EL CIUDADANO Y SU COMPROMISO
ÉTICO CON LA SOCIEDAD
Por Freddy Ponce
Tal vez
para algunos sea difícil entender que la vida en sociedad implique un tremendo desafío,
que tiene que ver no solo con el cumplir con las obligaciones propias de un
estado de derecho, sino que más aun con el compromiso por ser mejores personas tanto
en el desarrollo personal, como en los esfuerzos por defender los derechos de
quienes no los poseen o a quienes se les niega.
A
partir de las definiciones y en consideración a que las personas poseen distintas
personalidades y visiones culturales, políticas, sociales y económicas, su convivencia
en esa sociedad, genera diferentes formas de comportamiento y conducta ética, las que desde el punto de vista
de la convivencia, comunican una forma de ser con sus particularidades como individuos
de esa sociedad, y a partir de sus vivencias se forja la búsqueda continua de los
valores universales y permanentes por alcanzar en el quehacer ético de cada
ciudadano.
Es en esta medida, que se hace evidente
el como se construye un hombre, uno capaz de ocuparse del basamento espiritual,
que requiere de una concepción sociológica de la moral universal, con el objeto
de alcanzar así el grado de eticidad y etnicidad propio y característico del
lugar y de la universalidad de la civilización actual.
Este hombre, no ha de considerar el
saberlo todo o ignorarlo todo. No ha de pretender ser un santo, sino que tan
sólo debe pugnar por ser siempre un hombre libre y de buenas costumbres. No ha
de ser ni dogmático ni escéptico. Porque sólo investigando, averiguando y
filosofando; podrá llegar a situarse en un “Justo Medio”, que es la conducta crítica del que sabe algo e
ignora algo y que, por tanto, quiere seguir aprendiendo convertido en ese
eterno interrogador; que es capaz de sacar a la superficie todo cuanto es capaz
de ofrecer. Sin duda esto constituye una filosofía de vida, la que atraviesa no
sólo la actividad laboral sino también el comportamiento y hábitos de las
personas.
Por ello conceptos como la caridad,
tienen un significado que no es de simple ayuda, pues la verdadera
responsabilidad del concepto es/o debe ser ayudar a mejorar la vida de los ciudadanos
en el animo de alcanzar un cambio integral del hombre y del entorno en toda su
dimensión.
Por otro lado,
la sociedad, ofrece espacios de derechos inalienables para todo ser humano, entre
otros no ser sometido a Tortura, lo que representa una perdida de los derechos
del hombre. En general este caso esta referido y vinculado a los aparatos
represivos de dictaduras, pero ello no termina ahí, los derechos de las grandes
mayorías se ven a diario conculcados cuando el estado no asume su rol de
protección frente a los grandes consorcios.
Se ha señalado que el hombre se
encuentra a mitad de camino entre el saber y el ignorar, y por eso el aprendizaje
de cada hombre, también se encuentra a mitad camino entre el cumplimiento de un
ideal de perfección, que orienta o debe orientar su conciencia hacia el estudio
de los valores de la verdad, la justicia y la belleza y como herramientas la
razón, la voluntad y el sentimiento en la plena convicción de entregarlo para
la construcción de las nuevas voluntades.
Por sobre cualquier otra
consideración, los hombres deben alcanzar su plena conciencia expresada a
través del trabajo, pero no un trabajo cualquiera, sino uno que sobretodo esta
referido a su actuar en el mundo. Aquel que es capaz de poner al servicio de
toda la comunidad en que participa, con toda su voluntad, para lograr así, una
sociedad más justa fraterna y más solidaria.
Si el hombre ha
conocido las virtudes y defectos de la sociedad y ha transitado por el difícil
camino de construirse a si mismo, no ignora que la principal y permanente
búsqueda del ciudadano, es el perfeccionamiento personal, sentido que se
entiende como la misión de transformarse en hombre libre y de buenas
costumbres, un hombre que busca practicar la fraternidad y el cambio hacia el
progreso humano, de todos quienes le rodean en la sociedad la que le toca vivir.
Explorar la ética, que este ciudadano
intenta desarrollar, consiste tácitamente en analizar sus emociones, cotejar sus
valores e ir a la caza de todos los prejuicios camuflados en los resabios de su
vida. Por tanto, es sin duda mucho el trabajo, que debe realizar, sin embargo, trabajará
con el juicio, profundizará en el cimiento y finalmente revestirá las
techumbres.
