que proceden de una reflexión individual y honesta, y no de un interés egoísta, de la desesperación o de la presión del entorno. El agnóstico entiende la fe sólo como una opción personal de cada individuo, que él no comparte.

Sin embargo, se trataba de una mera ilusión, una apariencia, es decir, una idea o representación falsa de una cosa que no se corresponde con la realidad. Mientras los idealistas disputan con los materialistas respecto de la existencia objetiva o subjetiva de la materia, los agnósticos sostienen que nada de esto puede conocerse con certeza, pues sólo se puede conocer sus apariencias. Los sentidos; sostienen que los agnósticos, pueden conocer las cosas, sus aspectos externos, sus apariencias. Sin embargo, lo que es en verdad incognoscible, lo que no puede llegar a ser traducido por el conocimiento, y que es independiente de las representaciones, y que posee una realidad propia, es precisamente lo que llama "la cosa en sí".

CONSECUENCIAS DE ESTA TEORÍA FILOSÓFICA
Sin duda el agnosticismo, constituye una teoría filosófica muy seductora, y a la vez, ampliamente difundida en los actuales días. La teoría ha ejercido su influjo en muchas escuelas, filosóficas, y su impacto se ha hecho sentir en aquellas, filosofías que han decidido permanecer neutrales respecto de estos problemas, y mantener, más bien, una cierta reserva respecto de la ciencia. A pesar de que muchas personas los acusan de ateos, su cómoda posición de igual manera les exige dar explicaciones sobre sus creencias. Y en tanto entonces si es imposible conocer la verdadera naturaleza de las cosas, tal como lo afirman los agnósticos, y si el conocimiento queda restringido a la mencionada apariencia de las cosas; entonces no será posible definir allí su existencia objetiva, y aún menos, saber si las cosas existen por sí mismas.

Así, la argumentación agnosticista apenas difieren de los argumentos, Idealistas, pues no existe mayor diferencia entre la existencia objetiva de las cosas y dudar de ello. El agnóstico establece una diferencia entre las cosas, y la "cosa en sí". Ahora el estudio de la llamada "cosa, resulta porque no sólo se trata de la ciencia, sino de ¡deas que residen en el pensamiento, mientras que el estudio o el conocimiento de la "cosa en sí" resulta imposible ya que no se puede conocer lo que existe por fuera nosotros mismos.

Las consecuencias que se puede extraer de estas afirmaciones son las siguientes: para el agnóstico, el estudio y la constitución de la ciencia es posible, y para ello, es necesario erradicar de la naturaleza a toda intervención de lo sobrenatural; y en este punto, el agnosticismo se acerca a las tesis materialistas. Sin embargo, agrega allí que la solo provee el conocimiento de las apariencias, y que esto no implica necesariamente que la materia exista o no exista, o bien que Dios no exista. Antes bien, el entendimiento humano jamás podrá determinarlo con certeza.

Y si acaso existen otros medios para acceder al conocimiento de la "cosa en sí", como por ejemplo, la fe religiosa, el agnóstico no desea saberlo, ni considera que pueda ejercerse algún derecho a ello. Así, en lo que concierne a la ciencia y a la vida práctica, el agnóstico es un materialista; pero se trata de un materialista que se muestra renuente a asumir su filosofía, y que al mismo tiempo no quiere polemizar con los idealistas, ni tampoco enfrentarse a las religiones, y por ello, se trata de un “avergonzado materialista”.

Como consecuencia, el alcance de las proposiciones científicas, y no viendo en ellas sino a unas meras apariencias; el agnosticismo propone no tomar en cuenta el contenido de verdad de las ciencias, y que por lo mismo, toda tarea de conocimiento es inútil, y en consecuencia, se debe renunciar a toda forma de progreso.

