Sobre filosofía, política y otras manifestaciones sociales de solidaridad para una sociedad que se construye en estas ideas.
jueves, marzo 14, 2013
DIMENSIÓN
PARA UNA
FILOSOFÍA MASÓNICA
Por Freddy Ponce
INTRODUCCIÓN
Numerosos ensayos
sobre Filosofía, han señalado en forma acertada, una definición de filosofía,
que se asocia con las expresiones de –Búsqueda del Conocimiento–, –Amor a la
Sabiduría– etc. términos que desde una visión rigurosamente masónica, han sido
abundantemente precisados y reiterados, en innumerable bibliografía.
Por cierto en la
época actual y desde el punto de vista de la organización humana, la filosofía
se caracteriza en su forma expresiva como un conjunto de monólogos, que
requieren imperiosamente del diálogo, el que debe construirse en el compartir
con un otro, con el tú distinto del yo. A partir de lo cual se produce un
enfrentamiento cultural, con el actual paradigma del bienestar, el que es
aplicado desde una visión estrictamente económica, e impuesto por un modelo de
sociedad y paradigma social del consumo por el consumo, cuya prepotencia
engendra un vacío espiritual, que conduce a la crisis de civilización que
experimenta la forma de organización humana.
La historia de la
filosofía, está marcada por las reflexiones de pensadores que ofrecen distintas
visiones para una misma sociedad, como lo señala por ejemplo la filosofía
marxista, la que marca profundamente a la sociedad de clases, y establece
diversos mecanismos que interpretan los diversos procesos históricos vividos
por la humanidad.
A su vez la
cultura es parte de la concepción filosófica que mueve al mundo, y sin duda
ello es algo vivo, y en permanente transformación. Las dinámicas de las
diferentes culturas son por tanto los modos de vivir y expresar su espíritu por
los diferentes pueblos y grupos sociales. Así la historia de la filosofía y por
tanto la filosofía, son parte de esa cultura explícita, cuyos elementos son
parte fundamental del diario vivir, y de la vivencia interior del ser humano.
Por otra parte la
Francmasonería constituida como escuela filosófica, estimula el desarrollo de
una actitud intelectual de primera línea, que basa su aceptación en las
prácticas y enseñanzas de la Orden. Persigue entre sus fines el formar discípulos
imbuidos de un estilo de vida y una materialidad consecuente con un modelo
ideal de hombre.
En este sentido
la existencia de una Filosofía Francmasónica, desde una perspectiva
convergente, de ideas, y luego como un afán filosófico que distingue a la
institución, permite examinar aspectos de sobresaliente análisis. El primero y
fundamental queda representado en el contenido esencial de la doctrina
filosófica, expresada en todo orden de cosas por la institución francmasónica.
DESARROLLO
La Filosofía
Francmasónica –Si tiene existencia real– en general, se corresponde con la
Filosofía de la Humanidad y en esta filosofía se han inspirado pensadores de
todos los tiempos. La Filosofía Francmasónica, está arraigada en las enseñanzas
de los valores que en las distintas edades masónicas, proyectan nuevas formas
de pensamiento y superación filosófica lo que permite la evolución hacia un
devenir superior en la tesis de la libertad, igualdad y fraternidad.
CONTENIDO PARA
UNA FILOSOFIA FRANCMASÓNICA
En una primera
aproximación para definir la existencia de una Filosofía Francmasónica, se
puede señalar taxativamente que la Orden Masónica es una institución
iniciática, cuya práctica reflexiva, aplicada a una actividad meditativa
individual y grupal, constituye la suma del pensamiento organizado de la
masonería con una vertiente propia y característica.
De modo que
aceptar la tesis de una Filosofía Francmasónica, asociada al carácter
filosófico de ella, pone al descubierto la idea de un contenido doctrinal y
filosófico característico de una estructura filosófica de la moderna sociedad
francmasónica. Es por tanto ineludible efectuar un previo análisis al texto de
Los Principios, en aquellos aspectos que la incitan a comportarse como una
verdadera y moderna sociedad de constructores, a través de lo cual queda
claramente definida su condición en razón de principios filosóficos universales
y éticos, que aseguran las esperanzas más repetidas de esta institución.
Ciertamente el
texto asevera que:
“La Orden
Francmasónica, es una Institución universal, esencialmente ética, filosófica e
iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema educativo,
tradicional y simbólico”.
Entonces situados
en este contexto de validez, se puede precisar que la institución en esencia
responde al ideal del conocimiento humano a través de un humanismo espiritual
meliorísta y excelsiorista, cuya acción intenta transcurrir, desde un optimismo
centrado en el hombre y la construcción de él, en camino hacia una auténtica “Filosofía
del Hombre”, cuyos comportamientos sociales son tributarios de la
Fraternidad Universal, que se establece como el centro de la concepción ética,
desarrollada en el transcurso del arte de filosofar.
