Por Freddy
Ponce
CONSIDERACIONES
MASÓNICAS AL LIBRE EXAMEN
El Libre examen, se puede
establecer que constituye una expresión semántica del Librepensamiento o libre
interpretación de diversos argumentos construidos por la sociedad respecto de
leyes o hechos.
Así desde una visión argumental el librepensador es
una persona que sostiene posiciones de búsqueda de la verdad, lo que ciertamente
indaga en el encuentro con la lógica, con la razón y el empirismo en lugar de
la aceptación de una autoridad, o tradición, revelación o ley dogmática
establecida.
De manera que quienes participan del libre pensamiento
son definidos como librepensadores, representando el análisis imparcial de
hechos y decisiones, consideradas independientemente de toda imposición
dogmática de cualquier institución, religión, tradición, tendencia política o
cualquier movimiento activista que intente imponer un punto de vista ideológico
o cosmovisión filosófica.
Por cierto el axioma tiene relación con el origen
histórico del pensamiento revolucionario que dio origen a movimientos como el
Renacimiento, el Humanismo, la Reforma, la Ilustración y la Revolución
francesa. Desde donde surgen las ideas filosóficas desarrolladas para nuevas y
diferentes formas de establecer el concepto de librepensador.
La Ilustración propone una actitud filosófica
consistente en rechazar todo dogmatismo, religioso o de cualquier otra clase, y
confiar en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso en un clima de
tolerancia y diálogo.
La aparición de la masonería en Gran Bretaña en el
siglo XVIII, supuso un avance sustancial, en la libertad de conciencia pero no
definitivo. En principio la masonería exigía a sus miembros la creencia en un
Dios revelado, en una verdad superior, pero no especificaba cuál, por lo que,
sin reconocer plenamente la libre conciencia, admitía la convivencia de dogmas
basándose en el respeto mutuo y en la búsqueda de una verdad superior y
unificadora, que quedaría plasmada en la figura del G.A.D.U. Sinceramente no es
hasta la aparición de la masonería adogmática, que no se exige a sus
integrantes la fe en ninguna verdad revelada, y que se reconoce la libre
conciencia. Es el momento en que se prescinde de la figura de un ente superior,
que dice cuál es la verdad, que la libre conciencia se convierte en el rechazo
abierto a todo dogmatismo.
Para ingresar a la masonería, se exige ser un hombre
libre, aunque a veces se ha relegado a las cuestiones pecuniarias, o sea ser
libre para pagar las cuotas, lo que en parte a permitido marginar a la mitad de
la humanidad, aduciendo para ello que las mujeres no podían ser recibidas
masonas, porque no eran libres, para hacer frente a las capitaciones logiales.
El fin principal a que aspira la Masonería es la
Confraternidad Universal, mediante el perfeccionamiento integral del Hombre. Para
ello la Masonería simbólica sustenta un proyecto filosófico de mejora del
Hombre. El masón se conoce a sí mismo e inicia un proceso de autoconstrucción
para llegar a ser la mejor versión de sí mismo. La logia constituye de esta
manera un espacio de búsqueda del saber, de la reflexión, del diálogo y de convivencia
fraternal para el crecimiento personal.
El motor de la búsqueda es la duda filosófica la que representa
la ignorancia, de modo que para salir de ella se necesita solo el conocimiento
de sí mismo. La duda no es negación ni afirmación a priori, es sólo un estado
de conciencia en el que no existen elementos para negar o afirmar algo. A
partir de ella la Masonería ofrece un sencillo como antiguo método para el
perfeccionamiento intelectual. Es un método que tiene como finalidad formar
pensadores independientes deseosos de llegar por su propio esfuerzo al discernimiento
de la verdad.
El método, usa ampliamente el símbolo y la alegoría,
pero no ofrece de ellos ninguna explicación fija o dogmática, sino que deja en
libertad al iniciado para que ejercite sus propias facultades deductivas e
inductivas para descifrarlos y aprender -por sí mismo- las provechosas
lecciones que encierran. De modo que a
través del simbolismo la masonería se consagra a la adquisición de habilidades
en el uso de herramientas masónicas, que permiten una reflexión crítica, filosófica,
humanista y meliorista, para alcanzar la plena posesión de las herramientas, y finalmente
actuar eficazmente sobre él mismo y sobre la sociedad. Estimulando el libre
examen, la expresión libre, la discusión ilustrada, el desarrollo de la
imaginación y el pensamiento propio reflexivo y constructivo, como medio para
conseguir que cada quien llegue a sus propias conclusiones.
El logro es un pensamiento filosófico de libre examen
el que por definición, es crítico y constructivo que conduce a los adeptos al
conocimiento e interpretación de los símbolos y mensajes rituales, propiciando la
obtención de su significado real y profundo, y sólo así se adquiere una
vivencia plena para quien los piensa y trabaja.
S.F.U.