¿FILOSOFIA O RELIGIÓN?
¿ATEO O AGNÓSTICO?
INTRODUCCIÓN
En el lenguaje común un ateo y un agnóstico, tienden a ser asimilados como si fueran una misma cosa, sin embargo, el tema es bastante más complejo y requiere de un mayor conocimiento que defina conceptualmente ambas posiciones filosóficas.En el pensamiento colectivo de las personas se han arraigado las dos ideas
principales y antagónicas del ser humano: Religión y Filosofía. De un lado la religión
que basa su especulación en la Fe, aceptando el dogma como respuesta a todas
las preguntas debido al carácter de evidente e indiscutible de la presencia de
una entidad última o divinidad. Y, por otro lado, la filosofía que utiliza la
Razón, para comprender el significado de los fenómenos o hechos de la realidad,
sin suponer, para comprenderlos, ninguna consideración previa, que no se funde en
razones, manteniendo una actitud crítica permanente, lo que constituye las
preocupaciones del conocimiento humano para explicar el principio u origen de
todo lo que es.
Si bien la filosofía define al Ateísmo[1],
como una postura teórica que niega la existencia de Dios, lo que le confiere a
dicho término un significado preciso, sin embargo, debido a la diversidad de
concepciones existentes sobre Dios, le otorgan a dicha negación, una cierta imprecisión
necesaria de aclarar.
El mote de “ATEO”, ha sido empleado desde siempre en forma despectiva, en
contra de personas o comunidades. Así, en el pasado Sócrates, cuyas ideas
filosóficas influirían grandemente el mundo occidental, fue acusado de ateo, pues
no creía en las divinidades atenienses de la época. Ante estas consideraciones es
necesario señalar taxativamente que ser ateo no es ser inmoral. La moralidad no se
basa en criterios de revelación divina, y, muy por el contrario, tienen que ver
con la búsqueda del bienestar del ser humano.
Las disputas entre la Filosofía y Religión, características de las
diversas etapas de la historia humana, señalan que en algunos momentos la
primera ha sido absorbida por la Religión, tal como sucedió en la Edad Media. Pero
en otros momentos, como en la actualidad, la Filosofía sostiene una posición
más libre, en razón al enfoque conservador de la Religión. Y Si bien Filosofía y Religión se enfrentan, la una con la razón y la otra con
el dogma, el hombre común siente una fuerte tendencia a aceptar ambas
posiciones como validas, y parte de una verdad relativa, es el “Agnosticismo”, cuyo
conocimiento filosófico, se encuentra a medio camino entre la verdad del dogma
y la verdad de la razón, a ello se le llamara la tercera verdad, una que acepta
todo, pero que a la vez duda de todo.
DESARROLLO
CONTEXTO HISTÓRICO, FILOSÓFICO Y RELIGIOSO
El hombre primitivo debió enfrentarse a la falta de explicaciones
racionales, para determinados fenómenos, medida en la cual tuvo la necesidad crear
Dioses, su fin era procurar una respuesta a esos sucesos o cualquier otro
fenómeno no explicable para el, al cual rendir culto, satisfaciendo de esta
manera una necesidad básica del hombre. Así, se crearon los mitos e historias
fantásticas, que explicaban los sucesos sobrenaturales. Mas tarde la variedad
de dioses, pasarían a ser un dios único, concentrando en el, las
particularidades de ellos.
PERIODO ANTIGUO (Del siglo VI a. C a la decadencia del Imperio Romano)
En verdad concebir una síntesis de las expresiones filosóficas a lo
largo de la historia, para un lego en la materia resulta de particular
dificultad. El resultado es que se evidencian tantas religiones, como
filosofías, las que sin duda creen poseer la cada una la Verdad absoluta o
parte de ella.
En el pasado el hombre del mundo griego lograba
dar una explicación plausible y racional a los fenómenos naturales, a través de
las diferentes religiones las que eran la respuesta a las grandes
interrogantes. Las religiones Grecolatinas, eran libres para
elaborar figuras de dioses, los que vivían al margen de toda inquietud por el destino
humano.
Sócrates, es la figura principal del periodo y es quien
es considerado el padre de la filosofía política y de la ética, fuente de
importantes temas de la filosofía occidental, cuya contribución más importante
al pensamiento, es su dialéctica, conocida como Método Socrático.
