SOBRE BIEN Y EL MAL
Freddy Ponce
I INTRODUCCIÓN
En el transcurso de la
historia humana, diversos pensadores han intentado interpretar el concepto del bien y su antinomia el mal, cuyas profundas reflexiones establecen “Cómo a partir de las diversas propuestas
filosóficas, se han acercado a la verdad para entender por qué el hombre actúa
de determinada manera, estableciendo juicios de valor de la conducta humana”.
El filósofo, no solo ha intentado desentrañar los fenómenos de la realidad,
sino que se ha acercado al conocimiento de las acciones y si ellas permiten ser
aplaudidas o si por el contrario deben ser castigadas. Los pensadores, han definido múltiples elementos que le confieren un sentido moral a la
tesis filosófica del bien y el mal, en acuerdo a principios generalmente
aceptados de comportamiento del hombre en la sociedad, en consideración a que
existen formas de conducta, de un lado, buenas en sí mismas y otras que se
adaptan al modelo moral concreto establecido.
El concepto del mal se
refiere a la ausencia del Bien y se puede precisar que el mal solo está
presente en un plano íntimo del hombre. Por otra parte, el bien representa la
búsqueda de la Verdad, la Belleza y la Virtud, virtud representada en la
prudencia, la templanza, la justicia, la fortaleza y el amor desinteresado para
todos los hombres.
Desde la antigua Grecia a la actualidad, la filosofía
ha tratado el concepto del bien y el mal desde una ética particular de los
periodos, utilizando su propia lógica y razón a saber, las épocas son:
¶
Época
Antigua
¶
Época
medieval y Renacentista
¶
Época
Moderna
¶
Época Contemporánea
II DESARROLLO
2.1 ÉPOCA ANTIGUA
LOS SOFISTA Y EL CONCEPTO DEL BIEN Y EL MAL
Para los sofistas, -la verdad no existe- pues depende del sujeto y la interpretación que de ella hace. De modo
que el bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen de la perspectiva
personal con la que valoran algún hecho o situación. En esta medida Protágoras[1] presentaba al hombre “como la medida de todas las cosas”,
afirmando “no hay acciones justas ni injustas”[2]. Por otra parte, Gorgias[3] afirma que nada existe,
ni el bien ni el mal, y si algo existiera, los seres humanos no podrían
conocerlo, y si lo conocieran, no podrían comunicar ese conocimiento.
En oposición al Sofismo, Sócrates asume una
nueva moral exponiendo la trivialidad de su saber filosófico. A su vez enseña
que todo acto humano tiene efectos en el comportamiento de las personas, y que el
conocimiento verdadero no es aquel que se posee acerca del mundo, sino que es el
conocimiento de nosotros mismos, su máxima “Conócete a ti Mismo” presenta la
tesis que los hombres obran mal por ignorancia, nunca por maldad personal; su
expresión “Solo, sé Que nada se[4]” da cuenta de esa ignorancia. Su propuesta es: “quien conoce el bien y
la verdad, los practica”. A su vez postula la necesidad de dar a conocer el
bien y así lograr un hombre mejor.
En coincidencia con Sócrates, Platón considera que
el bien es la idea suprema y el mal la ignorancia, postula que la virtud(Bien) es
parte del conocimiento, pues la razón ha de ser guía del ser
humano, en el conocimiento y en el comportamiento. Para él, los valores
morales
(justicia, bien) no son algo relativo, pues “El mal no es sino, una limitación del bien”. En consecuencia, su
idea del Bien, considera que la auténtica realidad, es “la única realidad” y, de
ella proceden los valores que le dan validez humana a la ley moral. Platón era
un convencido que nadie hace mal a sabiendas. Advierte, la persona que actúa mal, no
lo sabe y cree que lo que hace es bueno[5].
En tanto la filosofía de Aristóteles le atribuye virtudes propias al alma[6], entendiéndola no como una realidad espiritual sino
como un principio de vida. La divide en una parte racional y otra irracional, cuya esencia es el bien moral. No
acepta a priori la imputación de que el hombre actúe mal por ignorancia. Postula que el libre
albedrío, permite actuar mal de forma voluntaria. Presenta al hombre como
esencialmente libre y racional, sus virtudes son el fundamento de la libertad y
la razón, por ello precisa que el virtuoso obra siempre en el “justo medio”. Pues
si algunas personas son malas, no lo son de forma espontánea; aunque tampoco
son buenos por propia voluntad[7].
