miércoles, septiembre 30, 2020

QUE PASO EN CHILE CONSECUENCIAS DEL AÑO QUE VIVIMOS

Por Freddy Ponce

 

A. Latina, fue vista como castigada al subdesarrollo. La historia enseña que pobreza y subdesarrollo, no forman parte de un destino obligatorio, ni tampoco condena destinada a durar siglos. En este contexto, el Chile de los años 90, se encontraba en sexto lugar de ingresos per cápita en L.A. y hoy con holgura tiene el primer lugar.

 

CONTEXTO

Chile ha tenido mucho éxito en generar condiciones óptimas para el desarrollo de los mercados; por sobre otros países de L. América. En Los últimos 30 años creció al doble del crecimiento medido entre 1870 a 1990, con mayor estabilidad y control de la inflación a niveles internacionales. Efectivamente en materia de desarrollo económico, el crecimiento y expansión, ha tenido importantes logros según publica informe de Mario Waissbluth.



Fuente: Origen y Evolución del Estallido social en Chile Mario Waissbluth

Por ejemplo, el ingreso del 10% más pobre de un índice año 90 igual a 100, subió a 439% al año 2018, el salario mínimo de un índice igual a 100 subió a 309, el gasto en educación subió del 2,3% a 5,4%, en salud de 1,7% a 4,9% del PIB. La cobertura escolar el agua potable urbana y rural etc. Se ve una cantidad de mejoras en el ámbito social acompañando las mejoras en el ámbito económico.

Y bajo la pobreza del 39% al 8,6%, la pobreza extrema a un 2%, incluso la desigualdad (Gini) siendo muy alta bajo, el gasto militar se redujo significativamente y la inflación fue controlada de un 22% a 2% anual.

“Y Si todo era tan fantástico, que explica un estallido social de tal magnitud”.

 

RAZONES ESTRUCTURALES PARA UN QUIEBRE SOCIAL

Los factores que explican la situación enfatizan en la segregación, inequidad, discriminación y maltrato debido al modelo neoliberal actual.

Por cierto, el estallido social, fue el reflejo de un país con una normalidad forzada, y un funcionamiento fríamente pensado por unos pocos, que llevó al país a un estado de segregación, discriminación, falta de justicia y equidad.

La pandemia dejó en compás de espera lo desarrollado durante el estallido social, confiando que el coronavirus mitigara sus efectos y tal vez no del todo, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus tendrá para mucho tiempo, pues aún no se conoce toda su dimensión infecciosa.

Por cierto, las bases del estallido cambiaron en menos de un año, aunque mucho quedo igual o se ha magnificado. La pandemia ha presentado las tasas más altas de infestación y conflicto económico en las comunas más pobres. La pobreza extrema, de 2% de la población, según estimaciones, se moverá a valores superiores al 3,5%. La CEPAL pronostica que la pobreza que afectaba al 8,6% de la población, afectará entre 12,7% y 13,7% en el mediano plazo.

Así, la pandemia ha dejado consecuencias económicas y sociales profundas en Chile. La visión de la CEPAL y el Banco Mundial reconocen un retroceso de entre una a dos décadas en los logros de la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

 

CONFLICTOS DEL MODELO

Sin duda el Sistema de AFP’s creado en 1981; el Plan Laboral de 1980; La Desnacionalización del cobre, en 1981; Privatización del Agua 1981; El Sistema tributario pro rico (1974) y por supuesto la Constitución Política de 1980.

OTROS CONFLICTOS: LA MODERNIDAD

v   Una Modernidad acelerada, genera desigualdad y abuso.

v   Desequilibrios intergeneracionales.

v   Excesos cometidos por falta de experiencia (sobreendeudamiento)

v   Lagunas institucionales como las debilidades en la regulación de libre competencia.

Y LOS RECLAMOS CIUDADANOS

v   Modelo neoliberal a ultranza de elevada segregación urbana, social y educativa.

v   Inequidades propias del sistema.

v   Fragilidad económica y primacía de una lógica económica

v   Molestia por los abusos a que se ven constantemente sometida las personas

v   Numerosos conflictos de carácter social, político y económico

v   Desconfianza con el gobierno y el sistema político.

v   Aparato público pequeño, que no da respuesta a las inquietudes ciudadanas.

 

En 2020, 1,8 millones de trabajadores, han enfrentado la perdida de sus trabajos. Según datos del INE, el desempleo al mes de agosto de 2020 alcanzó un 13,8%, sumado a una tasa de ocupación informal que se situó en 30%. Elementos que se suman a la contingencia de un gobierno políticamente inepto, y de actitud gerencialista.

