DOCTRINA Y FILOSOFIA
FRANCMASONICA
Freddy Ponce
La Francmasonería constituye una escuela filosófica,
que estimula una actitud intelectual combativa, su base de aceptación son las prácticas
y enseñanzas de la Orden. En este sentido persigue formar discípulos imbuidos
de un estilo de vida como modelo ideal de actuación personal.
Al respecto y con objeto de comprobar la
existencia de una doctrina francmasónica definida, es necesario que en una aproximación
conceptual, se confirme el sentido y significado que tal expresión posee.
En este sentido el concepto Doctrina, se
define, como el conjunto coherente de enseñanzas e instrucciones, cuyo cuerpo
de normas y reglas, esta basado en un sistema de creencias; principios o
posiciones, respecto de una materia o cuestiones determinadas.
Puede precisarse además, que es un sistema de opiniones o postulados más o menos
científicos, frecuentemente con la pretensión de estar posesión de una validez
general.
Por otro lado la forma de comprobar desde una
perspectiva convergente, el afán filosófico que distingue a la institución,
requiere de examinar un par de aspectos de sobresaliente análisis.
Un primer aspecto esta representado por el
contenido esencial de la doctrina de la orden
CONTENIDO DE LA DOCTRINA FRANCMASÓNICA
En lo esencial la francmasonería es una
organización iniciática, cuya práctica reflexiva y aplicada tiene una actividad
meditativa individual y grupal.
Al aceptar la tesis de la existencia de
una Doctrina Francmasónica, asociada al carácter filosófico de ella, pone al descubierto
la necesidad de recapacitar en torno a la idea del contenido doctrinal que
posee, sobretodo en aquellos aspectos considerados sobresalientes, en la
estructura filosófica de esta sociedad.
De modo que para verificar la objetividad
y validez de la Doctrina Francmasónica, es ineludible efectuar un análisis al
texto de Los Principios, en aquellos aspectos de la constitución masónica, que la
congregan a comportarse como la verdadera y moderna sociedad de constructores, texto
en el que queda claramente definida su condición doctrinal, fundada a través de
principios filosóficos universales y éticos, que afirman las expectativas más
recurrentes de la institución.
Ciertamente el texto asevera que:
“La
Orden Francmasónica, es una Institución universal, esencialmente ética,
filosófica e iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema
educativo, tradicional y simbólico”.
Lo descrito promueve a suyo, la
condición de búsqueda de la perfección, revalidada en los afanes filosóficos y
éticos, con que se distingue, al señalar de
modo acentuado la identidad docente de la institución.
Situados en un contexto de validez de la
tesis de existencia de una doctrina de la institución, se puede precisar que su
esencia es un humanismo espiritual, que le imprime un sello exclusivo expresado
en un humanitarismo meliorísta, que basa su acción en un optimismo
antropocéntrico, que reviste de autentica la “Filosofía del Hombre”, cuyo tributo a la fraternidad universal, lo
pone en el centro de una dimensión ética, que apunta al desarrollo de la
sociedad humana.
Desde un punto de vista, de la
materialidad del hombre, el humanismo espiritual, constituye expresión de la
dignidad humana, la que desde un enunciado docente, señala su identidad, como
reserva moral y social; en que cada iniciado transita por la senda del aprendizaje,
de los ideales y valores que la Orden propugna como destino final para la
humanidad.
Este sello exclusivo, recibe las denominaciones,
de Meliorísmo y Excelsiorismo; expresiones que apuntan al perfeccionamiento, es
decir al mejoramiento y crecimiento de los hombres libres, quienes iniciados en
sus prácticas y costumbres, reconocen la posibilidad de cambiar y de
transformarse.
De otra parte El Excelsiorísmo, apunta
en la dirección del progreso del hombre, le interesa más principalmente las
cosas temporales y mundanas del diario vivir, por sobre aquellas cosas eternas
y celestiales. Constituyendo un optimismo de profundos alcances humanistas,
desarrollado en una incesante actividad humana, y por tanto abierta a la aprobación
de nuevos e ilimitados descubrimientos humanos, en todos los campos de las
ciencias.
De este modo se puede instituir
concluyentemente, que existe una doctrina filosófica de la orden, (cuyos
principios y postulados, han sido abundantemente desplegados en los textos
masónicos, de toda índole como: Rituales, Libro del Grado y Manual de
Instrucción.), los que se apoyan en un pensar reflexivo, critico, autónomo y
arquitectónico, que permite sostener sistemáticamente, que los enunciados
programáticos se fundamentan además del análisis del texto, en la expresión
solidaria de los pensamientos afines desplegados por discípulos y maestros en las
cámaras de instrucción, y perfeccionados, en pos de alcanzar la yoidad de cada
ser, en un espacio grupal de convergencia de las ideas.
En síntesis, se enfatiza en la
convicción, de que las ilimitadas capacidades humanas en el orden moral y
espiritual, tienen la capacidad de crecer, de formarse, de mejorar; y en
definitiva, de perfeccionarse acorde con el modelo y Proyecto de Vida Personal.