La ética Aristotélica representa una disciplina filosófica, de la
conducta del hombre para cambiar sus principios según la moralidad imperante. Afirma
que la moralidad es consecuencia de las prácticas humanas, que reflejan una
conciencia moral nacida de las costumbres, obligando al hombre a actuar con una
ética cultural para un tiempo histórico determinado. La definición más cercana
al concepto del bien y el mal, lo considera como actividad humana moral, digna
de ser imitada. Aunque en un relativismo moral Aristóteles se pregunta ¿Existe
el bien?, o ¿Existe el mal?, y ciertamente, las
preguntas conllevan un juicio ético al que es difícil darle contenido, pues no existe
para ellas respuesta concreta, dado que las proposiciones éticas no son capaces
de encontrar una verdad con validez general. Entonces las afirmaciones se
relativizan, y se hacen dependientes de la cultura de la época, y del estrato
social. El enunciado es que “Bien
es aquello a que tienden las cosas[8]” y “Toda acción humana es resultado de su decisión”.
ESCUELAS HELENÍSTICAS. ESTOICISMO, EPICUREÍSMO Y
ESCEPTICISMO
ESTOICISMO
Zenón de Citium[9], en Atenas fue el iniciador en el siglo III a.C. del Estoicismo. Como
forma filosófica influyo a los romanos, destacándose Séneca, Marco Aurelio y
Catón. Su expresión filosófica
señala que no tiene sentido hablar de mal en el mundo, pues nada de lo que
sucede puede ser un mal, aunque lo parezca[10]. El estoicismo ofrece respeto a la personalidad humana, considerando El Bien Moral del
ser humano[11], que consiste en vivir en
acuerdo a la naturaleza global y a la propia naturaleza humana. Lo que consideran
equivalente a vivir en acuerdo con una
razón universal, que rige el orden natural. Su principal argumento es que las acciones del hombre son naturalmente libres y,
por tanto, el bien y el mal dependen solo de su propia voluntad.
EPICUREÍSMO
Epicuro[12], proponía la
búsqueda de la felicidad a partir del equilibrio en los placeres de la vida y
eliminación de los temores acerca de ideas como el destino, los dioses o la
muerte. En su filosofía el placer es por
naturaleza un bien, que no se refiere al placer licencioso y fugaz, sino al placer estable
que permite la felicidad y liberación interior. A Epicureo le es atribuido el famoso argumento “El Mal de Epicuro a
través del cual se intenta argumentar la inexistencia de Dios, A saber, señalaba:
Si el mal existe y Dios
permite que siga existiendo se dice:
O Dios quiso eliminar el mal y no pudo. Entonces Dios no es omnipotente.
O Dios pudo eliminar el mal y no quiso. Entonces Dios no tiene una bondad infinita.
O Dios ni quiso ni pudo. O Dios quiso y no pudo.
Para los detractores Dios no es
el responsable directo del mal, pues el mal es ausencia del bien. Al ser Dios creador del mundo, pudo haberlo creado sin ausencia de bien. Señalan
que los filósofos no han llegado a una definición del bien, tampoco se cuenta
con herramientas para juzgar a Dios, tal que al ser la inteligencia
del hombre tan inferior, la presunción es intentar comprender y juzgar sus
actos. Epicúreo, reflexiona “el mayor bien es la prudencia[13]”, incluso mayor
que la filosofía, considerando que de ella nacen otras virtudes, que enseñan
que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y
justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir con placer.
ESCEPTICISMO
Entre el 360-270 a.C. Pirrón de Elis[14], es el primer filosofo del escepticismo. Su posición filosófica es radical, y opuesta a los filósofos que
se sentían seguros de la verdad, a los que consideraba dogmáticos, el concebía
la filosofía como una búsqueda continua, que no termina. La búsqueda filosófica
era una lucha permanente contra los dogmáticos. Pirrón proponía la suspensión de todo juicio, al no afirmar nada acerca del
bien y el mal, se evitaba el error y se lograba la paz espiritual.