Por otra parte,
Evémero, opinaba que los dioses sólo eran gobernantes deidificados,
conquistadores y fundadores del pasado, y que sus cultos y religiones eran en
esencia la continuación de reinos desvanecidos y estructuras políticas pasadas.
Otra figura importante en la historia del Ateísmo fue Epicuro, quien expuso su
filosofía materialista, en la cual el universo estaba gobernado por las leyes
del azar, sin la necesidad de la intervención divina.
PERIODO MEDIEVAL (De finales siglo XV, al Renacimiento)
Es el periodo de mayor desarrollo de las religiones,
sobre todo el cristianismo, que alcanza importante poder político. Su filosofía consiste en explicar la naturaleza
de Dios, aplicando la lógica y el pensamiento Aristotélico. La filosofía estaba
fuertemente ligada a esa Filosofía Cristiana, y por ello el interés fue probar
la existencia de Dios, influido por otras corrientes filosóficas como la Filosofía
Islámica y Judeo-Islámica, y especialmente en los escritos de filósofos
musulmanes.
En la Edad media, no se conocen expresiones ateístas,
pues las autoridades religiosas de la época perseguían frenéticamente a los que
discrepaban de sus creencias, acusándoles de herejía, especialmente en los
países donde está activa la Inquisición. Solo hubo asomos en pro de posiciones de corte ateístas, sin embargo, la
organización política y social del periodo, impidió una formulación clara y la
generalización a través de la teorización necesaria. El cargo de ateo es usado con mucha frecuencia para
atacar a los adversarios políticos o religiosos. Un ejemplo de ello lo
constituye el papa Bonifacio VIII, quien, por su insistencia en la supremacía
política de la iglesia, fue acusado por sus enemigos a su muerte de mantener
posiciones ateas tales como “no creer en la inmoralidad, ni la
incorruptibilidad del alma, ni en la vida venidera”.
Se pueden observar atisbos a una concepción Ateísta, los que ansían dar
respuestas coherentes al origen y destino del hombre, lo que, sin lugar a duda,
ha dado lugar a la afirmación de la no creencia en seres superiores, más
explícitamente la no creencia en seres o entidades metafísicas, debido a la
falta de pruebas racionales que demuestren su existencia. Santo Tomas a pesar
de su teologal SUMMA señala: “No es evidente la existencia de Dios”[2].
PERIODO DEL RENACIMIENTO Y RACIONALISMO
A partir del renacimiento surgen nuevas concepciones, las que con sus
intereses antropocéntricos permitirán identificar todas las cosas según la
medida del hombre. El medio cultural, el descubrimiento de la naturaleza y el
método científico, disolvieron la fuerte concepción teológica medieval orientando
a numerosos pensadores hacia el materialismo, el panteísmo y el deísmo.
Entre los siglos XV y XVI, Maquiavelo diluyó la relación política de la
religión, considerando a ésta última un instrumento de poder. Vale recordar a Giordano
Bruno, quien fuera quemado en la hoguera hacia el año 1600, acusado de ateo por
sus tesis panteístas, en las que identificaba a Dios con el uno infinito. En el
siglo siguiente, Baruch Spinoza fue acusado de ateísmo por asemejar Dios a la
sustancia.
PERIODO DE LA ILUSTRACIÓN
En la Ilustración la medida humana ya no es la del sabio o del artista,
sino que la de todo ciudadano. Los ingleses adoptan como concepción el deísmo.
Es el periodo en que David Hume, rechaza toda metafísica y por tanto niega
todas las pruebas racionales de la existencia de Dios, pero declara aceptar
como hombre la irracionalidad de la fe, nacida del miedo a lo desconocido.
Por otra parte, los franceses siguieron dos corrientes distintas: la del
materialismo ateo, representada por Denis Diderot, entre otros, y la corriente
deísta que fue significativamente expuesta por Voltaire. Kant niega la
posibilidad de la prueba metafísica de la existencia de Dios, pero sin embargo la
establece en los postulados de la Razón Práctica.
PERIODO MODERNO (finales siglo XVI a principios del siglo XIX)
Hasta el siglo XVII, la sociedad está dominada por
la necesidad de organizar la filosofía en forma racional, escéptica, lógica y
axiomática, tal como lo hicieron René Descartes, Blaise Pascal y Thomas Hobbes,
el ideal es la integración de las creencias religiosas dentro de los marcos
filosóficos, y combatir el ateísmo, para adoptar la idea de una realidad
material, en un dualismo entre espíritu y materia.