De otro lado,
para nadie es desconocido el sello de exclusividad de la orden, plasmado en el
Meliorísmo y Excelsiorismo; términos que acogen como visión humana, el
perfeccionamiento del hombre, en referencia al crecimiento interior de los
hombres llamados libres, los que iniciados en prácticas y costumbres,
reconocidas por el avanzar en el conocimiento humano, buscan constantemente la
posibilidad de cambiar y de transformarse.
De modo que
identificar la existencia de una doctrina filosófica de la orden, que se apoye
en el pensar reflexivo, critico, autónomo y constructivo[1],
lo que permite sostener, que los enunciados programáticos, en la expresión
solidaria de los pensamientos afines desplegados tanto por discípulos como
maestros en las diferentes cámaras de instrucción, deben ser permanentemente
perfeccionados, en pos de alcanzar una yoidad de cada ser, en un espacio grupal
de convergencia de las ideas.
Por otra parte el
texto De los Principios, señala que:
“Como Institución
docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y de la
Humanidad".
Implícitamente
esta idea queda prefijada por el Meliorísmo de la masonería, el que constituye
una posición ética y moral cuyo amplio contenido filosófico, es integrador de
todo el género humano. El Meliorísmo, como definición ética y social, se puede
centrar en una la idea de que la verdad buscada se encuentra a medio camino
entre el bien y el mal, entre el optimismo y el pesimismo, y centra su interés
principal en el perfeccionamiento humano.
Ferrater Mora,
sostiene, que esta es una posición de notorio acento Eticista, que construye
uno de los rasgo distintivos de la institución, en acuerdo con lo cual el mundo
no es por principio ni radicalmente malo ni absolutamente bueno, sino que
susceptible de ser mejorado.
La posición
Meliorísta de la Masonería, conduce a participar activamente de una permanente
y dinámica construcción francmasónica, que busca un perfeccionamiento sostenido
y sustentable, que solo es posible de alcanzar por medio de un proceso de
discusión y elevación moral junto al progreso espiritual de los hombres,
iniciados en las prácticas y doctrinas de la Orden.
En otro orden de
consideraciones, la postura reflexiva de la masonería, converge desde distintas
tendencias, a una consideración filosófica y ética (No cualquiera), para
articular, el surgimiento de una filosofía propia y particular, fundadora de
una escuela de pensamiento conocida como Eclecticismo.
El Eclecticismo,
debe ser constructivo, y descansar sobre la conformación de un auténtico
sistema filosófico, del cual es posible que brote la justificación para una
Filosofía propia del Conocimiento, sobre la que se expresa el conjunto de la
idea de la francmasonería.
De modo que la
Francmasonería y la Filosofía, comparten un ideario común, a partir del cual es
posible justificar plenamente el carácter filosófico, que le imprime ese sello
reflexivo, que al mismo tiempo, es compatible con la impronta meditativa que
desarrolla la orden.
En una síntesis
el Segundo Principio genera una de las más incesantes actividades del masón al
señalar que:
"Promueve
entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad". Afirmación
apoyada en el Décimo Principio: que "Considera, que el trabajo, en todas
sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos esenciales del
hombre, y el medio más eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad,
contribuyendo con ello al progreso social".
A partir de ello
se funda una Escuela del Filosofar[2],
al estilo de otras escuelas del pensamiento, de modo que alumnos y maestros
colaboran en el arte de desarrollar en el hombre las cualidades espirituales y
morales permanentes, y en la búsqueda de un compromiso decidido con la sociedad
en que se participa, transformándose en una institución progresista, que
desafía al tiempo y el espacio, que vive, progresa y asimila las excelencias de
cada momento.
Un modo de
analizar las repercusiones del saber y la estructura del pensamiento
filosófico, considera al menos tres niveles de análisis que son el sustrato
necesario para cualquier expresión del pensamiento, manifestado tanto en las
concepciones de pensamiento que la dirigen como en el resultado de sus
aplicaciones, tales elementos a examinar, son: La Ontología, La Gnoseología; y
La Axiología.
En otro orden de
ideas, para establecer las bases culturales, sobre las que se funda el
pensamiento de una filosofía particular, implica desarrollar conceptualmente
los elementos de lo que se podría llamar una “Filosofía Francmasónica”, cuyos
aspectos cognitivos, presenta similitud con el concepto expresado en el título
de este trabajo, lo que supone que existen las bases filosóficas para la
existencia de una filosofía Francmasónica, característica que recibe las
influencias de las dos corrientes de mayor importancia que a saber han sido
definidas como: “El Idealismo” y “El Materialismo”.