2.2 EPOCA MEDIEVAL Y
RENACENTISTA
Es el periodo del surgimiento del cristianismo e instauración de una nueva ética y conceptos de lo bueno. Impacta a la religión y filosofía, al considerar a las personas
dependientes de Dios y que no se alcanza la bondad por medio de la voluntad,
sino sólo con la ayuda y gracia de Dios.
Es el periodo de LA PATRÍSTICA conjunto de escritos doctrinales de los primeros siglos del
cristianismo. Autores relevantes son: San Pablo, San Agustín de Hipona. Agustín postulaba rechazar la felicidad obtenida
a través del placer, como aseguraban los epicúreos, incluso niega la felicidad como
la práctica de la virtud, como dijeron Aristóteles o los estoicos, ya que la
virtud sigue siendo humana, y la felicidad completa sólo se alcanza en la unión
con Dios. Concibe la filosofía como una lucha entre el bien y el mal. Afirmaba,
que todos los miembros de la Iglesia que se guían por la ley de Dios serán
buenos, y que todos los gobernantes terrenales que ignoren los fines espirituales
del hombre serán malos.
Aunque inspirado por la fe, y confundido por la razón, su gran aporte será transformar el mal en algo de
los hombres.
En la misma medida surge LA ESCOLASTICA que es la filosofía cristiana que aspira a desarrollar y fundamentar la
doctrina de la Iglesia como sistema científico. Tendrá su más
brillante exponente en Tomás de Aquino, padre del Tomismo. Quien proponía que “El bien es la primera realidad
advertida por la razón”[15]. Tomás reconoce
que el fin último del hombre es la felicidad, la que se encontrará en la
posesión de Dios, como personificación del bien. Es la síntesis de la filosofía aristotélica con
la tradición filosófica y teológica del cristianismo.
2.3 FILOSOFÍA MODERNA
El periodo abarca los
comienzos del Renacimiento y la reforma protestante hasta los últimos años del
siglo XX. Comienza el proceso de secularización dejando de ser Dios el centro
del Universo para desplazarlo hacia el Hombre.
René Descartes es el padre de la filosofía moderna, reconoce el bien soberano en la virtud, a la vez que se pone fin a la
moralidad del saber estoico. Señala que
la moralidad no existe para el
cuerpo, sino para el espíritu. Por otra parte,
sobre la rectitud señala que no depende solo del conocimiento del bien. A su
juicio, la maldad no es producto solo de la ignorancia o la falta de
conocimiento, sino que también es producto de la indiferencia. En acuerdo con lo anterior, podría pensarse,
que existe un Bien Soberano para la moral que es la firme voluntad de hacer el
bien o ejercicio de la virtud, que consistiría en el conocimiento de la verdad
por sus primeras causas.
Por otra parte, la ética de Baruch Spinoza[16]: define los conceptos de bien y de mal como “modos de pensar” y no como
denominaciones objetivas de las cosas mismas. Propone que en ocasiones lo que
es un bien para alguien, es un mal para otro; lo que hoy parece bueno, mañana
es malo, e incluso, se está dispuestos a aceptar ciertos males como buenos
porque, aun cuando dañen con privación o sufrimiento, son considerados como
beneficiosos a largo plazo.
Spinoza en las cartas del mal[17], presenta la tesis que el mal no existe, y
en consecuencia, el mal debe expresarse en términos de conveniencia o
inconveniencia, utilidad o inutilidad o, mejor aún, en términos de mayor o
menor alegría. Si el mal no es nada, no es porque el Bien es, sino, al
contrario, porque el bien no es más que el mal, y el Ser está más allá del bien
y del mal[18].
Immanuel Kant definía que “El hombre
es por naturaleza malo”, y en ello no se refiere sino a que tiene una
propensión, que consiste en anteponer el incentivo del amor propio al de la ley
moral. Y esto no por algún impulso sensible, sino como un acto de libre
albedrío o racionalidad.
Para Kant la
diferencia entre el bien y el mal era algo real, pues los seres humanos tienen
la capacidad de razonar si algo es moralmente bueno o malo, por lo tanto, la
capacidad de distinguir entre el bien y el mal es innata, como el resto de
cualidades de la razón. Señala: cuando se hace uso de la capacidad para hacer
el bien, sin importar consecuencias, lo que cuenta es la intención.
