PROCESOS ELECCIONARIOS
Desde el entendimiento y visión de un ciudadano común,
el sistema neo liberal ha sido intenso en deponer el espíritu nacional, democrático
y participativo, transformando a partir de ello las bases mas profundas de toda
la expresión ciudadana. El poder político
ejercido por los gobiernos de turno, como tal, generan medidas de control político
de las personas a través de las votaciones cada cierto tiempo, dicho poder es revalidado
en el ejercicio eleccionario de candidatos cada cierto tiempo, lo que ratifica
la continuidad del poder en manos de grupos políticos de un signo determinado,
o bien es transferido a otros de signo contrario, quienes también luego
finalmente actúan en consecuencia acomodándose al mismo sistema imperante.
A no dudarlo
existe un abismo profundo entre lo que ocurre durante la campaña electoral y lo
que se practica al llegar al poder. La carencia absoluta de correspondencia
entre las campañas electorales y el electo, alienta más aun la apatía de los
votantes, lo que hace exitoso el modelo.
De otra parte quienes eligen a los candidatos a
alcaldes o parlamentarios corresponden a las cúpulas partidarias quienes deciden
a dedo por los destinos de grupos de personas y en definitiva de los países, eligiendo
los candidatos y los pactos necesarios para ganar las elecciones, y así obtener
los cargos edilicios o parlamentarios aspirados. Salvo excepciones estos
políticos se han eternizado en sus cargos. Y a partir de ello también se ha eternizado
la bipolaridad existente basada en un binominalismo cadavérico. Se quiera o no,
ello promueve en las personas una cierta cultura del “no estoy ni ahí”, lo que
no hace mas que dar continuidad a la expresión de este liberalismo a ultranza, que
inhibe toda expresión ciudadana expresada en el voto.
Elegir alcaldes bajo este diseño de cosas significa de
igual manera ratificar las políticas neo liberales que dan continuidad al
sistema y a partir de ahí hacerse del control local de la política nacional que
se apoya en el control absoluto por parte del empresariado de los medios de comunicación
lo que da a su vez continuidad y éxito al modelo discriminatorio que basa su
acción en el consumo irracional de bienes los que las mas de las veces ni
siquiera son bienes necesarios.
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