El punto de
partida para la reflexión filosófica, inicia su abordaje, considerando como
antecedente el que cada masón, en el transcurrir de su vida masónica, ha
desarrollado, una propia e irrebatible concepción de la filosofía, asumiendo
posiciones ya sea de orden idealista y/o materialista.
De este modo, la
tesis de este trabajo, intenta proponer y fundamentar apropiadamente, que la
discusión filosófica sobre las verdaderas vertientes sociales y políticas,
inducen la existencia de una denominada FILOSOFÍA FRANCMASONICA, entre las que
se reconoce una filosofía masónica, de cercana posiciones a un Agnosticismo
activo, meliorista y citeriorista, capaz de generar una expresión doctrinal de
un eclecticismo constructivista, que no necesita mayor expresión ni definición.
El fundamento de
esa posición filosófica, tiene que ver de un lado con la búsqueda del
conocimiento, como propuesta filosófica, y de otro con el irrefutable
pragmatismo del hombre masón, el que estimulado en los alcances conceptuales,
para una concepción de vida, lo conduce a adoptar una posición Racionalista,
como desafío con el mundo social.
En este sentido,
entender la proposición sobre la existencia de esa forma filosófica significa
entender tres argumentaciones fundamentales.
–De un lado, la
evidencia y necesidad de dar explicación sobre la existencia de un contenido
filosófico de la masonería–
–De otro lado, la
necesidad de explicar todo, aceptando la tesis de que todo es obra y señal de
un arquitecto constructor–
Lo señalado pone
el pensamiento filosófico de la masonería, en camino de dar una ineludible y
debida respuesta a las preguntas fundamentales que la filosofía propone y de
responder para dar cuenta de su posición ética frente al problema de la
existencia del hombre y su fin último particularmente para definir desde la
visión cognitiva aquellos aspectos que den respuesta a su posición cosmogónica
en aspectos tales como: ¿qué es la materia y qué es el espíritu?
¿MATERIA Y
ESPÍRITU?
En su sentido más
amplio la masonería como escuela del filosofar, busca dar respuesta como lo ha
señalado permanentemente a tres preguntas fundamentales del ser humano ¿Quién
soy?, ¿de dónde vengo? ¿Y para dónde voy?, preguntas que tienen elementos de
coincidencia para la existencia de una filosofía que se desarrolla desde los
fundamentos histórico-filosófico al definir –Materialismo e Idealismo–, posiciones
que por cierto cada masón asume concluyentemente para definir su posición en el
universo. Y por tanto el universo en que mora el hombre, se agrupa en las dos
categorías claramente definidas, las que a saber, pueden ser diferenciadas como
"Materia" y "Espíritu", a partir de las cuales encontrar
las respuestas que satisfagan su necesidad.
Estas expresiones
filosóficas, tanto en el fondo como en la forma, permiten precisar en una tal variedad
de expresiones que al simbolizar “Espíritu”, se haga aprovechando (en el más
amplio sentido sinonímico), los términos "pensamiento",
"alma", "ideas", "conciencia", etc. del mismo
modo al referirse a la materia, se conciba en referencia a terminologías tales
como "naturaleza", "tierra", "mundo",
"ser" etc.
Federico Engels,
utilizando los escritos previos de Ludwig Feuerbach, establece con absoluta
precisión la existencia de una diferencia, denominando al "Ser", como
la materia”, y al “Pensamiento” como el espíritu.
Así, y en el
ánimo de ofrecer un mejor entendimiento sobre todos estos conceptos, y en una
reducción de las definiciones y su significado, permite una más cercana
comprensión de cada término.
De modo que la
Filosofía Masónica, participa en todas las medidas de las características sociales
de todo el conocimiento humano. Pues se apega como un conocimiento objetivo y cierto
de las cosas asumiendo que cada una tiene sus causas. Y entonces los masones iniciados,
luego de largas pláticas y entendimiento según su desarrollo y edad se
preguntan con mayor avidez acerca de las causas de las cosas, para dar claras respuestas
a su posición creando una forma de pensar y definir su posición.
Se busca una
definición conceptual sobre la idea de una filosofía masónica y su dimensión
para una definición total, sobre su contenido el que se ha de precisar como el desarrollo
del pensamiento, y como forma de acercamiento a una expresión del quehacer
masónico. Así en primer lugar se puede precisar algo sustancial para los
pensadores. Para Hegel, pensamiento, es el producto del pensar, y por
extensión, señala que un grupo de pensamientos constituye una idea, como la
representación característica de las cosas, lo que constituye finalmente una dimensión
filosófica capaz de dar contenido a una escuela.
Y por tanto si es
aceptada la tesis de la existencia de una filosofía francmasónica, queda
implícito que ella se establece a partir de las formas de pensamiento que unen
el sentido del hombre masón como un hilo conductor que quien tiene la capacidad
–luego de prepararse adecuadamente– para de percibir los diferentes estados de
conocimiento, y concluir que los diversos grupos de ideas, incluidas aquellas
más complejas, tienen una dependencia de los sentidos, y por tanto corresponden
con la percepción e imagen que se tienen de los objetos materiales.
