FILOSOFIA DE LA HISTORIA
Freddy Ponce
Voltaire entendía a la
Filosofía de la Historia, como una disciplina para explicar acontecimientos del
pasado, a través de principios de valor en los que la razón elimina el
fanatismo y supersticiones irracionales de la historia, cobrando significación en
el sentido propio que el pensador da a la relación con el pasado. En adelante a
la interpretación de la historia, fría y cronológica, se agregara un conjunto
de valores humanos establecidos a partir de la nueva disciplina.
Por cierto el término
Filosofía de la Historia, fue utilizado siglos antes por Jean Bodin[2],
en “Método Para El Conocimiento Fácil de la Historia”, donde se califica al
filósofo Filón de Alejandría[3],
como un philosophitoricus[4].
Más tarde será reconocido Giambattista Vico[5],
en sus principios de ciencia nueva como el auténtico creador de la disciplina.
En tanto, Georg
Friedrich Hegel[6], en el s. XIX logra darle
un sentido más amplio al término de la Filosofía de la Historia, diferenciándolo
de las consideraciones echas por Voltaire, al entenderla como parte de la
historia global o universal. Hegel fue el primero en señalar la relación entre
el pensamiento filosófico y la historia concreta. Para él es en último término,
la representación del espíritu de su tiempo (de sus grandezas y de sus
miserias), y por tanto la filosofía, en cuanto desenvolvimiento en el tiempo
del pensamiento humano, es la filosofía misma.
La Filosofía de la Historia,
puede además entenderse como el estudio y desarrollo de las formas a través de
las cuales los seres humanos van escribiendo la historia. Su objetivo general es
enseñar el cómo la filosofía, trata propiamente la historia; pues ella es la
más completa representación de la finalidad de sí misma. La filosofía, sin duda
es considerada, ligada a otras esferas del saber, lo cual permite sostener que
los modos de pensar, tiene pertenencia con la Filosofía de la Historia, basado
en que son posible las preguntas sobre las cuales ha de trabajar, ellas pueden
ser tan diversas y complejas como los motivos que las han provocado. Las preguntas
fundamentales son: ¿Existe un fin u objetivo teleológico?, es decir, ¿Existe un
propósito, diseño, principio director o finalidad en la creación de la
historia?.
A partir de tales
premisas la Filosofía de la Historia, puede concebirse convirtiendo a la
historia en una expresión de un pensamiento inmanente y finalista, cuyos
principios estimulan los valores fundamentales de la sociedad humana.
De esta manera lo fundamental
que interpreta a la Filosofía de la Historia, es que desde el punto de vista de
la historia debe reflejar los valores involucrados, y por cierto cuando se
piensa en la ciencia, en sus preocupaciones, su campo de acción, sus logros, y
descubrimientos, no se puede sino establecer que allí subsiste una diferencia
básica entre enfoque y vigencia, que queda establecida en la Filosofía de la
Historia. Alfred Stern, ha dicho y no sin razón así: “El Proceso selectivo de
la ciencia no es valorativo, sino exclusivamente metodológico”. Por el
contrario, El método de la historia: es la interpretación de los testimonios,
que le permite al historiador responder y analizar sobre la base de los signos
dejados por el pasado, tal que el proceso selectivo del historiador constituye
un esfuerzo meramente valorativo, pues la misma época histórica puede ser
descrita mediante una gran variedad de categorías de interpretación, cada una
de las cuales expresa un cierto conjunto de valores, los que constituyen la
espina dorsal del relato, al referirse a una filosofía de la historia. No a la
historia simple, ni el recuento anecdótico o cronológico del pasado del hombre,
sino la interpretación de la historia de ese pasado.
En la perspectiva
filosófica, se puede entender que la Filosofía de la Historia, en cuanto
historia, constituye ─para algunos─ una no ciencia. Pues la historia es una
serie casual de eventos particulares, que establecen un relato de
acontecimientos en que cada uno existe por sí mismo, y luego su conexión en el
antes, y el después y la simultaneidad dependen solo del tiempo. Por tanto desde
la historia en cuanto historia, debe hacer pasar los acontecimientos, por un
cierto orden establecido, a fin de describir el relato, aunque por cierto son actos
del libre pensamiento. Luego es la historia del pensamiento la que debe ser
estudiada, dado que es la facultad de pensar la que distingue al hombre del animal.
[1] François-Marie Arouet (París, 21 de noviembre de 1694-ibidem, 30 de
mayo de 1778), conocido como Voltaire, escritor, historiador, filósofo y
abogado francés; perteneció a la masonería y representante de la Ilustración,
período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y respeto a la
humanidad. En 1746 fue elegido miembro de la Academia Francesa.
[2] Jean Bodin:
conocido como Juan Bodino (Angers, 1529/1530-Laon, 1596) intelectual francés,
desarrolló sus ideas en filosofía, derecho, ciencia política y economía. Sus aportes
a la teoría del Estado, han sido de gran importancia para la modernidad.
[3] Filón de
Alejandría: también llamado Filón el Judío (Alejandría, circa 15 a. C. –
ibídem, c. 45 d. C.), fue uno de los filósofos más renombrados del judaísmo
durante el período helenístico.
[4] Filósofo de
la Historia
[5] Giovanni
Battista o Giambattista Vico; Nápoles, 1668 - id., 1744) Filósofo italiano. De
origen humilde, estudios de medicina, que abandonó para seguir la carrera de
derecho en Nápoles, y trabajó en Valtolla como preceptor de los hijos del
marqués Rocca, con cuya hija mantuvo una relación que ambos hubieron de ocultar
celosamente.
[6] Georg
Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770–Berlín, 14 de
noviembre de 1831) filósofo alemán. Recibió su formación en el Tübinger Stift
(seminario de la Iglesia Protestante en Wurtemberg). Le fascinaron las obras de
Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución
Francesa, la cual acabó rechazando cuando esta cayó en manos del terror jacobino.
Murió víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y
el otoño de 1831.