EL HOMBRE Y SU COMPROMISO
ÉTICO CON LA SOCIEDAD
Por Freddy Ponce
Quien participa de una vida en sociedad[1] se enfrenta diariamente a obligaciones y toma de decisiones de todo tipo que a vida en la ciudad exige, las que, habiendo sido establecidas por un estado de derecho, que actúa regulando la organización humana, dentro de un territorio determinado, en donde tiene existencia real un orden vinculado a lo social, político y jurídico establecido mediante normativas claramente definidas y orientadas al bien común de las personas de esa sociedad.
Tal vez para algunos sea
difícil entender que la vida en sociedad implique un tremendo desafío, que
tiene que ver no solo con el cumplir con las obligaciones propias de un estado
de derecho, sino que más aun con el compromiso por ser mejores personas tanto
en el desarrollo personal, como en los esfuerzos por defender los derechos de
quienes no los poseen o a quienes se les niega.
A partir de estas definiciones
y en consideración a las distintas personalidades de las personas y sus visiones
culturales, políticas, sociales y económicas, la convivencia en esa sociedad,
genera diferentes formas de comportamiento y conducta ética, las que desde el punto de vista
de la convivencia, comunican una forma de ser con sus particularidades como individuos
de esa sociedad, y a partir de sus vivencias se forja la búsqueda continua de los
valores universales y permanentes por alcanzar en el quehacer ético de cada
ciudadano.
Es en esta medida, que se hace evidente el como se construye un hombre,
uno capaz de ocuparse del basamento espiritual, que requiere de una concepción
sociológica de la moral universal, con el objeto de alcanzar así el grado de
eticidad y etnicidad propio y característico del lugar y de la universalidad de
la civilización actual.
Este hombre, no ha de considerar el saberlo todo o ignorarlo todo. No
ha de pretender ser un santo, sino que tan sólo debe pugnar por ser siempre un
hombre libre y de buenas costumbres. No ha de ser ni dogmático ni escéptico.
Porque sólo investigando, averiguando y filosofando; podrá llegar a situarse en
un “Justo Medio”, que es la conducta
crítica del que sabe algo e ignora algo y que, por tanto, quiere seguir
aprendiendo convertido en ese eterno interrogador; que es capaz de sacar a la
superficie todo cuanto es capaz de ofrecer. Sin duda esto constituye una
filosofía de vida, la que atraviesa no sólo la actividad laboral sino también
el comportamiento y hábitos de las personas.
Por ello conceptos como la caridad, tienen un significado que no es de simple
ayuda, pues la verdadera responsabilidad del concepto es/o debe ser ayudar a
mejorar la vida de los ciudadanos en el animo de alcanzar un cambio integral
del hombre y del entorno en toda su dimensión.
Por otro lado, la sociedad,
ofrece espacios de derechos inalienables para todo ser humano, entre otros no
ser sometido a Tortura, lo que representa una perdida de los derechos del
hombre. En general este caso esta referido y vinculado a los aparatos
represivos de dictaduras, pero ello no termina ahí, los derechos de las grandes
mayorías se ven a diario conculcados cuando el estado no asume su rol de
protección frente a los grandes consorcios.
Se ha señalado que el hombre se encuentra a mitad de camino entre el
saber y el ignorar, y por eso el aprendizaje de cada hombre, también se
encuentra a mitad camino entre el cumplimiento de un ideal de perfección, que orienta
o debe orientar su conciencia hacia el estudio de los valores de la verdad, la
justicia y la belleza y como herramientas la razón, la voluntad y el
sentimiento en la plena convicción de entregarlo para la construcción de las nuevas
voluntades.
Por sobre cualquier otra consideración, los hombres deben alcanzar su
plena conciencia expresada a través del trabajo, pero no un trabajo cualquiera,
sino uno que sobretodo esta referido a su actuar en el mundo. Aquel que es
capaz de poner al servicio de toda la comunidad en que participa, con toda su
voluntad, para lograr así, una sociedad más justa fraterna y más solidaria.
Si el hombre ha conocido las virtudes y defectos de la sociedad y
ha transitado por el difícil camino de construirse a si mismo, no ignora que la
principal y permanente búsqueda del ciudadano, es el perfeccionamiento
personal, sentido que se entiende como la misión de transformarse en hombre
libre y de buenas costumbres, un hombre que busca practicar la fraternidad y el
cambio hacia el progreso humano, de todos quienes le rodean en la sociedad la
que le toca vivir.
