DIMENSIÓN
PARA UNA
FILOSOFÍA MASÓNICA
Por Freddy Ponce
INTRODUCCIÓN
Numerosos ensayos
sobre Filosofía, han señalado en forma acertada, una definición de filosofía,
que se asocia con las expresiones de –Búsqueda del Conocimiento–, –Amor a la
Sabiduría– etc. términos que desde una visión rigurosamente masónica, han sido
abundantemente precisados y reiterados, en innumerable bibliografía.
Por cierto en la
época actual y desde el punto de vista de la organización humana, la filosofía
se caracteriza en su forma expresiva como un conjunto de monólogos, que
requieren imperiosamente del diálogo, el que debe construirse en el compartir
con un otro, con el tú distinto del yo. A partir de lo cual se produce un
enfrentamiento cultural, con el actual paradigma del bienestar, el que es
aplicado desde una visión estrictamente económica, e impuesto por un modelo de
sociedad y paradigma social del consumo por el consumo, cuya prepotencia
engendra un vacío espiritual, que conduce a la crisis de civilización que
experimenta la forma de organización humana.
La historia de la
filosofía, está marcada por las reflexiones de pensadores que ofrecen distintas
visiones para una misma sociedad, como lo señala por ejemplo la filosofía
marxista, la que marca profundamente a la sociedad de clases, y establece
diversos mecanismos que interpretan los diversos procesos históricos vividos
por la humanidad.
A su vez la
cultura es parte de la concepción filosófica que mueve al mundo, y sin duda
ello es algo vivo, y en permanente transformación. Las dinámicas de las
diferentes culturas son por tanto los modos de vivir y expresar su espíritu por
los diferentes pueblos y grupos sociales. Así la historia de la filosofía y por
tanto la filosofía, son parte de esa cultura explícita, cuyos elementos son
parte fundamental del diario vivir, y de la vivencia interior del ser humano.
Por otra parte la
Francmasonería constituida como escuela filosófica, estimula el desarrollo de
una actitud intelectual de primera línea, que basa su aceptación en las
prácticas y enseñanzas de la Orden. Persigue entre sus fines el formar discípulos
imbuidos de un estilo de vida y una materialidad consecuente con un modelo
ideal de hombre.
En este sentido
la existencia de una Filosofía Francmasónica, desde una perspectiva
convergente, de ideas, y luego como un afán filosófico que distingue a la
institución, permite examinar aspectos de sobresaliente análisis. El primero y
fundamental queda representado en el contenido esencial de la doctrina
filosófica, expresada en todo orden de cosas por la institución francmasónica.
DESARROLLO
La Filosofía
Francmasónica –Si tiene existencia real– en general, se corresponde con la
Filosofía de la Humanidad y en esta filosofía se han inspirado pensadores de
todos los tiempos. La Filosofía Francmasónica, está arraigada en las enseñanzas
de los valores que en las distintas edades masónicas, proyectan nuevas formas
de pensamiento y superación filosófica lo que permite la evolución hacia un
devenir superior en la tesis de la libertad, igualdad y fraternidad.
CONTENIDO PARA
UNA FILOSOFIA FRANCMASÓNICA
En una primera
aproximación para definir la existencia de una Filosofía Francmasónica, se
puede señalar taxativamente que la Orden Masónica es una institución
iniciática, cuya práctica reflexiva, aplicada a una actividad meditativa
individual y grupal, constituye la suma del pensamiento organizado de la
masonería con una vertiente propia y característica.
De modo que
aceptar la tesis de una Filosofía Francmasónica, asociada al carácter
filosófico de ella, pone al descubierto la idea de un contenido doctrinal y
filosófico característico de una estructura filosófica de la moderna sociedad
francmasónica. Es por tanto ineludible efectuar un previo análisis al texto de
Los Principios, en aquellos aspectos que la incitan a comportarse como una
verdadera y moderna sociedad de constructores, a través de lo cual queda
claramente definida su condición en razón de principios filosóficos universales
y éticos, que aseguran las esperanzas más repetidas de esta institución.
Ciertamente el
texto asevera que:
“La Orden
Francmasónica, es una Institución universal, esencialmente ética, filosófica e
iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema educativo,
tradicional y simbólico”.