Se puede entonces
aseverar que todo lo señalado, sobre la particular posición del hombre en el
universo, es que este posee ideas, pensamientos, y sensaciones en la medida que
siente y ve, y por tanto siente la necesidad de desarrollar modelos que
expliquen desde una visión científica el comportamiento de los distintos fenómenos,
los que al mismo tiempo se siente en la obligación de comunicar.
SÍNTESIS
CONCLUSIVA
La Francmasonería
procura que sus miembros sean capaces de pensar por sí mismo, estimulando la
creatividad de ideas nuevas y su consiguiente puesta en práctica, promueve los
afanes desplegados en el difícil oficio de pensar, de innovar y de tener ideas
propias.
En esta medida y
no en otra, la Francmasonería, como visión de futuro constituye una filosofía
particular, articulada en la actividad intelectual activa, y participativa. Se
trata de un arte, u oficio productivo, una ciencia y actividad creativa, capaz
de generar ideas propias, proyectos individuales e institucionales.
Luego es
absolutamente legítimo sostener que la masonería además de docente y ética es
una escuela Filosófica, cuya doctrina tiene por propósito lograr la excelencia
mediante la práctica del perfeccionamiento interior, expresado en metas,
objetivos y finalidades. Pero sólo se puede aprender y progresar en la medida
en que cada iniciado este voluntariamente dispuesto a aprender y a progresar.
No se puede ejercer coacción o cooptar los espíritus; porque el elevación que
se persigue, requiere de manera justa y necesaria el insoslayable respeto y
dignidad de la persona humana.
El contenido de
esta doctrina perfectivista, tiene que ver con el afán humano de construir,
cuyas dos posibles maneras de entender la dimensión práxica, conciben a la
Orden, como la condensación del pasado y como síntesis que el presente de la
Institución, ofrece.
La idea es poner
de manifiesto que existe un Arte Real, cuyo el cultivo provoca en los espíritus
ilustrados, la búsqueda de un camino propio de expresión personal, susceptible
de equívocos; o bien, se acepta el camino propuesto como algo seguro e
inequívoco. En ambos casos la decisión es una cuestión que sólo atañe a cada
hombre.
En definitiva, el
carácter filosófico, expresado en la aplicación de un Arte Real, de
consideraciones humanistas conducentes a ocupar un espacio en la construcción
de un ser integral a través de una docencia masónica cuyo propósito es la
formación de seres cuya integralidad constituya el fin organizado y armónico,
en principios que expresen el camino que guía el actuar masónico en la sociedad
y como consecuencia valorar la
existencia del presente, (aquí y Ahora) estableciendo una impronta ético-moral
de contenido filosófico.
Paradigmas de la Sociedad
PARADIGMAS
DE LA SOCIEDAD
Por Freddy Ponce
INTRODUCCION
La sociedad que fuera construida a partir del modelo social
del siglo 20, se encuentra agotada y en esta medida nuevos paradigmas permean
la sociedad actual. Nada o casi nada de lo que fue la forma tradicional de la
sociedad de comienzos del siglo 20, está hoy vigente como forma societal, sin
embargo aún muchas personas educadas tradicionalmente siguen vinculándose entre
si de la forma primitiva.
De este modo un número importante de ciudadanos de a
poco se han encontrado viviendo la MATRIX, sin tener casi conciencia del cambio
producido, lo que les limita el potencial de seres humanos, en capacidad de
experimentar las formas de vida actual. Así para ellos se está prisionero, y
los barrotes están en la cosmovisión construida por los nuevos paradigmas.
El intento es analizar las formas de acción colectiva
y la configuración de actores sociales, no es el propósito el desarrollar los
mapas conceptuales de las formas de acción colectiva, frente a la presentación
de una problemática general y de las orientaciones para su análisis.
DESARROLLO
La sociedad como es hoy conocida, ha sido persistentemente
agitada por cambios revolucionarios. A saber en el siglo 20, El nacimiento de
la energía atómica; la teoría de la relatividad y la teoría cuántica; la
biología molecular; la psicología fisiológica; el auge y caída de los procesos
de consolidación económico y sociales; y el desarrollo de una visión de
protección del medio ambiente. Se puede decir que la revolución tecnológica, ha
transformado de raíz el estilo de vida actual de los pueblos.
De modo que la sociedad actual vive en un continuo tránsito
desde un paradigma a otro, en razón a los profundos cambios que impone la
tecnología y las nuevas concepciones de mundo. La vieja racionalidad
determinista se resiste a dejar de cuantificar cada fenómeno de la realidad y
las acciones sociales.