Kant señalara que “la metafísica ha fracasado como
ciencia, porque ha querido establecer un conocimiento del absoluto”[3], no
critica la necesidad subjetiva que el hombre experimenta por tener ideas acerca
del mundo, del alma y de dios, expone que es una predisposición natural. Su
actitud es crítica lo lleva a un replanteamiento similar a Descartes con la
duda metódica. Para Kant la ciencia es el paradigma de aquello que ha de ser
válido para la filosofía como ciencia especulativa de los principios de
la razón.
Para Descartes, "Filosofía" significa el estudio de la
sabiduría, entendiendo por ello un conocimiento perfecto de todas las cosas que
el hombre puede conocer, "para la
conducción de su vida y la conservación de su salud y la invención de todas las
artes".
El siglo XIX Hegel, propone una dialéctica para la clasificación
del conocimiento, evidenciando el fracaso total de la metafísica. Para él la religión constituye solo el factor que determina el
desarrollo histórico de cada época, opina que para el pueblo sin educación la
religión es el elemento más presente, cuya tarea es manifestar el espíritu. Luego aparece la crítica de Marx y Engels a la
dialéctica hegeliana, es la dialéctica materialista el materialismo histórico,
y el Marxismo[4],
califican a la religión como el opio del pueblo.
Desde mediados del siglo XIX, el ateísmo se hace cada vez más evidente e
incluso militante. El filosofo alemán Ludwig Feuerbach, da la vuelta a la
dialéctica hegeliana, concediendo la primacía a la sensación frente a la razón.
Paralelamente invirtió la relación Dios–hombre. No es Dios quien ha creado al
hombre a su imagen y semejanza; es el hombre quien ha proyectado sus mejores
cualidades sobre el concepto de Dios. Del Engel señala “El Gran Problema Cardinal de toda la Filosofía, especialmente de
la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser”[5]sic.
Luego, Marx, en sus tesis sobre Ludwig Feuerbach, critica que la
filosofía se hubiera limitado a interpretar el mundo en vez de tratar de
cambiarlo. El estudio de la historia llevó a Marx a la conclusión de que las
estructuras sociales se van construyendo como muros protectores para evitar el
cambio de las relaciones de producción: la religión es el opio, como consuelo
adormecedor del pueblo.
En el siglo XX, el ateísmo se expresaría de las más diversas formas.
Para el psicoanalista Sigmund Freud, la religión es una proyección simbólica
del subconsciente, en la que Dios ocupa la imagen paterna. Para el positivismo
lógico del círculo de Viena, las proposiciones “Dios existe” o “Dios no existe”
carecen de sentido, y sobre ellas no es posible emitir juicio alguno. Para
Jean–Paul Sartre, el ateísmo es un presupuesto existencial, necesario a fin de
salvar la libertad humana.
PERIODO CONTEMPORÁNEO (siglo XIX a la actualidad)
En un intento por reformular los antiguos
concepciones sobre el conocimiento, la filosofía del siglo XX y hasta estos
días, se ocupa centralmente de “La Epistemología”[6] , en los trabajos de Martin Heidegger, Popper,
Lévi-Strauss y Bertrand Russell. De la misma manera la metafísica, se orienta
fenomenológicamente para apoyar el existencialismo de Jean-Paul Sartre y otros.
Para Martin Heidegger[7], la
filosofía es puramente ontológica. Para él resulta insuficiente el intento de
Husserl por esclarecer al Ser al entenderlo como la unidad de sentido, que se
llama “ESENCIA”. El ser es algo distinto de la esencia, pues ella es del ente
(óntico) y no del ser (ontológico). Esta diferencia constituye lo que Heidegger
llama la "Diferencia Ontológica".
Ferrater Mora, a su vez señala que la filosofía de hoy se divide en dos
direcciones principales: la dirección que resuelve el filosofar como una
actividad humana, y la dirección que aspira a una filosofía inquisitiva, de
objetos y métodos análogos a los adoptados por la ciencia, y que hace de la
filosofía un conjunto de conocimientos y proposiciones.