Entonces situados
en este contexto de validez, se puede precisar que la institución en esencia
responde al ideal del conocimiento humano a través de un humanismo espiritual
meliorísta y excelsiorista, cuya acción intenta transcurrir, desde un optimismo
centrado en el hombre y la construcción de él, en camino hacia una auténtica “Filosofía
del Hombre”, cuyos comportamientos sociales son tributarios de la
Fraternidad Universal, que se establece como el centro de la concepción ética,
desarrollada en el transcurso del arte de filosofar.
De otro lado,
para nadie es desconocido el sello de exclusividad de la orden, plasmado en el
Meliorísmo y Excelsiorismo; términos que acogen como visión humana, el
perfeccionamiento del hombre, en referencia al crecimiento interior de los
hombres llamados libres, los que iniciados en prácticas y costumbres,
reconocidas por el avanzar en el conocimiento humano, buscan constantemente la
posibilidad de cambiar y de transformarse.
De modo que
identificar la existencia de una doctrina filosófica de la orden, que se apoye
en el pensar reflexivo, critico, autónomo y constructivo[1],
lo que permite sostener, que los enunciados programáticos, en la expresión
solidaria de los pensamientos afines desplegados tanto por discípulos como
maestros en las diferentes cámaras de instrucción, deben ser permanentemente
perfeccionados, en pos de alcanzar una yoidad de cada ser, en un espacio grupal
de convergencia de las ideas.
Por otra parte el
texto De los Principios, señala que:
“Como Institución
docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y de la
Humanidad".
Implícitamente
esta idea queda prefijada por el Meliorísmo de la masonería, el que constituye
una posición ética y moral cuyo amplio contenido filosófico, es integrador de
todo el género humano. El Meliorísmo, como definición ética y social, se puede
centrar en una la idea de que la verdad buscada se encuentra a medio camino
entre el bien y el mal, entre el optimismo y el pesimismo, y centra su interés
principal en el perfeccionamiento humano.
Ferrater Mora,
sostiene, que esta es una posición de notorio acento Eticista, que construye
uno de los rasgo distintivos de la institución, en acuerdo con lo cual el mundo
no es por principio ni radicalmente malo ni absolutamente bueno, sino que
susceptible de ser mejorado.
La posición
Meliorísta de la Masonería, conduce a participar activamente de una permanente
y dinámica construcción francmasónica, que busca un perfeccionamiento sostenido
y sustentable, que solo es posible de alcanzar por medio de un proceso de
discusión y elevación moral junto al progreso espiritual de los hombres,
iniciados en las prácticas y doctrinas de la Orden.
En otro orden de
consideraciones, la postura reflexiva de la masonería, converge desde distintas
tendencias, a una consideración filosófica y ética (No cualquiera), para
articular, el surgimiento de una filosofía propia y particular, fundadora de
una escuela de pensamiento conocida como Eclecticismo.
El Eclecticismo,
debe ser constructivo, y descansar sobre la conformación de un auténtico
sistema filosófico, del cual es posible que brote la justificación para una
Filosofía propia del Conocimiento, sobre la que se expresa el conjunto de la
idea de la francmasonería.
De modo que la
Francmasonería y la Filosofía, comparten un ideario común, a partir del cual es
posible justificar plenamente el carácter filosófico, que le imprime ese sello
reflexivo, que al mismo tiempo, es compatible con la impronta meditativa que
desarrolla la orden.
En una síntesis
el Segundo Principio genera una de las más incesantes actividades del masón al
señalar que:
"Promueve
entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad". Afirmación
apoyada en el Décimo Principio: que "Considera, que el trabajo, en todas
sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos esenciales del
hombre, y el medio más eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad,
contribuyendo con ello al progreso social".
A partir de ello
se funda una Escuela del Filosofar[2],
al estilo de otras escuelas del pensamiento, de modo que alumnos y maestros
colaboran en el arte de desarrollar en el hombre las cualidades espirituales y
morales permanentes, y en la búsqueda de un compromiso decidido con la sociedad
en que se participa, transformándose en una institución progresista, que
desafía al tiempo y el espacio, que vive, progresa y asimila las excelencias de
cada momento.