Y QUE DEL FUTURO

“NO HACER NADA, NO ES OPCIÓN”

El Estallido social y pandemia, señalaron con claridad las vulnerabilidades, segregación y desigualdad en áreas importantes de la vida que requieren de intervención no tradicional. Por ej. Acuerdos para mejorar las políticas públicas y la capacidad de respuesta de las políticas sociales; que permitan remover las incertidumbres políticas actuales. Se requiere de una profunda intervención del estado y políticas radicales para paliar los efectos de mediano y largo plazo y por tanto se verifique un cambio de dirección en el ineficiente sistema político actual.

Se debe concordar en un nuevo proyecto económico y una nueva política de desarrollo productivo, para una posible reforma del estado, que permita que a través de nuevas Fuentes de Financiamiento se resuelvan los conflictos con un nuevo pilar contributivo y solidario y el fortalecimiento de la salud. Para ello es necesario:

v   Administrar la crisis actual y futura

v   Acuerdos que permitan enfrentar el dilema político de futuro

v   El gobierno debe promover un diálogo real, en conciencia desde dónde habla a los ciudadanos, considerando su baja popularidad e instituciones muy desprestigiadas.

 

EXIGENCIAS PARA EL FUTURO:                     Solidez en las ideas, Flexibilidad en la acción.

v   Política fiscal flexible y atenta a necesidades.

v   Pacto de todos, para disminuir excesivo Ideologismo, que resta flexibilidad.

v   Nueva Constitución para nuevo Chile.

v   Gobierno y partidos políticos deben actuar con Creatividad y oportunidad.

v   El Fisco chileno, debe absorber, consecuencias económicas.

 

Al concluir, es necesario reivindicar el proceso constituyente, esperando conduzca al establecimiento de una constitución moderna para un nuevo país más justo y solidario, con respeto a los DDHH, sin violencia, que reconozca la pluriculturalidad y basado en un sistema económico integrado, capaz de ordenar el debate y de garantías de sostenibilidad económica, permitiendo superar las vulnerabilidades del neoliberalismo.

Si la institucionalidad, no cambia, por razones jurídicas políticas o sociológicas, y continua su mala gestión que reforzó la radicalización de la política y no se realizan los cambios estructurales, que permitan cambiar la incapacidad institucional y dar solución a los problemas que requieren del rol activo del estado; las manifestaciones sociales, tarde o temprano volverán a aparecer y es muy probable que ocurra un nuevo estallido.

VISIÓN SIGLO 21

 Por Freddy Ponce


No me refiero ni al estallido social, ni a la pandemia de Corona Virus, tampoco a las posiciones de izquierda y derecha, aunque todas ellas sin duda han agudizado el conflicto social y el cambio paradigmático larvado desde mucho tiempo en la sociedad chilena.

El Chile de hoy enfrenta un profundo cambio social y político, que se manifiesta en la toma de conciencia de los ciudadanos respecto de su posición como arquitectos de su destino en la sociedad. A partir de ahí y con claridad las personas han asumido un rol protagónico entendiendo que el sistema político, ha sido incapaz de ofrecer respuestas categóricas a todas sus demandas. De manera tal que los ciudadanos de hoy demandan del estado una mayor actividad en los variados campos sociales tales como derechos humanos, derechos de las minorías, derechos de género como también la demanda de una posición económica que dé respuesta a las necesidades básicas de las personas.

 El país y la sociedad en su conjunto se enfrentan a un cambio global de civilización, que sin duda afecta las condiciones de vida y los valores fundamentales de los individuos, la internet ha generado un continuum de comunicación entre los ciudadanos y quien más, quien menos hoy cuenta con aparatos celulares que le permiten su activa participación en las redes sociales. En esta medida el estado no ha sido capaz de dar respuestas, pues no basta con que los funcionarios tengan los teléfonos más modernos y los aparatos más rápidos en computación y comunicación, se requiere de políticos y administradores, que sean capaces de crear las bases coyunturales de lo que será esta nueva civilización a que se enfrenta la sociedad, del mismo modo, no es posible que el estado soporte a un mandatario con un 15 % o menos de aprobación.

Y por tanto se hace impostergable el dar respuestas a las preguntas necesarias y pertinentes más allá de las tres preguntas claves de las escuelas iniciáticas: ¿de dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?, Sino que en una conciencia sensible debe hacer otras preguntas más amplias que las personas deben incorporar a ese cambio pues son preguntas más angustiantes, que requieren una respuesta.

 ¿Qué sociedad que estamos construyendo y cual queremos?

¿Cómo combatimos efectivamente la pandemia, y el hambre generadas?

¿Qué mundo les dejaremos a nuestros hijos?

¿Cómo contribuimos en forma consciente y voluntaria a crear un mundo mejor?

¿Cómo le damos coherencia ética a nuestras acciones?