Desde una perspectiva científica en general el Ateísmo, está fundado por
doctrinas o actitudes que niegan la existencia de Dios. Esta concepción, niega
no ya la existencia de Dios, sino la de cualquier otra realidad que no sea la
meramente física, que se asocia al concepto de Ateísmo. Y, Por otra parte, las
doctrinas que afirman la existencia de Dios han dado lugar a tres posturas
básicas:
EL TEÍSMO
Característico de las religiones monoteístas, que afirman la existencia
de un Dios único, personal y trascendente. Sobre este particular Kant es bastante
crítico, pues declara como insuficientes las pruebas especulativas de la
existencia de Dios, considera imposible demostrar la existencia de un modo absoluto,
pero al mismo tiempo está convencido de la existencia de Dios y tiene una fe
libre de toda duda en el fundamento práctico que nunca podrá ser derribado.
EL PANTEÍSMO
Identifica a Dios con el todo con el universo, todo cuanto existe
participa de la naturaleza divina proponiendo a dios como inmanente al mundo.
EL DEÍSMO
Cree en un Dios creador del mundo al que le ha dado sus leyes, pero que
no interviene en el acontecer posterior a la creación y del que no es posible
conocer nada. Panteístas y deístas, sin embargo, han sido frecuentemente
acusados de ateísmo por los teístas.
En suma, el Ateísmo sólo adquiere significado entero en cuanto es opuesto a determinadas doctrinas y a un concepto específico de la divinidad. En último término, ante la imposibilidad de precisar un concepto de dios común a todas las religiones, suelen ser cuestiones no estrictamente relacionadas con la existencia o no de una realidad superior como la no creencia en la inmortalidad personal las que hacen que una persona sea considerada atea.
LA FILOSOFÍA Y SUS INTERROGANTES
La filosofía, constituye la expresión máxima del pensamiento del
hombre como ser cerebral e intelectual, y su perspectiva es dar respuestas coherentes
a las diversas interrogantes del hombre, sobre todo cuando se ha preguntado
acerca del origen del mundo, de la materia, del hombre, de la naturaleza del
alma, de la vida, y de la muerte. Y por tanto se define a la filosofía como la ciencia que se ocupa de responder las grandes
interrogantes que desvelan al hombre.
Sin embargo, la duda persiste y ante los problemas para aceptar que el
universo existió desde siempre; la tendencia se orienta, a sostener que en
cierto momento antes del llamado Big Bang, no existía nada. De ahí que para el
creyente sea más fácil acatar lo que propone la religión: "El espíritu
planeaba encima de las tinieblas y luego se hizo la materia". Del mismo
modo, si alguien se pregunta: ¿"dónde" residen los pensamientos?, en
verdad se está planteando la relación entre pensamiento y cerebro, es decir,
entre materia y espíritu. Asimismo, cuando se plantean las relaciones entre la
voluntad y el poder, siendo que el poder es lo material, y la voluntad lo
inmaterial o lo espiritual; y así cuando se plantean las relaciones entre la
"conciencia social", y las condiciones materiales de la
"existencia social".
El fundamento de la filosofía es el hombre y ello conduce siempre a
preguntas; que suelen presentarse bajo diversas formas y criterios. Sin
embargo, lo que en verdad cuenta aquí es el modo de plantear dichas relaciones,
y aunque abunde la diversidad de doctrinas y puntos de vista; sólo hay dos
respuestas posibles a esas interrogantes: Una respuesta de naturaleza
científica o Una respuesta de naturaleza no-científica.
De este modo, las definiciones filosóficas acerca del mundo y sus
consecuencias se pueden establecer dos principales corrientes de discusión
filosófica, cada una poseedora de sus propias verdades ellas son el “IDEALISMO
Y MATERIALISMO”.
Sin duda el hombre busca incansablemente respuestas a su origen y
destino, sobre lo cual los filósofos se han visto forzados a tomar partido por
una u otra de las respuestas. El hombre primitivo carecía de los medios
intelectuales necesarios para formularse tales preguntas y desconocía por completo
el mundo que lo rodeaba, y la prueba de ello es que atribuían a seres
sobrenaturales la responsabilidad de los sucesos que observaban.
Mas tarde, surge la idea de la inmortalidad del alma y de una vida
espiritual separada del cuerpo por fuera de la materia. En verdad, ya desde la
filosofía griega, y particularmente desde Platón, se comienza a oponer materia
y pensamiento.
Idealismo y Materialismo constituyen dos respuestas antagónicas a la
cuestión fundamental de la filosofía, evolución o creación. De modo que se
puede decir que el idealismo corresponde a la concepción no-científica del
mundo, y que el materialismo constituye pues la concepción estrictamente
científica. Las pruebas son aportadas por cada una de estas concepciones. Al
decir que en la experiencia se verifica la existencia de cuerpos o materia sin
pensamiento, tales como las piedras, madera, metales; pero hasta el momento, no
ha sido posible comprobar la existencia de un pensamiento o espíritu sin un
cuerpo.