Un modo de
analizar las repercusiones del saber y la estructura del pensamiento
filosófico, considera al menos tres niveles de análisis que son el sustrato
necesario para cualquier expresión del pensamiento, manifestado tanto en las
concepciones de pensamiento que la dirigen como en el resultado de sus
aplicaciones, tales elementos a examinar, son: La Ontología, La Gnoseología; y
La Axiología.
En otro orden de
ideas, para establecer las bases culturales, sobre las que se funda el
pensamiento de una filosofía particular, implica desarrollar conceptualmente
los elementos de lo que se podría llamar una “Filosofía Francmasónica”, cuyos
aspectos cognitivos, presenta similitud con el concepto expresado en el título
de este trabajo, lo que supone que existen las bases filosóficas para la
existencia de una filosofía Francmasónica, característica que recibe las
influencias de las dos corrientes de mayor importancia que a saber han sido
definidas como: “El Idealismo” y “El Materialismo”.
El punto de
partida para la reflexión filosófica, inicia su abordaje, considerando como
antecedente el que cada masón, en el transcurrir de su vida masónica, ha
desarrollado, una propia e irrebatible concepción de la filosofía, asumiendo
posiciones ya sea de orden idealista y/o materialista.
De este modo, la
tesis de este trabajo, intenta proponer y fundamentar apropiadamente, que la
discusión filosófica sobre las verdaderas vertientes sociales y políticas,
inducen la existencia de una denominada FILOSOFÍA FRANCMASONICA, entre las que
se reconoce una filosofía masónica, de cercana posiciones a un Agnosticismo
activo, meliorista y citeriorista, capaz de generar una expresión doctrinal de
un eclecticismo constructivista, que no necesita mayor expresión ni definición.
El fundamento de
esa posición filosófica, tiene que ver de un lado con la búsqueda del
conocimiento, como propuesta filosófica, y de otro con el irrefutable
pragmatismo del hombre masón, el que estimulado en los alcances conceptuales,
para una concepción de vida, lo conduce a adoptar una posición Racionalista,
como desafío con el mundo social.
En este sentido,
entender la proposición sobre la existencia de esa forma filosófica significa
entender tres argumentaciones fundamentales.
–De un lado, la
evidencia y necesidad de dar explicación sobre la existencia de un contenido
filosófico de la masonería–
–De otro lado, la
necesidad de explicar todo, aceptando la tesis de que todo es obra y señal de
un arquitecto constructor–
Lo señalado pone
el pensamiento filosófico de la masonería, en camino de dar una ineludible y
debida respuesta a las preguntas fundamentales que la filosofía propone y de
responder para dar cuenta de su posición ética frente al problema de la
existencia del hombre y su fin último particularmente para definir desde la
visión cognitiva aquellos aspectos que den respuesta a su posición cosmogónica
en aspectos tales como: ¿qué es la materia y qué es el espíritu?
¿MATERIA Y
ESPÍRITU?
En su sentido más
amplio la masonería como escuela del filosofar, busca dar respuesta como lo ha
señalado permanentemente a tres preguntas fundamentales del ser humano ¿Quién
soy?, ¿de dónde vengo? ¿Y para dónde voy?, preguntas que tienen elementos de
coincidencia para la existencia de una filosofía que se desarrolla desde los
fundamentos histórico-filosófico al definir –Materialismo e Idealismo–, posiciones
que por cierto cada masón asume concluyentemente para definir su posición en el
universo. Y por tanto el universo en que mora el hombre, se agrupa en las dos
categorías claramente definidas, las que a saber, pueden ser diferenciadas como
"Materia" y "Espíritu", a partir de las cuales encontrar
las respuestas que satisfagan su necesidad.
Estas expresiones
filosóficas, tanto en el fondo como en la forma, permiten precisar en una tal variedad
de expresiones que al simbolizar “Espíritu”, se haga aprovechando (en el más
amplio sentido sinonímico), los términos "pensamiento",
"alma", "ideas", "conciencia", etc. del mismo
modo al referirse a la materia, se conciba en referencia a terminologías tales
como "naturaleza", "tierra", "mundo",
"ser" etc.
Federico Engels,
utilizando los escritos previos de Ludwig Feuerbach, establece con absoluta
precisión la existencia de una diferencia, denominando al "Ser", como
la materia”, y al “Pensamiento” como el espíritu.
Así, y en el
ánimo de ofrecer un mejor entendimiento sobre todos estos conceptos, y en una
reducción de las definiciones y su significado, permite una más cercana
comprensión de cada término.