 En este estado de cosas, luego de largos periodos la sociedad civil y los gobiernos han tenido una mirada de absoluta abstracción el uno del otro y de la realidad de los fenómenos del mundo, sobre los que no se ha logrado imprimir una visión hacia el interior de las realidades de la sociedad de hoy. En este sentido hoy se puede afirmar categóricamente y con claridad que los sistemas políticos tradicionales han tenido un déficit comunicacional con la sociedad civil. Asimismo como serias dificultades para adaptarse a las nuevas realidades político-sociales del siglo XXI, cambios que en el plano conceptual exigen una nueva praxis institucional que posibiliten el contribuir al desarrollo de las sociedades.

 Y por cierto el mundo ha cambiado a un ritmo vertiginoso en el último siglo y el país no debe quedarse atrás. Hoy la sociedad del conocimiento, marcada por una revolución científico-tecnológica, en la que la globalidad y la interdependencia, avanza rápidamente hacia nuevas exigencias de la sociedad cuyos nuevas necesidades y desafíos importan que un hombre de este siglo sea capaz de interpretar a la sociedad. Por tanto, las instituciones deben adecuarse para comprender la evolución hacia nuevos paradigmas y responder a nuevas concepciones emergentes que inevitablemente genera cambios de civilización.

La concepción del ser humano, del cosmos, de la vida, conserva la impronta del siglo de las luces, de la era industrial. Y ello es una buena base, aun es útil, pero insuficiente para dar cuenta de la complejidad que se enfrenta en la vida cotidiana y no se condice con la evolución del pensamiento humano. Todo ello interpela filosófica y éticamente.

 HACIA UNA NUEVA VISION/LA NUEVA VIA

Es probable que en una conservadora mirada para algunos sea difícil entender que la vida en sociedad implique un tremendo desafío, que tiene que ver no solo con el cumplir con las obligaciones propias de un estado de derecho, sino que más aun con el compromiso por ser mejores personas tanto en el desarrollo personal, como en los esfuerzos por defender los derechos de quienes no los poseen o a quienes se les niega.

Hoy las personas poseen visiones culturales, políticas, sociales y económicas, su convivencia en esa sociedad genera diferentes formas de comportamiento y conducta ética, las que, desde el punto de vista de la convivencia, comunican una forma de ser con sus particularidades como individuos de esa sociedad,

 

La realidad socioeconómica de chile muestra un escenario en que la economía dominante es aplicada desde una visión estrictamente economicista que busca absorber lo que se interponga y solo desea acumular riqueza, se debe en esta medida repensar una dinámica económica más humana y social.

Así, por cierto, se requiere de nuevas herramientas conceptuales, su propósito debe ser encontrar y dar las respuestas a los nuevos desafíos del siglo XXI. Para ello se requiere de un proyecto de desarrollo, que permita al hombre social una nueva forma de participación, reflexión y estudio de los fenómenos que acontecen en el país y en el planeta y a través de ellos dar respuestas coherentes en la construcción de una teoría general de la sociedad.

 Sin duda el hombre está mejor preparado que en el siglo 20, sobre los diferentes problemas de la Humanidad. Pero si bien hay muchos datos y conocimientos dispersos, resultado de las múltiples especializaciones, se requiere una mirada globalizadora. La consecuencia es que no existe una acción transformadora de la realidad, en la dirección y la profundidad necesaria. Sólo las instituciones de docencia y gubernamentales pueden construir esa mirada global, filosófica, que abarque la evolución de la Humanidad y contribuya a construir su destino, al integrar la acción de muchos. El saber compartido de todos se debe apoyar en los cimientos de una visión para el siglo 21, es necesario validar en los principios universales cuya vigencia y pertinencia deben ser compartidos por todas las personas más allá de lógicas diferencias. El principio es “Abandonar Ya” el lastre cultural que significó el periodo heredado del pasado sobre todo de 17 años de dictadura.

Hoy como ayer el enriquecimiento de pocos y el sufrimiento de muchos, y las ansias de poder hacen impostergable el asumir los desafíos presentes. Los hijos de los hijos no pueden continuar con hambre y violencia.

DESDE LA ÉTICA

La sociedad necesita efectivamente hacer cambios, los que por cierto comienzan en cada una de las personas, sin duda el “conócete a ti mismo”; constituye parte del proceso en que cada uno, desarrolla los cambios necesarios. La sociedad en su conjunto no ha sido educada para conocerse en profundidad, ni para asumir abiertamente los errores la ignorancia, sobre algún tema, se necesita potenciar la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza que surgen de los principios institucionales.

Por ello se hace necesario comunicar mejor hacia la sociedad civil, es necesario volver a cultivar los mejores elementos como la humildad, despojarse del orgullo. Las personas deben actuar con humildad para aspirar a una vida mejor, en fraternidad y con absoluta libertad de conciencia. Se necesita potenciar la coherencia entre los discursos y la práctica, y tener como centro la ética.

Las personas han de asumir el derecho y la responsabilidad en los espacios de la vida, para reconocer, aceptar las certidumbres y dudas, para desde allí intentar construir juntos el futuro en cada momento presente.

 

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