Sobre el particular el texto De los
Principios, señala que:
“Como
Institución docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y de la
Humanidad".
En tal caso la “Docencia
Masónica Aplicada” (en cámaras y tenidas) se concibe como un proceso
constructivo, que conduce a edificar las columnas de un edificio interior, que sustentan
la formación de un autentico masón, cuya vocación perfectivista, involucra el progreso
gradual, y la construcción ética del hombre.
La búsqueda del conocimiento humano, constituye por sobre otras
cosas el encuentro con certidumbres y seguridades, para vivir de ahí y para
siempre, de manera diferente. Por ello; el conocimiento se constituye en el forjador
de postulados e impulsor de nobles ideales.
Se señala además que:
"Francmasones,
Logias y Grandes Logias se empeñan constantemente en el perfeccionamiento del
Hombre y de la Sociedad, a través del Amor, la Solidaridad, la Justicia y la
Paz, para Gloría del Grande Arquitecto del Universo".
Implícitamente se desprende que el
Meliorísmo, funda una posición ético-moral-antropológica, de contenido
filosófico integradora, que incluye a todo el género humano. De modo que se
define el meliorísmo como una posición ética, que se encuentra a medio camino
entre el optimismo y el pesimismo, y que centra su interés principal en el
perfeccionamiento humano.
En efecto, mientras el optimismo, sostiene
que el hombre es bueno por naturaleza, el pesimismo considera que el hombre, es
malo desde su nacimiento.
Particularmente Ferrater Mora sostiene, que
esta posición es de notorio acento eticista, constituyendo el rasgo distintivo
de la institución, de acuerdo con lo cual el mundo no es por principio ni
radicalmente malo ni absolutamente bueno, sino que susceptible de ser mejorado.
La posición Meliorísta, asumida por la
Masonería, forma desde su visión filosófica un constructivismo francmasónico, que
busca el perfeccionamiento sostenido y sustentable, solo alcanzable a través de
un proceso gradual de elevación moral y progreso espiritual de los seres humanos,
iniciados en las prácticas y doctrinas de la Orden.
La impronta filosófica y ética, que
tipifica a la Francmasonería, es el Eclecticismo, postura reflexiva, que admite
la convergencia de distintas tendencias, movimientos y direcciones a partir de
una determinada ordenación (No cualquiera), para articular, el surgimiento de
una doctrina, fundadora de una escuela de pensamiento.
En este sentido el Eclecticismo constructivo,
descansa sobre la conformación de un auténtico sistema filosófico, del cual
emerge una definida posición para la justificación de una Filosofía propia del
Conocimiento.
Y por tanto, para lograr tan loable
objetivo,
"promueve
entre sus adeptos"
-además de la incesante búsqueda de la verdad-
"el conocimiento de sí mismo y del
hombre en el medio en que vive y convive".
De aquí, se desprende, que cada miembro
de la Institución, elabora en algún momento de su permanencia, en la Orden:
Primero: un conocimiento de sí mismo; Segundo: un conocimiento del mundo; y
Tercero: un conocimiento de la Totalidad.
Al hombre, no sólo le interesa -qué son las cosas-,y -cuál es su
esencia-; sino ante todo, -para qué le sirven-, -qué necesidad satisface- o
-qué interés resuelve-. Por eso, Praxis, conocimiento y valor, son inherentes
al proceso mismo, de develación y aprendizaje, que conduce al establecimiento
de la verdad.
En este la toma de una conciencia moral
y reflexiva, construye la verdad a saber desde tres principales aspectos doctrinales:
ü
Del Aspecto Ontológico: fluye una concepción del ser masón.
ü
Del Aspecto Cognoscitivo: surge la concepción del conocer masónico
-fundada principalmente en el simbolismo y el conocimiento simbólico; y
ü Del Aspecto Axiológico: emana una
concepción del valer masónico encaminada a orientar la vida y las acciones de
sus adeptos mediante la práctica efectiva del Arte Real.
Esta visión axiológica, se recoge en el
Segundo Principio, el que previene que:
"A
través de sus miembros proyecta sobre la Sociedad humana la acción bienhechora
de los valores e ideales que sustenta".
Así, el carácter filosófico de la
Institución, analizado en el contenido de la doctrina meliorísta, como un
enunciado textual De los Principios consagra que:
"En la búsqueda de la verdad y en el logro de la justicia, es deber
de los francmasones mantenerse en un lugar de avanzada en el proceso evolutivo
e integrador del hombre y de la sociedad."
Entonces, cada masón tiene múltiples
objetivos individuales, en su participación en la sociedad, los que unidos al
fuerte nexo con su posición Logial le pone de relieve la dimensión pura y
aplicada del filosofar. Entre el aspecto especulativo y el operativo; Entre lo
teórico y lo práctico de la reflexión, realizada desde la perspectiva de la
doctrina meliorísta.
En suma, lo anterior viene a significar
que el eclecticismo doctrinario, se une de un lado, a la intuición, a la
inteligencia y a la imaginación y de otro al pensamiento y a la acción, pues la
idea, es un pensamiento en acción[1].