Explorar la ética, que este ciudadano intenta desarrollar, consiste tácitamente
en analizar sus emociones, cotejar sus valores e ir a la caza de todos los prejuicios
camuflados en los resabios de su vida. Por tanto, es sin duda mucho el trabajo,
que debe realizar, sin embargo, trabajará con el juicio, profundizará en el cimiento
y finalmente revestirá las techumbres.
El hombre construido de
esta manera con todos sus defectos y virtudes, debe tener la fuerza y voluntad para
continuar derribando sus imperfecciones, como un compromiso permanente, que
crece en la medida que se aquilatan en toda su magnitud, el sentido dialogal que
ha de mantener con otros individuos, como un deber ineludible, que lleva implícito
la condición de universalidad al considerar a toda la especie humana sin
distinción de sexos, razas ni condición social, permitiendo de este modo multiplicar,
el efecto bienhechor de sus cualidades.
Para todos es conocido que,
en muchos pueblos, se contrasta la opulencia y la miseria, que se clama por
justicia e igualdad de oportunidades, para que el ser humano alcance su
desarrollo integral como persona. En concordancia con esa aspiración, hombres
despliegan sus mejores esfuerzos, convertido en líderes sociales, para
enfrentar el reto de progreso de todos los hombres.
Este ciudadano debe ser un
hombre comprometido con su época, no importa su posición social, ni el lugar
donde se encuentre, oficina, fábrica, escuela, en el campo o en la
construcción. Su primer ideal es mantener el ejemplo perenne de aquellos
grandes hombres que lo han antecedido, teniéndoles como modelo de lo que se
puede llegar a ser.
Su conducta ética, es un
potente juez que guiara la dirección de su conciencia, definida ésta como la
capacidad intuitiva sujeta al desarrollo y perfección por medio del raciocinio
y la experiencia, que permite conocer el bien por hacer y el mal que se debe
evitar, para la conservación del individuo y la especie humana.
Lo señalado, parece una
condición de idealismo casi estúpido en estos tiempos de consumismo salvaje, de
falta de preocupación por el otro distinto de si mismo, si quizá no sea fácil
ni tampoco sea posible, sin embargo, se observa en la juventud un gran gesto de
cambio hacia una condición ética de cambio que queda implícita en sus actos
Salvador Allende mencionaba en un discurso en México, en la Universidad de Guadalajara hace un tiempo atrás lo siguiente:
“Hay
Jóvenes viejos que no comprenden que ser universitario, por ejemplo, es un
privilegio extraordinario en la inmensa mayoría de los países del continente.
Esos jóvenes viejos creen que la universidad se ha levantado como una necesidad
para preparar técnicos y que ellos deben estar satisfechos con adquirir un
titulo profesional. Les da rango y el arribismo social, caramba, que
dramáticamente peligroso, les da un instrumento que les permite ganarse la vida
en condiciones de ingresos superiores a la mayoría del resto de los
conciudadanos”.
“Y estos jóvenes viejos, si son arquitectos, por ejemplo, no se preguntan cuántas viviendas faltan en nuestros países y, a veces, ni en su propio país. Hay estudiantes que, con un criterio estrictamente liberal. Hacen de su profesión el medio honesto para ganarse la vida, pero básicamente en función de sus propios intereses”
“Allá hay muchos médicos -y yo soy médico- que no comprende o no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles y miles de hombres y mujeres en America Latina que no pueden comprar la salud; que no quieren entender, por ejemplo, que a mayor pobreza mayor enfermedad, y a VM mayor enfermedad mayor pobreza y que, por tanto, que si bien cumple atendiendo al enfermo que demanda sus conocimientos sobre la base de los honorarios, no piensan en que hay miles de personas que no pueden ir a sus consultorios y son pocos los que luchan porque se estructuren los organismos estatales para llevar la salud ampliamente al pueblo”.
Y por ello que es posible no solo en el discurso, sino que el ofrecer un COMPROMISO ÉTICO de largo alcance para la conquista de este mundo que es nuestro.
"A construir la sociedad que queremos y acaso también la que nos merecemos. Modelada por las fuerzas de la historia de un país la que será la expresión construida de lo que somos y queremos ser".
La ética personal y social, será en los próximos años condición
inexcusable para la permanencia del ser humano sobre el medio ambiente, porque
la propia sostenibilidad de la civilización, incluso su supervivencia, exige el
compromiso ético de todos, entonces la sociedad puede y debe ofrecer un firme
ejemplo de esa renovación ética y, como en otros tiempos, liderar un cambio
social.
[1] Sociedad: se refiere al conjunto de individuos que interaccionan entre sí y comparten ciertos rasgos culturales esenciales, cooperando para alcanzar metas comunes.