Definir los cambios en los paradigmas de la sociedad, requiere
de puntualizar una definición conceptual de los términos comúnmente utilizados,
sobre Sociedad y Paradigma, a fin de presentar una respuesta acertada sobre los
modelos de sociedad que se están construyendo.
En primer lugar se puede señalar que como voz “Sociedad”
deriva del latín Societas, que significa; Asociación, Comunidad que a su vez
deriva de Socius; y cuyo significado es socio o compañero. Mientras que en un
sentido más amplio y general; se puede decir que es la agrupación de
individuos, que establecen vínculos y relaciones recíprocas, e interacciones
estables. De forma más restringida, es la agrupación, en un Territorio–Nación;
de individuos humanos, que participan de la misma cultura e instituciones
sociales, interaccionando entre sí, en el desarrollo de intereses comunes y
consecución de sus fines.
Por otra parte el término paradigma, implica un nuevo modelo
de comportamiento, que debe ser pensado en función de los valores compartidos
por la sociedad u organización, y desarrollados en todo el ámbito científico,
religioso, filosófico u otro contexto epistemológico, el que está unido a los
métodos, reglas y formas generales utilizadas en la realización de una
investigación, y que pueden ser utilizados como sinónimo o marco teórico de
teorías modeladas a partir de preconcepciones validadas.
Sobre el particular, Thomas Kuhn[1], concibe
el termino Paradigma como un logro, es decir, como una forma nueva y aceptada
para resolver los problema en la ciencia, que más tarde será utilizado como un
modelo de comportamiento, que permite realizar investigación y luego trascender
a la formación de una teoría.
EL NUEVO
CONTEXTO
En la historia de los últimos siglos, la humanidad ha
vivido entre paradigmas a veces errados o insuficientes, los que se han constituido
en gran medida como los verdaderos arquetipos sociales, pero a la luz del
conocimiento actual se puede asegurar que son insuficientes para dar respuesta
a las necesidades de la sociedad actual.
En las últimas décadas del s. 20 e inicios del siglo
21, el desarrollo de tecnologías inician una transformación radical en la información
y comunicación y por ello la forma de organización social se encuentra en un
proceso de cambios sustanciales, tanto en la generación de productos y
servicios de alta eficiencia económica y útiles a la sociedad, como también en
las formas de interrelación entre los ciudadanos, lo que implícitamente se
encuentra dado por el apoyo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
(TIC).
Para nadie es desconocido, que los modelos de
comportamiento social y paradigmas de la sociedad, al estilo del pasado siglo,
se encuentra agotados, mientras que para algunos aún continua vigente y miran
el mundo a la manera del siglo 20. La crisis se acentúa en la medida que se
hace vigente el paradigma digital, cuya construcción de la digitalidad se
encuentra en que las cada vez más eficientes formas comunicativas, las que han
pasado a su segunda etapa “Se internalizan como Propias”, y por supuesto, la
sociedad tradicional queda atrás agotada en sus raíces mismas y, hoy es incapaz
de ofrecer respuestas coherentes a las grandes necesidades actuales y por tanto
menos a las necesidades futuras del ciudadano, no solo en cuanto conformación
de una nueva forma del rol del estado, sino que tampoco a las formas éticas de
comportamiento humano, en una civilización en la que la tecnología ha sido
adoptada como una forma de vida.
Como sociedad, hoy se asiste a un conjunto de
transformaciones económicas-sociales y culturales que no tiene precedentes en
la historia humana. Los muros ciudadanos caen y los nuevos ciudadanos se
encuentran en el proceso de toma de conciencia de su espacio en el mundo
virtual, el que requiere de tomar el poder, sin embargo a pesar de ello se
sigue incrementando la brecha comunicacional, en el desarrollo humano, pues se amplían
las diferencias económicas entre los países desarrollados y aquellos en pleno
subdesarrollo y aún más en los mismos países existen grandes y graves
diferencias económicas, que no permiten a parte de la población acceder al
desarrollo igualitario de los ciudadanos.
La globalización con su estructura mundial no logra
traspasar los ghetos comunicacionales pues ella se ha adormecido en un proceso
que engloba una creciente internacionalización del capital financiero,
industrial y comercial, sin precedentes orientado a satisfacer las formas de
organización neoliberal de corte capitalista, la que no ha sido capaz de
ecualizar a todos los ciudadanos del mundo.
Quizás nunca en la historia de la Humanidad, el ritmo
de cambio social[2]
ha sido tan acelerado como en los últimos años. El gran cambio ha sido la casi
desaparición, en el mundo occidental y desarrollado, del grupo social más
importante en la historia de la Humanidad: el campesinado.
