Se
proponen las charcas hidrotermales en tierra firme como los lugares más
propicios para el origen de la vida en este planeta.
Fuente:
New Scientist
Siempre
se ha creído que la vida surgió en el mar hace unos 3800 millones de años.
Aunque este evento está sometido a mucha especulación y de vez en cuando se
propone algún escenario, mineral o método que supuestamente facilitó esa
aparición. Recientemente se ha propuesto que las fuentes hidrotermales del
océano jugaron un papel importante. Allí habría un ambiente químico interesante
a salvo de los nocivos rayos ultravioleta.
El caso
es que creemos que el mar es tan importante para la aparición de vida que
incluso cuando se trata de buscar vida en otros mundos buscamos océanos en esos
planetas. Sin embargo, esta hipótesis tiene un problema según Armen
Mulkidjanian de la Universidad de Osnabrück en Alemania, pues la hipótesis del
océano tiene el problema de la sal. El citoplasma de las células contiene
muchos más iones de potasio que de sodio, mientras que el agua del mar es mucho
más rica en sodio que en potasio. Se supone (y esto es otra hipótesis) que el
citoplasma celular actual sería un reflejo del medio en el que se formó la
primera célula.
Después
de un extenso estudio de campo este investigador dice haber encontrado en Rusia
unos charcos que se forman a partir de la condensación de vapor hidrotermal con
el adecuado contenido de iones de sodio y potasio. Según Mulkidjanian la
vida pudo originarse en tierra firme en charcos o lagunas similares de
agua dulce en lugar de en el mar. Las charcas geotermales son los únicos
lugares en donde se tendría potasio, zinc, magnesio y fosfato en suficiente
cantidad y proporción como para formar aminoácidos y otros compuestos
orgánicos, pero sin que estén en exceso. El agua termal disuelve los minerales
de las rocas por los que pasa y libera este tipo de elementos, iones y
compuestos en un proceso ya bien estudiado.
Además,
la baja concentraciones de sales de un charco de agua dulce en tierra firme
facilitaría la formación de las primeras protomembranas a partir de los ácidos
grasos que se sintetizaran.
Esto
resolvería otro misterio. Los nucleótidos que forman el ADN y ARN son
sorprendentemente estables bajo la luz ultravioleta (aunque el ADN en sí no lo
sea), lo que sugeriría que se formaron en un ambiente en donde había luz UV,
como la tierra firme de la época, cuando no había capa de ozono en la
atmósfera.
Los
críticos de la idea apunta a que puede suceder que la vida se formara el océano
y que luego las primeras células aprendieran a bombear fuera los iones de
sodio, tal y como hacen muchos microorganismos actuales. Otros críticos
simplemente dicen que la idea es absurda.
Pero Paul
Knauth, de Arizona State University, también cree que la vida pudo originarse
en un charco en tierra firme en lugar de en el mar. El análisis isotópico que
ha realizado revela que la Tierra en esa época tenía una temperatura
superficial entre 50 y 80 grados centígrados que habría convertido los océanos
en masas de salmuera en donde habría sido muy difícil que apareciera la vida.
Por eso propone un origen no marino para la vida.
Martin
Brasier de la Universidad de Oxford es también de la misma opinión y cree que
la vida pudo originarse fuera del océano. Este otro investigador ha encontrado
lo que parecen fósiles de bacterias de 3430 millones de años en rocas que no
tienen origen marino profundo, sino que se formaron sobre una playa. Sin
embargo, cree que Mulkidjanian está equivocado en los detalles. Brasier es más
bien de la opinión de que la vida pudo surgir en las costas o en lagunas
saladas en lugar de sitios hidrotermales como el encontrado por Mulkidjanian en
Rusia.
Quizás,
como se ha propuesto, se necesiten rocas y minerales para que se tengan
elementos y compuestos necesarios para el origen de la vida y que esto sólo se
pueda encontrar en las rocas continentales. Esto apoya la hipótesis del origen
de la vida en tierra firme. Pero si esto es cierto tendría implicaciones para
la búsqueda de vida fuera de la Tierra. Sitios como Europa, Encelado o Titán
serían lugares aún menos propicios para la vida por su ausencia de rocas. Pero
incluso otros puntos azul pálidos en otros sistemas tampoco tendrían que
necesariamente contener vida.
La
hipótesis del charco como origen de la vida ya la enunció Charles Darwin en su
día. En una carta de 1871 a Joseph Hooker escribía: “Pero si podemos concebir
un charco templado con algo de amoniaco en donde hubiera sales de fósforo, luz,
calor, etc, ese compuesto proteico fue formado químicamente, listo para sufrir
todavía más cambios complejos…”
Puede que
al final Darwin tuviera razón incluso en este aspecto de poner el origen de la
vida en una charca de agua templada. Pero, obviamente, hace falta investigar
más este y otros escenarios para el origen de la vida. Lo más importante no es
saber cómo realmente apareció (cosa que probablemente nunca lleguemos a saber),
sino dar con teorías plausibles que nos digan cómo pudo surgir la vida.
Como
todos los temas que hablan de nuestro origen, el tema de la aparición de la
vida en la Tierra no está exento de polémica, pero es la vez apasionante.
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