A MODO DE CONCLUSIÓN
Por cierto una gran conclusión es que la historia de la filosofía, pone al hombre en la posición de asumir las mas diversas posiciones teóricas, en la búsquedas de su propia verdad, intentando respuestas a las preguntas que indagan sobre las grandes inquietudes y lo hacen tanto desde la visión idealista como de la materialistas, desde donde organizan su vida y creencias unos desde la materialidad y la razón dan respuestas a sus inquietudes, como el idealismo y su hipótesis del gran constructor de igual modo da respuesta a su necesidad de saber.

En tanto resulta de gran dificultad y atrevimiento poder decir cuál es exactamente la posición de una persona sobre todo cuando frente al enfrentamiento con su último día algunos se afrontan al miedo y vuelven sobre la fe, que invoca la existencia de un dios y explica la cosa en si a través de un dios providente creador un arquitecto del destino de los hombres. El idealismo en tanto no requiere de especular sobre la teorización de sus ideas solo acepta propiamente la existencia de ese dios creador basado en un dogma de ser el creador de la materia

En este sentido uno puede aceptar a Feuerbach en tanto que el “sentimiento religioso” es un producto social necesario para los individuos de una sociedad que requiere de explicaciones fáciles de digerir y que el individuo en abstracto analiza como perteneciente a una determinada forma de sociedad y cultura.

Por tanto es necesario señalar que toda vida social, donde participa el hombre con sus ideas y pensamientos aprendidos desde su niñez es esencialmente práctica y repetición. Todos los misterios encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica.

Lo máximo a que puede llegar el materialismo contemplativo aquel que no concibe lo sensorial como actividad practica es a contemplar a los individuos sueltos y a la sociedad civil.

El punto de vista del materialismo es la sociedad humana o la humanidad social. Por ello como un punto final de encuentro en la teoría y práctica social Los filósofos y pensadores que se limitaron a interpretar el mundo; al estilo de Marx de lo que realmente se trata es de transformarlo en la idea de un hombre capaz de actuar basado en la razón para interpretar y conocer las respuestas necesaria para una vida social en comunidad.