El mundo se ve invadido por formas de producción y
consumo, y se hace evidente la preocupación por el deterioro incontenible de
los recursos naturales, el avance de la pobreza; y otras lacras sociales como
la droga en manos de la juventud, es por tanto que el nuevo paradigma
constituye un nuevo fenómeno que ha llegado a convertirse en e modelo para los
países en desarrollo, es “LA SOCIEDAD TECNOLOGICA GLOBAL Y DIGITAL”.
Esta nueva sociedad en pleno proceso de construcción “La
sociedad tecnológica y digitalizada” sin duda convierte al hombre en un
autómata del sistema y por tanto se construye un nuevo poder, es la Web 2.0 a
veces intangible otras más visibles en los casos como wikileak. El estado de
hoy como forma de poder tradicional, que dirige a las personas y los pueblos, pierde
fuerza y se enfrenta a una nueva sociedad, en el que el problema resulta ser los
profundos cambios de paradigmas, en todos los aspectos de la sociedad de masas,
las reformas que se inician en educación en la organización humana a pesar que se
esfuerzan por respetar un modelo clásico, al que le introducen los nuevos
elementos que se incorporan en la modernidad, y que no forman parte del modelo
original, no tienen la suficiente fuerza y estimulo como para evitar la crisis
que produce la transformación de la estructura societal.
De este modo, los paradigmas de la sociedad representan
una visión de cambio, en que las ideas obsoletas son reemplazadas por otras que
socioculturalmente son capaces de estimular mejor a las personas, para provocar
los cambios necesarios para las grandes mayorías sociales, ello constituye como
tal el cambio de paradigmas, el que renueva la transformación del patrón social
en que se encuentra inmersa la población humana, más aún, es un cambio de
sentido común, en lo que respecta a las prácticas más eficientes tanto en la
producción como en las demás actividades sociales.
El origen del cambio de paradigma, es una revolución
tecnológica. Una revolución que resulta de la fusión e integración de dos
grandes vertientes de cambio: una, la revolución informática, la que todo el
mundo reconoce como tal, iniciada en Estados Unidos y que se difunde por el
mundo desde los años setenta y, la otra, la revolución organizativa,
desarrollada en Japón y adoptada cada vez más ampliamente desde los años
ochenta. Estos dos cambios cuya enorme trascendencia se pone de manifiesto en la
profundidad de las transformaciones que este proceso de destrucción creadora ha
venido haciendo en el mundo desarrollado y en más y más en los países
periféricos.
Y por tanto la pregunta es hasta dónde es importante
comprender la naturaleza de este cambio, para poder identificar y comprender el
nuevo modelo de sociedad. Es sin duda un cambio de paradigma técnico-económico,
que avanza con nuevas herramientas y nuevas formas de hacer las cosas, los
cambios en los patrones organizativos dados por la Web 2.0 y las nuevas posibilidades
tecnológicas, al encontrarse frente a un enorme potencial de generación de nuevas
riquezas, cuyo aprovechamiento exige adoptar una nueva lógica basada en los
nuevos modelos
Este es un nuevo contexto, el que puede definirse como
la “Era de la Colaboración” dada por las nuevas formas de comunicación masiva
en la Web 2.0, la que construye “Nuevos Ciudadanos”, a los que se ha dado en
llamar “Nativos Digitales” y a quienes recién experimentan y necesitan
reaprender son “Cromañones Digitales”, las nuevas estructuras sociales, en
proceso de construirse utilizan como herramientas las Redes Sociales las que
darán forma a la nueva organización y por ello desde la Sociología Digital debe
surgir la Política 2.0, con nuevos Modelos de Creación de Valor Social.
Y por tanto cambia la matriz social, para configurar
el cambio que se basa en actores ligados a los proyectos de futuro, cuyas
formas estructurales utilizan la internet web 2.0 sin considerar la
trascendencia histórico-cultural. Todo lo cual tiene efecto en las formas de
acción colectiva y en las formas organizativas.
Dicho de otra manera, los cambios en la matriz
socio-política desarrollan nuevos ejes de acción colectiva, los que serían las
pautas predominantes de la construcción de las estructuras de futuro de una
sociedad en proceso de cambio.
Sobre el particular Alvin Toffler[3],
equipara el proceso de cambios como una revolución similar a las revoluciones
agrícola e industrial. Es decir, para él, son fenómenos que pueden tener una
duración de varios siglos. Respecto de lo cual se puede precisar que este es un
argumento discutible, por la velocidad de los cambios y la permanente
obsolescencia de ellos. Es común que la gente de una época turbulenta y llena
de incertidumbre, piense que lo que está experimentando es único. Esa postura pone
a las personas en un limbo en términos de entender lo que está pasando.
Es notorio que de manera directa, hay una
transformación en la empresa global. Y por ello toda empresa que quiera seguir
siendo competitiva y quiera entrar en el mundo global, obviamente, tiene que ir
aplicando toda la lógica del nuevo paradigma tecnico-económico, porque, si no,
se quedara atrás.