En complemento a todo lo expresado, la Francmasonería como sistema
de filosofía práctica, promueve el perfeccionamiento intelectual de sus
miembros, ejerce la beneficencia y tiende a purificar el corazón de los
hombres, a mejorar sus costumbres y a mantener el honor en los sentimientos.
CONTENIDO MEDITATIVO
La Francmasonería y la filosofía -sin duda- comparten un ideario común, a partir del cual es posible justificar no solo el carácter filosófico, que le imprime ese sello reflexivo sino que al mismo tiempo, la impronta meditativa que desarrolla la orden.
Tal rasgo distintivo, se expresa en el afán investigador que la orden promueve entre sus miembros, por cuanto la conquista del saber, a partir del uso del poder y la energía espiritual, constituye la máxima aspiración humana junto a la conquista de la felicidad.
Al respecto se puede recordar del segundo principio "Promueve entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad". Aserto apoyado en el décimo principio al "Considerar la Orden, que el trabajo, en todas sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos esenciales del hombre y el medio mas eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad, contribuyendo con ello al progreso social"
CONTENIDO MEDITATIVO
La Francmasonería y la filosofía -sin duda- comparten un ideario común, a partir del cual es posible justificar no solo el carácter filosófico, que le imprime ese sello reflexivo sino que al mismo tiempo, la impronta meditativa que desarrolla la orden.
Tal rasgo distintivo, se expresa en el afán investigador que la orden promueve entre sus miembros, por cuanto la conquista del saber, a partir del uso del poder y la energía espiritual, constituye la máxima aspiración humana junto a la conquista de la felicidad.
Al respecto se puede recordar del segundo principio "Promueve entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad". Aserto apoyado en el décimo principio al "Considerar la Orden, que el trabajo, en todas sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos esenciales del hombre y el medio mas eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad, contribuyendo con ello al progreso social"
De modo que la Francmasonería, funda en esta hipótesis, una
aceptada escuela filosófica, a la manera que tanta gloria diera a la Grecia, en
la que alumnos y maestros colaboran en el arte de desarrollar en el hombre las
cualidades espirituales y morales permanentes, y la búsqueda de un compromiso
decidido con la sociedad en que participa, transformándose en una institución
progresista, que no se queda petrificada, que desafía al tiempo y el espacio, que
vive, progresa y asimila las excelencias de cada momento y valores propios de
cada sociedad.
En una perspectiva estrictamente ética,
otro de los aspectos importantes de la asumida doctrina filosófica
Francmasónica, es su confianza en el libre albedrío y en la capacidad de tomar
decisiones por sí mismo; para elegir o no, -el bien-. Es decir; ante la
entrañable confianza en la libertad de elección e indeterminismo de la
voluntad, al considerar a cada hombre como dueño de su propio destino y por
tanto, se perfecciona, quien libre y voluntariamente, así lo desea.
A MODO DE SÍNTESIS CONCLUSIVA
La Francmasonería procura que sus
miembros sean capaces de pensar por sí mismo, estimula la creatividad de ideas
nuevas y su consiguiente puesta en práctica, promueve los afanes desplegados en
el difícil oficio de pensar, de innovar y de tener ideas propias.
En esta medida y no en otra, la
Francmasonería, como visión de futuro constituye una filosofía particular, articulada
en la actividad intelectual activa, y participativa. Se trata de un arte, u
oficio productivo, una ciencia y actividad creativa, capaz de generar ideas
propias, proyectos individuales e institucionales.
Luego es absolutamente legitimo sostener
que la masonería además de docente y ética es una escuela Filosófica, cuya
doctrina tiene por propósito lograr la excelencia mediante la practica del
perfeccionamiento interior, expresado en metas, objetivos y finalidades. Pero
sólo se puede aprender y progresar en la medida en que cada iniciado este
voluntariamente dispuesto a aprender y a progresar. No se puede ejercer
coacción o cooptar los espíritus; porque el elevación que se persigue, requiere
de manera justa y necesaria el insoslayable respeto y dignidad de la persona
humana.
El contenido de esta doctrina
perfectivista, tiene que ver con el afán humano de construir, cuyas dos
posibles maneras de entender la dimensión práxica, conciben a la Orden, como la
condensación del pasado y como síntesis que el presente de la Institución,
ofrece.
La idea es poner de manifiesto que existe
un Arte Real, cuyo el cultivo provoca en los espíritus ilustrados, la búsqueda
de un camino propio de expresión personal, susceptible de equívocos; o bien, se
acepta el camino propuesto como algo seguro e inequívoco. En ambos casos la
decisión es una cuestión que sólo atañe a cada hombre.
Ddefinitivamente, esta doctrina de carácter filosófico, se expresa en
la aplicación del Arte Real y como consecuencia directa masonifica la
existencia del presente, estableciendo una impronta ético-moral cuya misión -a
cumplir aquí y ahora-, es construir la Orden del futuro, porque de lo que ahora
se piense, y se haga (o no) parodiando a Ortega y Gasset, será lo que mañana se
vivirá para agrado o desgracia de la nueva sociedad que se construye.
S.·.F.·.U.·.
Freddy Ponce R.