2.4 FILOSOFÍA
CONTEMPORÁNEA
La filosofía
contemporánea propone una crítica al modelo platónico-cristiano vigente en la
sociedad occidental. Su
filosofía supone la ruptura con la filosofía moderna.
El punto de partida lo plantea Hegel
al proponer una visión ontológica de la libertad, en la que establece la moral
como una dicotomía de los valores del bien y el mal. Hegel ofrece repensar el
problema de la libertad fuera de los supuestos morales de un sujeto libre, al
criticar la visión moral del mundo, en este sentido se relaciona con Nietzsche
porque al habla de libertad, lo hace desde una perspectiva más allá del bien y
del mal.
Marx, define el mal al proponer que: No existe Dios,
pero si existe el mal. Entonces para comprender la existencia del mal, expone
como expresión psicológica “el sufrimiento” y como expresión social “la
injusticia”, y todo ello desde la idea de que sólo existe lo finito. Inicialmente
Marx creía que la filosofía era imprescindible para un diagnóstico del mal
humano y favorecer el tratamiento o cura del mismo. Posteriormente comprendió
que el sufrimiento o mal humano, tiene causas sociales, ligadas a la alienación
y a la explotación económica que una clase social infringe a otra. Y por tanto
la cura del mal vendrá con un cambio revolucionario de las relaciones
económicas de la propiedad. Marx dirá La filosofía debe ser práctica, y
colaborar en este afán por la autodeterminación y libertad de las personas.
En otra visión el superhombre de Nietzche, caracteriza el mal como una
forma de la más alta inteligencia y una voluntad de poder, lo que le permite al
hombre situarse más allá de la moral vigente, por sobre las concepciones
predominantes del bien y el mal. Para el, la moral impide al hombre manifestar su
verdadera naturaleza; su punto de vista es que toda moral no es más que un
montón de estatutos y leyes rígidas que cohíben al ser humano de su verdadera
naturaleza. Afirmando que
la historia ha sufrido la continua decadencia encarnada por una moral de esclavos
establecida por el cristianismo. Por ello, el hombre ha de volver al punto
inicial de recuperarse a sí mismo, y para ello es preciso la muerte de Dios y
redescubrir la concepción del bien y el mal.
Jean-Paul Sartre
razonó en acuerdo con su no creencia en Dios, afirmando que el supuesto
conflicto sobre la existencia de un Dios omnipresente no reviste sentido de
trascendencia para el individuo, pues, en nada afectaba su compromiso con la
libertad personal, manteniendo que los individuos tienen la responsabilidad
ética de comprometerse en las actividades sociales y políticas de su tiempo. En su filosofía de la libertad absoluta, niega la verdad
objetiva.
2.5 PENSAMIENTO DEL CABALLERO
ROSACRUZ
El caballero Rosacruz
es un hombre libre de elevado ideal moral y social, su misión es contribuir a mejorar moralmente a los individuos y por consecuencia a la
sociedad, en un proceso de crecimiento como culminación de la larga gestación
de las ideas humanistas, y por tanto, El Bien y el Mal, La
Verdad y el Error, La Ignorancia y la Sabiduría, Lo Objetivo y lo Subjetivo, Lo
Esotérico y lo Exotérico, etc. corresponden con la realidad en la que convive, en la búsqueda de soluciones racionales que establezcan el bien en la
sociedad. Así, un masón lucha para que las capacidades individuales
para el bien y el mal se intensifiquen a fin de penetrar
en su conciencia moral.
El
Bien y el Mal son pares de opuestos, en lucha constante, alternándose, como el blanco
y el negro, el día y la noche, la luz y las tinieblas, la vida y la muerte. Y ante
el reconocimiento del hombre como esencialmente perfectible, la francmasonería
establece el concepto de Meliorismo, exaltando las capacidades por alcanzar la bondad humana en un viaje que
siempre está a mitad de camino entre el bien y el mal o dicho de otra forma entre
la escuadra y el compás.