De igual forma cambian profundamente las condiciones y
las oportunidades para el desarrollo político de la sociedad. Ya no se puede
aplicar la política que fue efectiva en la época de la sustitución de
importaciones, en la época de la producción en masa. Al menos, no en su
conjunto. Esto no quiere decir que algunos no se puedan incorporar al nuevo
contexto y al nuevo potencial. Cada época presenta oportunidades distintas y
las políticas de desarrollo, para tener éxito, tienen que adecuarse a las
posibilidades concretas de su tiempo.
La oportunidad de desarrollo en el nuevo contexto tiene
ahora otro carácter y también la forma de enfrentarlo es otra. El nuevo
potencial de generación de riquezas lo moldean y lo definen las fuerzas
sociales. Ese nuevo potencial requiere un marco social, institucional y
político capaz de aprovecharlo. Por eso es posible concluir que cada vez que aparece
una nueva revolución tecnológica se dan unos cambios sociales y políticos
masivos, donde finalmente todos los individuos se incorporaran.
Lo que no es viable es continuar por caminos decididamente
inviables. La última vez, con la revolución tecnológica de la producción en
masa, se implementaron sistemas muy distintos al anterior, todos adecuados a
ese paradigma: el socialismo soviético, el fascismo, la democracia Keynesiana y
lo que podría ser llamado el estatismo desarrollista del Tercer Mundo, fueron modelos
implantados con infinidad de variantes. A pesar de las profundas diferencias
que los separan, todos fueron relativamente exitosos en dar grandes saltos
económicos en base a la producción en masa, basados en un rol económico
importante del Estado central y otras características morfológicas comunes.
El origen
del cambio de paradigma, es una revolución tecnológica que resulta de la fusión
e integración de dos grandes vertientes de cambio: una la revolución
informática iniciada en Estados Unidos que se difunde por el mundo en los años
setenta y, la otra, la revolución organizativa, desarrollada en Japón y
adoptada cada vez más ampliamente desde los años ochenta. Estos dos cambios de
enorme trascendencia, es difícil de entenderlo en la profundidad de las transformaciones
que el proceso de destrucción creadora ha venido haciendo en el mundo
desarrollado y en más y más países periféricos.
El nuevo paradigma requiere de construir un modelo que
sea incluyente y democrático tal que obligue a pensar de una nueva manera
adaptando los principios y valores de siempre a la nueva forma de organización.
En esta medida es necesario entender el nuevo paradigma para moldear sus
efectos y utilizarlo en beneficio de las grandes mayorías de la sociedad en
construcción y no solo de unos cuantos que engordan a su calor.
ALCANCE DE
LOS NUEVOS PARADIGMAS
El hombre como tal, se define como un ser social. Por
lo tanto desde allí deben partir los principios que incluyan al hombre en la
nueva sociedad, y por tanto se debe incorporar el compromiso que tiene este ser
humano con las organizaciones sociales y con el desarrollo del bienestar
colectivo.
Es en esta medida que la percepción de la crisis y el
desarrollo de la nueva sociedad, pone en un primer plano el cumplimiento de
demandas por construir la democracia, la que debe estar encarnada en el poner
al hombre al centro de las preocupaciones y protagonista de su historia, y por
tanto en la satisfacción de necesidades fundamentales, para la creación de
condiciones para una nueva relación social no capitalista. Donde los paradigmas
deben constituir una estrategia hegemónica a gran escala que, permita desarrollar
mayor participación en la sociedad civil, y formas comunicativas democráticas.
La participación de los ciudadanos de hoy en la red de
redes, si bien aísla a los hombres del contacto cara a cara y los transforma en
verdaderos autómatas del sistema establece una nueva forma de colaboración
entre los seres humanos, de manera tal, que implica una transformación en seres
libres de prejuicios y de ideas preconcebidas. En esta medida es necesario establecer
algunas normas que surjan de las raíces mismas de la nueva organización, pero que
incluya en la sociedad organizada el símbolo superior del progreso del hombre, y
que por cierto ello no es la tecnología, que hoy todo lo domina sino que es la
organización a la que se ha dado en llamar Estado, la que corresponde a una
forma de organización humana, al interior de un territorio, en el que tiene
existencia real un determinado orden social, político jurídico y económico, el
que es establecido a través de ciertas normativas, que pueden ser definidas de
acuerdo a la cultura organizativa del grupo humano, las que han sido claramente
orientadas al logro del bien común de la sociedad.
