Por Freddy Ponce
A. Latina, fue vista como castigada al
subdesarrollo. La historia enseña que pobreza y subdesarrollo, no forman parte
de un destino obligatorio, ni tampoco condena destinada a durar siglos. En este
contexto, el Chile de los años 90, se encontraba en sexto lugar de ingresos per
cápita en L.A. y hoy con holgura tiene el primer lugar.
CONTEXTO
Chile ha tenido mucho éxito en generar condiciones
óptimas para el desarrollo de los mercados; por sobre otros países de L.
América. En Los últimos 30 años creció al doble del crecimiento medido entre
1870 a 1990, con mayor estabilidad y control de la inflación a niveles
internacionales. Efectivamente en materia de desarrollo económico, el
crecimiento y expansión, ha tenido importantes logros según publica informe de
Mario Waissbluth.
Fuente: Origen y Evolución del Estallido social en Chile Mario Waissbluth
Por ejemplo, el ingreso del 10% más pobre de
un índice año 90 igual a 100, subió a 439% al año 2018, el salario mínimo de un
índice igual a 100 subió a 309, el gasto en educación subió del 2,3% a 5,4%, en
salud de 1,7% a 4,9% del PIB. La cobertura escolar el agua potable urbana y rural
etc. Se ve una cantidad de mejoras en el ámbito social acompañando las mejoras
en el ámbito económico.
Y bajo la pobreza del 39% al 8,6%, la pobreza extrema
a un 2%, incluso la desigualdad (Gini) siendo muy alta bajo, el gasto militar
se redujo significativamente y la inflación fue controlada de un 22% a 2%
anual.
“Y Si todo era tan fantástico, que explica un
estallido social de tal magnitud”.
RAZONES
ESTRUCTURALES PARA UN QUIEBRE SOCIAL
Los factores que explican la situación enfatizan en la segregación, inequidad, discriminación y maltrato debido
al modelo neoliberal actual.
Por cierto, el estallido social, fue el
reflejo de un país con una normalidad forzada, y un funcionamiento fríamente
pensado por unos pocos, que llevó al país a un estado de segregación,
discriminación, falta de justicia y equidad.
La pandemia dejó en compás de espera lo
desarrollado durante el estallido social, confiando que el coronavirus mitigara
sus efectos y tal vez no del todo, pues según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), el virus tendrá para mucho tiempo, pues aún no se conoce toda su
dimensión infecciosa.
Por cierto, las bases del estallido cambiaron en
menos de un año, aunque mucho quedo igual o se ha magnificado. La pandemia ha presentado
las tasas más altas de infestación y conflicto económico en las comunas más
pobres. La pobreza extrema, de 2% de la población, según estimaciones, se
moverá a valores superiores al 3,5%. La CEPAL pronostica que la pobreza que
afectaba al 8,6% de la población, afectará entre 12,7% y 13,7% en el mediano
plazo.
Así, la pandemia ha dejado consecuencias económicas
y sociales profundas en Chile. La visión de la CEPAL y el Banco Mundial
reconocen un retroceso de entre una a dos décadas en los logros de la lucha
contra la pobreza y la desigualdad.
CONFLICTOS
DEL MODELO
Sin duda el Sistema de AFP’s creado en 1981; el Plan
Laboral de 1980; La Desnacionalización del cobre, en 1981; Privatización del
Agua 1981; El Sistema tributario pro rico (1974) y por supuesto la Constitución
Política de 1980.
OTROS CONFLICTOS: LA MODERNIDAD
v Una Modernidad acelerada, genera desigualdad y
abuso.
v Desequilibrios intergeneracionales.
v Excesos cometidos por falta de experiencia
(sobreendeudamiento)
v Lagunas institucionales como las debilidades en
la regulación de libre competencia.
Y LOS RECLAMOS CIUDADANOS
v Modelo neoliberal a ultranza de elevada
segregación urbana, social y educativa.
v Inequidades propias del sistema.
v Fragilidad económica y primacía de una lógica económica
v Molestia por los abusos a que se ven
constantemente sometida las personas
v Numerosos conflictos de carácter social,
político y económico
v Desconfianza con el gobierno y el sistema
político.
v Aparato público pequeño, que no da respuesta a
las inquietudes ciudadanas.
En 2020, 1,8 millones de trabajadores, han
enfrentado la perdida de sus trabajos. Según datos del INE, el desempleo al mes
de agosto de 2020 alcanzó un 13,8%, sumado a una tasa de ocupación informal que
se situó en 30%. Elementos que se suman a la contingencia de un
gobierno políticamente inepto, y de actitud gerencialista.
Y QUE DEL FUTURO
“NO HACER NADA, NO ES OPCIÓN”
El Estallido social y pandemia, señalaron con claridad las
vulnerabilidades, segregación y desigualdad en áreas importantes de la vida que
requieren de intervención no tradicional. Por ej. Acuerdos para mejorar las
políticas públicas y la capacidad de respuesta de las políticas sociales; que
permitan remover las incertidumbres políticas actuales. Se requiere de
una profunda intervención del estado y políticas radicales para
paliar los efectos de mediano y largo plazo y por tanto se verifique un cambio
de dirección en el ineficiente sistema político actual.
Se debe concordar en un nuevo proyecto económico y una nueva política de desarrollo productivo, para una posible reforma del estado, que permita que a través de nuevas Fuentes de Financiamiento se resuelvan los conflictos con un nuevo pilar contributivo y solidario y el fortalecimiento de la salud. Para ello es necesario:
v Administrar la crisis actual y futura
v
Acuerdos que permitan enfrentar
el dilema político de futuro
v
El gobierno debe
promover un diálogo real, en conciencia desde dónde habla a los ciudadanos, considerando
su baja popularidad e instituciones muy desprestigiadas.
EXIGENCIAS PARA EL FUTURO: Solidez
en las ideas, Flexibilidad en la acción.
v
Política fiscal flexible
y atenta a necesidades.
v
Pacto de todos, para disminuir
excesivo Ideologismo, que resta flexibilidad.
v
Nueva Constitución para
nuevo Chile.
v
Gobierno y partidos políticos
deben actuar con Creatividad y oportunidad.
v
El Fisco chileno, debe absorber, consecuencias económicas.
Al concluir, es necesario
reivindicar el proceso constituyente, esperando conduzca al establecimiento de
una constitución moderna para un nuevo país más justo y solidario, con respeto
a los DDHH, sin violencia, que reconozca la pluriculturalidad y basado en un
sistema económico integrado, capaz de ordenar el debate y de garantías de
sostenibilidad económica, permitiendo superar las vulnerabilidades del
neoliberalismo.
Si la institucionalidad, no cambia, por razones jurídicas políticas o sociológicas, y continua su mala gestión que reforzó la radicalización de la política y no se realizan los cambios estructurales, que permitan cambiar la incapacidad institucional y dar solución a los problemas que requieren del rol activo del estado; las manifestaciones sociales, tarde o temprano volverán a aparecer y es muy probable que ocurra un nuevo estallido.