El hombre
construido de esta manera con todos sus defectos y virtudes, debe tener la
fuerza y voluntad para continuar derribando sus imperfecciones, como un
compromiso permanente, que crece en la medida que se aquilatan en toda su
magnitud, el sentido dialogal que ha de mantener con otros individuos, como un
deber ineludible, que lleva implícito la condición de universalidad al
considerar a toda la especie humana sin distinción de sexos, razas ni condición
social, permitiendo de este modo multiplicar, el efecto bienhechor de sus
cualidades.
Para
todos es conocido que, en muchos pueblos, se contrasta la opulencia y la
miseria, que se clama por justicia e igualdad de oportunidades, para que el ser
humano alcance su desarrollo integral como persona. En concordancia con esa
aspiración, hombres despliegan sus mejores esfuerzos, convertido en líderes
sociales, para enfrentar el reto de progreso de todos los hombres.
Este
ciudadano debe ser un hombre comprometido con su época, no importa su posición
social, ni el lugar donde se encuentre, oficina, fábrica, escuela, en el campo
o en la construcción. Su primer ideal es mantener el ejemplo perenne de
aquellos grandes hombres que lo han antecedido, teniéndoles como modelo de lo
que se puede llegar a ser.
Su
conducta ética, es un potente juez que guiara la dirección de su conciencia,
definida ésta como la capacidad intuitiva sujeta al desarrollo y perfección por
medio del raciocinio y la experiencia, que permite conocer el bien por hacer y
el mal que se debe evitar, para la conservación del individuo y la especie
humana.
Lo
señalado, parece una condición de idealismo casi estúpido en estos tiempos de
consumismo salvaje, de falta de preocupación por el otro distinto de si mismo,
si quizá no sea fácil ni tampoco sea posible, sin embargo, se observa en la
juventud un gran gesto de cambio hacia una condición ética de cambio que queda
implícita en sus actos
El QH. Salvador
Allende mencionaba en un discurso en México, en la Universidad de Guadalajara
hace un tiempo atrás lo siguiente:
“Hay
Jóvenes viejos que comprenden que ser universitario, por ejemplo, es un
privilegio extraordinario en la inmensa mayoría de los países de nuestro
continente. Esos jóvenes viejos creen que la universidad se ha levantado como
una necesidad para preparar técnicos y que ellos deben estar satisfechos con
adquirir un titulo profesional. Les da rango y el arribismo social, caramba,
que dramáticamente peligroso, les da un instrumento que les permite ganarse la
vida en condiciones de ingresos superiores a la mayoría del resto de los
conciudadanos”.
Y estos jóvenes viejos, si son arquitectos, por
ejemplo, no se preguntan cuántas viviendas faltan en nuestros países y, a
veces, ni en su propio país. Hay estudiantes que, con un criterio estrictamente
liberal, hacen de su profesión el medio honesto para ganarse la vida, pero
básicamente en función de sus propios intereses.
Allá hay muchos médicos -y yo soy médico- que no
comprenden o no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles y
miles de hombres y mujeres en América Latina que no pueden comprar la salud;
que no quieren entender, por ejemplo, que a mayor pobreza mayor enfermedad, y a
mayor enfermedad mayor pobreza y que, por tanto, si bien cumplen atendiendo al enfermo
que demanda sus conocimientos sobre la base de los honorarios, no piensan en
que hay miles de personas que no pueden ir a sus consultorios y son pocos los
que luchan porque se estructuren los organismos estatales para llevar la salud
ampliamente al pueblo.
Y por ello que es posible no solo
en el discurso, sino que el ofrecer un COMPROMISO ÉTICO de largo alcance para
la conquista de este mundo que es nuestro.
"A construir la sociedad que
queremos y acaso también la que nos merecemos. Modelada por las fuerzas de la
historia de un país la que será la expresión construida de lo que somos y
queremos ser".
La ética personal y social, será
en los próximos años condición inexcusable para la permanencia del ser humano
sobre el medio ambiente, porque la propia sostenibilidad de la civilización,
incluso su supervivencia, exige el compromiso ético de todos, entonces la
sociedad puede y debe ofrecer un firme ejemplo de esa renovación ética y, como
en otros tiempos, liderar un cambio social.
[1]
Sociedad: se refiere al
conjunto de individuos que interaccionan entre sí y comparten ciertos rasgos culturales
esenciales, cooperando para alcanzar metas comunes.
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