Freddy Ponce





[1]Feuerbach ( Landshut, Alemania, 28 de julio de 1804 – Rechenberg, Alemania, 13 de septiembre de1872) filósofo alemán, antropólogo, biólogo y critico de la religión. Es considerado el padre intelectual del humanismo ateo contemporáneo, también denominado ateísmo antropológico. Para él la inmortalidad es una creación humana y constituye el germen básico de la antropología de la religión.
[3] Friedrich Engels, ( Barmen-Elberfeld, Prusia; 28 de noviembre de 1820-Londres;5 de agosto de 1895), fue filósofo y revolucionario alemán. Amigo y colaborador de Karl Marx, fue coautor con él de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos socialista, comunista y sindical. (Fuente: Wikipedia)
[4]Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770–Berlín, 14 de noviembre de 1831) fue  filósofo alemán. Recibió su formación en el seminario de la Iglesia Protestante en Wurtemberg, donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Le fascinaron las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución Francesa, la cual acabó rechazando cuando esta cayó en manos del terror jacobino. Murió víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831.(Fuente:Wikipedia)
[5]John Locke (Wrington, Somerset, 29 de agosto de 1632- Essex, 28 de octubre de 1704) fue filósofo y médico inglés considerado como uno de los más influyentes pensadores del Siglo de las Luces y conocido como el «Padre del Liberalismo Clásico». Considerado como uno de los primeros  empiristas británicos, siguió las ideas de Francis Bacon y también tuvo una participación fundamental en la teoría del contrato social. Su trabajo afectó en gran medida el desarrollo de la epistemologia y la filosofía politica. (Fuente:Wikipedia)
[6]George Berkeley (Inglés británico:Inglés irlandés:) (Dysert, Irlanda, 12 de marzo de 1685- Cloyne, id., 14 de enero de 1753), conocido como el obispo Berkeley, fue un filosofo irlandes muy influyente cuyo principal logro fue el desarrollo de la filosofía conoRené Descartes: llamado Renatus Cartesius (La Haye en Touraine, Turena, 31 de marzo de 1596-Estocolmo, Suecia, 11 de febrero de 1650), fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, así como uno de los epígonos con luz propia en el umbral de la revolución científica.
[2]Ludwig Andreascida como idealismo subjetivo o inmaterialismo, dado que negaba la realidad de abstracciones como la materia extensa. Escribio el Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710) y Los tres diálogos entre Hylas y Philonus (1713) publicó El, crítica a los fundamentos de la ciencia, muy influyente en el desarrollo de la matemática.(Fuente: Wikipedia)
[7]David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711–ibídem, 25 de agosto de 1776) fue filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés, constituye una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa.(Fuente:Wikipedia)
[8]Materialismo y Empirocriticismo  V. Lenin Sämtliche Werke [Obras Completas ], tomo X, 1866, pág. 185).
[9]Pietro Pomponazzi (Mantua, 16 de septiembre de 1462– Bolonia, 18 de mayo de 1525) fue un filósofo italiano. Estudio filosofía en la Universidad de Padua, donde fue profesor hasta el cierre de la Universidad, marchándose luego a la Universidad de Bolonia, desde 1512 hasta 1525. Con él comienza la traducción del aristotelismo, en esta época el aristotelismo era aún parte oficial del temario universitario establecido durante el siglo XIII. Pietro Pomponazzi es el representante más famoso de Aristóteles en su época, en especial en cuanto a la polémica de la inmortalidad del alma humana.(Fuente: Wikipedia)
[10]Nicolás Maquiavelo (en italiano Niccolò di Bernardo dei Machiavelli] Florencia, 3 de mayo de 1469-ib., 21 de junio de 1527) fue un diplomático, funcionario público, filósofo político y escritor italiano, considerado padre de la Ciencia Política moderna. Fue figura relevante del Renacimiento italiano. En 1513 escribió su tratado de doctrina politica titulado El príncipe, publicado póstumamente en 1531 en Roma.(Fuente: Wikipedia)
[11]Giordano Bruno, de nacimiento Filippo Bruno (Nola, provincia de Nápoles, 1548 -Roma,17 de febrero de 1600) fue un astrónomo, filósofo, matemático y poeta italiano.(Fuente: Wikipedia)
[12]Karl Marx (Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818-Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un filósofo, periodista, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío. En su vasta e influyente obra, abarca diferentes campos del pensamiento en la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente a la investigación, pues además incursionó en la práctica del periodismo y la política, proponiendo siempre en su pensamiento una unión entre teoría y práctica. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo historico.(Fuente: Wikipedia)
[13]http://serial delay.blogspot.cl/2010/08/tesis-sobre-feuerbach-marx.html
[14]Carlos Marx escribió las "Tesis sobre Feuerbach" en Bruselas, en la primavera de 1845, cuando había terminado ya de desarrollar los rasgos principales de su teoría materialista de la historia y había extendido el materialismo a la explicación de la sociedad humana. Según definición de Engels, es «...el primer documento en que se contiene el germen inicial de la nueva concepción del mundo». (Fuente: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe1/mrxoe101.htm)
[15]Friedrich Wilhelm Nietzsche (Rocken, 15 de octubre de 1844-Weimar, 25 de agosto de 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX. Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la genealogía de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positiva y negativa) hacia la vida. (Fuente:Wikipedia).
[16]Vladímir Ilich Uliánov (en ruso: Владимир Ильич Ульянов, romanizacion: Vladimir Il'ič Ul'janov, alias Lenin, Simbirsk, 10 de abril 22 de abril de 1870-Gorki, 21 de enero de 1924), fue un político, revolucionario, teórico político y comunista ruso. Líder del sector Bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, se convirtió en el principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917. En 1917 fue nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, convirtiéndose en el primer y máximo dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.
[17]Fr. Engels, Über historischen Matetialismus, Neue Zeit [12], año, XI, tomo I (1892-1893), núm. 1, pág. 18. La traducción del inglés es de Engels mismo. La traducción rusa que figura en la recopilación El materialismo histórico (San Petersburgo, 1908) no es exacta. pág. 25.

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