Si bien desde el punto vista del funcionamiento de la
nueva sociedad pareciera alejarse de la idea de estado como forma de
organización social para que ella tenga sentido, el Estado debe asumir los nuevos
desafíos para lo cual cuenta con a lo menos tres elementos centrales; a saber:
“La Existencia de un Grupo Humano Organizado”, “Un Territorio” y “Un Poder
Central”. A partir de estas condiciones el estado ha de cumplir con un rol
fundamental en la organización, y es justamente el mantener y controlar la
administración de ese poder central. De este modo, el poder debe ser ejercido
por la autoridad, que nace de la representación que las personas le entregan a
sus representantes a través del voto, la autoridad que genera tiene la
responsabilidad de mantener los patrones de legalidad e ilegalidad, para que
sean respetados por las mayorías dentro de los límites del estado.
Esta “Organización Social” desarrollada en una zona
geográfica y al interior de un territorio; exhibe entre sus principales
fundamentos el tema de la “Justicia Social”, fin último de la política y rol
que debe cumplir el estado. Sentido en el cual se establece con claridad que
los hombres que participan de la sociedad, deben aceptar como principio
fundamental la participación de toda tendencia, raza, ideas, credos,
convicciones, situación económica y actividades.
Así, se puede concebir que la organización y actividad
del estado, se conformen básicamente de dos sectores “Privado y Público”, los
que son vistos por sus propias actividades como los aliados del Estado, en
procurar el bienestar de las personas. Sentido en el cual las organizaciones
sociales, son vistas con capacidad para desplazar la función del estado, en sus
diversos roles orientados a lo social y a través de ello cobrar la fuerza
suficiente para generar el bienestar de las personas. Luego desde la nueva
visión el estado como tal debe estar inmerso en los profundos cambios sociales
que experimenta la sociedad, y es por ello determinante el poner su estructura
al servicio de las grandes mayorías, evitando que el mercado sea la única voz
determinante de la actividad y otorgando al estado su rol determinante para dar
al hombre su lugar al centro de las decisiones y construir una economía sustentable,
donde todos tengan acceso.[4]
Milton Friedman[5] como
antítesis antepone el mercado por sobre el lugar que ha de tener el hombre como
ser social, se soslaya la libertad plena de elegir a pesar de que el extracto
corresponde al Libro de Milton Friedman “La Libertad de Elegir”, pues el hombre
es sometido al mercado y solo puede elegir bajo las condiciones que se imponen
por el mercado y no entre las reales necesidades de las personas.
Desde otra perspectiva el rol del estado, reconoce en
la democracia y en el sistema democrático su mejor ambiente, y por ello también
lo es para los movimientos políticos democráticos. El rol del Estado es entonces,
fundamental en la aceptación de los nuevos paradigmas sociales que intervienen
en creación de una nueva sociedad plena de la diversidad en las posiciones
filosóficas y políticas, admitiendo por ello que los partidos políticos como
forma influyente de la sociedad son instituciones cuya fuerza ayuda en la
preservación de la democracia, constituyéndose en un medio legitimo, para
asegurar la libertad, garantizar la tolerancia, la justicia social, el reparto
equitativo de la riqueza, y la igualdad de oportunidades para la sociedad civil,
en un tiempo donde la Sociedad Tecnológica y Digital lo puede abarcar todo
transformándose en la nueva dictadura hegemónica mundial.
[1] Thomas Samuel Kuhn
(Cincinnati, 18 de julio de 1922 - 17 de junio de 1996) historiador y filósofo
de la ciencia estadounidense, conocido por su contribución al cambio de
orientación de la filosofía y la sociología científica en la década de 1960.
[3] Alvin Toffler (Nueva York, 3
de octubre de 1928) escritor y futurista estadounidense doctorado en Letras,
Leyes y Ciencia, conocido por sus discusiones acerca de la revolución digital,
la revolución de las comunicaciones y la singularidad tecnológica.
[4] En La actual situación
el economista de Chicago Milton Friedman, postula que: “ambos son
principios de organización social antagónicos e irreconciliables: el estado no
sólo es importante en términos de desempeño autoritarismo: es la cuna de la
opresión, tanto como el mercado lo es de la libertad. La lucha por esta última,
en consecuencia, se entabla entre dos colosos: el mercado y el Estado. En la
medida en que el primero logra triunfar sobre el Estado asegura a la sociedad
civil el pleno disfrute de los bienes terrenales sin interferencia coercitiva
de ninguna especie. Cuando éste es derrotado a manos del Estado, las libertades
individuales son sofocadas desde su misma cuna”.
[5] Milton Friedman (Nueva York,
31 de julio de 1912 - San Francisco, 16 de noviembre de 2006) destacado
estadístico, economista, intelectual y profesor de la Universidad de Chicago.
Liberal y defensor de su doctrina sobre el libre mercado, Friedman realizó
contribuciones importantes en los campos de macroeconomía, microeconomía,
historia económica y estadística. En 1976 fue galardonado con el Premio Nobel
de Economía por sus logros en los campos de análisis de consumo, historia y
teoría monetaria, y por su demostración de la complejidad de la política de
estabilización.
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