Asimismo, desde una
visión evidentemente moral, el grado de príncipe Rosa Cruz en la búsqueda por
definir el bien enseña tres cosas fundamentales: la unidad, la inmutabilidad y
la bondad; en la derrota final y extinción de lo malo e incorrecto. Representa
en ello los tres pilares del Templo; Fe en la humanidad, y en uno mismo,
Esperanza en la victoria sobre el mal, y el adelanto de la Humanidad, y Caridad
para aliviar las necesidades y siendo tolerante de los errores y de las fallas
de otros. Del mismo modo la Cruz símbolo, de la naturaleza universal, y de la Sabiduría
Creativa, significa para los masones del grado 18 un símbolo de Vida; de esa
Vida Eterna por la cual todos tienen esperanza; de alcanzar el dominio supremo del
bien sobre el mal.
III CONCLUSIONES
Resulta concluyente que las diferencias culturales en la sociedad obligan
a buscar respuestas acerca de la existencia de un criterio adecuado que permita
juzgar y acercarse al verdadero concepto del bien y el mal, y por tanto enfrentados
a dos opciones es necesario el examinar la validez de los puntos de vista. Para
entender el cómo la sociedad siempre en evolución permite a “Todo hombre seguir
la moral dominante de la sociedad en que vive” y como alternativamente también
a “Cada uno seguir su propio capricho y hacer lo que le venga en gana”.
La sociedad de hoy se funda en la convicción de la existencia del mal y
que la acción humana transforma a las sociedades, proponiendo nuevos paradigmas
que admiten la tesis de que todo es relativo, en contra de las normas
establecidas induciendo a pensar que el mal es el no encuentro con la conciencia
espiritual que propone la masonería, aceptando críticamente que el antídoto a la maldad es la duda. Lo que por cierto se
acerca a un intento moral Aristotélico, para establecer un Relativismo Moral,
en aceptación de esos nuevos paradigmas como tesis contrapuesta a la previa.
Finalmente, se puede
decir entonces que el gran aporte de la filosofía en la concepción del Bien y el
mal, ha sido darle contenido de realidad, y un componente humano para
comprender de mejor manera las malas acciones y evitarlas. Así finalmente el
mal en sus diversas manifestaciones tiene un autor que no es otro que el
hombre, quien en la mala acción no solo no respeta a los demás, sino que tampoco
el orden natural de las cosas, el cual, dependiendo de las personas, puede
tener un tinte religioso o no.
S.E.P.
IV BIBLIOGRAFÍA
4.1 XAVIER ZUBIRI
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HISTORIA COMO SISTEMA Y OTROS ENSAYOS
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GRAN ÉTICA Proyectos Editoriales S.A.
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[2] Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas.Vol.43, No.119/p. 503-532Medellín-Colombia.2013 http://www.scielo.org.co/pdf
[3] Gorgias (485 a.C.-380a.C.) filósofo sofista del período
antropológico de la filosofía griega. https://es.wikipedia.org/wiki/Gorgias
[4] frase
atribuida al filósofo griego Sócrates (470 – 399 a.C) que refleja lo consciente
que estaba de su propia ignorancia.
[5] http://filoabpuerto.blogspot.cl/2009/10/174-socrates-el-intelectualismo-moral.html
[6] El alma es un principio básico, vital: el principio en sí de la vida.
http://filosofia.laguia2000.com/filosofia-griega/el-alma-en-aristoteles
[7] De Gran Ética Aristóteles
pág. 49
[9] Zenón de Citio (el Estoico) (336 a. C. - 264 a. C.),
nació en Citio, Chipre, filósofo, fundador de la escuela filosófica
estoica.
[10] http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/hf/soff_u4_1.html
[11] permite perfeccionar la naturaleza y conseguir nuestro fin último;
por lo tanto, el mal moral es lo que nos aparta de esta perfección.
[12] Epicuro: fundador del movimiento filosófico que cubre la
búsqueda de una vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres, Wikipedia
[13] Epicuro, Carta
a Meneceo Fuente:
http://elescabeldekant.blogs.pot.cl/2012/01/epicuro-la-prudencia.html
[14] Pirrón de Elis (360 ca 270 a.
C.) filósofo griego escéptico, de la
escuela del pirronismo fundada por
Enesidemo en el siglo I a. C.
[15] Tomas de Aquino, Suma
Teológica I-IIq 94, a.2, c
[16] http://bibliotecadelcentrodescartes.blogspot.cl/2008/05/baruch-spinoza-ms-all-del-bien-y-del.html
[18] http://bibliotecadelcentrodescartes.blogspot.cl/2008/05/baruch-spinoza-ms-all-del-bien-y-del.html00