De modo que la
Filosofía Masónica, participa en todas las medidas de las características sociales
de todo el conocimiento humano. Pues se apega como un conocimiento objetivo y cierto
de las cosas asumiendo que cada una tiene sus causas. Y entonces los masones iniciados,
luego de largas pláticas y entendimiento según su desarrollo y edad se
preguntan con mayor avidez acerca de las causas de las cosas, para dar claras respuestas
a su posición creando una forma de pensar y definir su posición.
Se busca una
definición conceptual sobre la idea de una filosofía masónica y su dimensión
para una definición total, sobre su contenido el que se ha de precisar como el desarrollo
del pensamiento, y como forma de acercamiento a una expresión del quehacer
masónico. Así en primer lugar se puede precisar algo sustancial para los
pensadores. Para Hegel, pensamiento, es el producto del pensar, y por
extensión, señala que un grupo de pensamientos constituye una idea, como la
representación característica de las cosas, lo que constituye finalmente una dimensión
filosófica capaz de dar contenido a una escuela.
Y por tanto si es
aceptada la tesis de la existencia de una filosofía francmasónica, queda
implícito que ella se establece a partir de las formas de pensamiento que unen
el sentido del hombre masón como un hilo conductor que quien tiene la capacidad
–luego de prepararse adecuadamente– para de percibir los diferentes estados de
conocimiento, y concluir que los diversos grupos de ideas, incluidas aquellas
más complejas, tienen una dependencia de los sentidos, y por tanto corresponden
con la percepción e imagen que se tienen de los objetos materiales.
Se puede entonces
aseverar que todo lo señalado, sobre la particular posición del hombre en el
universo, es que este posee ideas, pensamientos, y sensaciones en la medida que
siente y ve, y por tanto siente la necesidad de desarrollar modelos que
expliquen desde una visión científica el comportamiento de los distintos fenómenos,
los que al mismo tiempo se siente en la obligación de comunicar.
SÍNTESIS
CONCLUSIVA
La Francmasonería
procura que sus miembros sean capaces de pensar por sí mismo, estimulando la
creatividad de ideas nuevas y su consiguiente puesta en práctica, promueve los
afanes desplegados en el difícil oficio de pensar, de innovar y de tener ideas
propias.
En esta medida y
no en otra, la Francmasonería, como visión de futuro constituye una filosofía
particular, articulada en la actividad intelectual activa, y participativa. Se
trata de un arte, u oficio productivo, una ciencia y actividad creativa, capaz
de generar ideas propias, proyectos individuales e institucionales.
Luego es
absolutamente legítimo sostener que la masonería además de docente y ética es
una escuela Filosófica, cuya doctrina tiene por propósito lograr la excelencia
mediante la práctica del perfeccionamiento interior, expresado en metas,
objetivos y finalidades. Pero sólo se puede aprender y progresar en la medida
en que cada iniciado este voluntariamente dispuesto a aprender y a progresar.
No se puede ejercer coacción o cooptar los espíritus; porque el elevación que
se persigue, requiere de manera justa y necesaria el insoslayable respeto y
dignidad de la persona humana.
El contenido de
esta doctrina perfectivista, tiene que ver con el afán humano de construir,
cuyas dos posibles maneras de entender la dimensión práxica, conciben a la
Orden, como la condensación del pasado y como síntesis que el presente de la
Institución, ofrece.
La idea es poner
de manifiesto que existe un Arte Real, cuyo el cultivo provoca en los espíritus
ilustrados, la búsqueda de un camino propio de expresión personal, susceptible
de equívocos; o bien, se acepta el camino propuesto como algo seguro e
inequívoco. En ambos casos la decisión es una cuestión que sólo atañe a cada
hombre.
En definitiva, el
carácter filosófico, expresado en la aplicación de un Arte Real, de
consideraciones humanistas conducentes a ocupar un espacio en la construcción
de un ser integral a través de una docencia masónica cuyo propósito es la
formación de seres cuya integralidad constituya el fin organizado y armónico,
en principios que expresen el camino que guía el actuar masónico en la sociedad
y como consecuencia valorar la
existencia del presente, (aquí y Ahora) estableciendo una impronta ético-moral
de contenido filosófico.
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