Cada vez que se piensa en el mundo, se puede concluir que este puede ser
agrupado bajo diversas formas, sin embargo, dos categorías le representan de
mejor forma: "materia" y "espíritu". En este sentido se
puede señalar que la contradicción se vale de las palabras más diversas. Así,
para referirse al espíritu se emplea los términos de "pensamiento",
"alma", "ideas", "conciencia", lo mismo que al
referirse a la materia, se hace bajo términos tales como
"naturaleza", "tierra", "mundo", "ser",
etc. Federico Engels, refiriéndose a estas diferencias en su escrito sobre
Ludwig Feuerbach, las establece con precisión al llamar al "Ser",
materia, y al pensamiento "Espíritu.
Se refiere a la idea o representación simbólica que se hace de las
cosas. Existen ciertas ideas que surgen de los sentidos y se corresponden con
los objetos materiales; mientras que existe otro grupo de ideas que no dependen
de los datos suministrados por los sentidos, tales como la idea de Dios, del
alma, de la filosofía, del infinito, y que no poseen un correlato material.
Se refiere a todo aquello que puede ser captado por medio de los
sentidos y la percepción, y en general, consiste en todo aquello que rodea, y
que comúnmente es llamado "mundo exterior". Por ejemplo, cuando se
dice: "esta hoja de papel es blanca", sé sabe que es blanca gracias a
los sentidos, gracias a la percepción que suministra ese dato, y en esto
consiste la "idea". En cambio, la "materia", es lo que
constituye la hoja en sí misma.
Cuando los filósofos se plantean el problema de las relaciones entre
la materia y el espíritu, entre la conciencia y el cerebro, entre el ser y el
pensamiento; todas estas cuestiones pueden ser resumidas en una sola pregunta,
¿cuál es el elemento predominante y qué ha aparecido primero en todas estas
relaciones? La respuesta a esta pregunta conduce directamente a plantear una de
las cuestiones fundamentales de la filosofía.
Es preciso distinguir el ateísmo de otras dos doctrinas que a menudo se disfrazan
con él: agnosticismo y escepticismo. Algunos pensadores no niegan ni afirman la
existencia de Dios, pero consideran que no es posible llegar a ninguna
conclusión acerca de ello. Estos pensadores son denominados agnósticos, y entre
ellos se puede contar a los positivistas, que sólo afirman lo que es objeto de
la experiencia. Otros niegan la posibilidad de conocer cualquier verdad –son
los escépticos– y por consiguiente niegan la posibilidad de conocer la
existencia de Dios. Así pues, el ateo se diferencia del agnóstico en que no
admite siquiera la mera posibilidad de la existencia de Dios, y del escéptico
en que, aunque niegue a Dios, sí admite la posibilidad de conocimiento.
El
pensamiento filosófico del hombre ha transitado desde la necesidad de dar
respuesta a fenómenos inexplicables hasta el desarrollo de las ciencias y la filosofía,
pero siempre enfrentada a la necesidad de encontrar respuestas divinas, a fin
de intentar respuestas en busca de una verdad siempre esquiva, en este sentido
el hombre ha encontrado distintas vertientes a considerar una de las cuales es
el agnosticismo.
La filosofía
considera a Dios y particularmente a la religión como un problema, sin embargo,
no puede probar la contradicción entre si Dios existe, o no. Particularmente la
filosofía se apoya para sus deducciones en la razón, pues constituye la
búsqueda del saber, es decir todo lo problematiza, lo cuestiona, y establece la
duda. Se define entonces la creencia de que la existencia o no de Dios es un asunto superfluo en tanto que no forma parte esencial
de la condición humana, aunque sí lo sea de la cultura y de la historia humana.
Muchos no creyentes se definen como agnósticos antes que ateos. No creen
que dios exista, pero no están seguros de ello y entonces son renuentes a ser
llamados ateos. Una actitud común, es decir: “Tal vez hay algo allí afuera. A
fin de cuentas, no lo conocemos todo”.
Quienes profesan el agnosticismo no son necesariamente antirreligiosos,
siendo respetuosos de todas las creencias que proceden de una reflexión
individual y honesta, y no de un interés egoísta, de la desesperación o de la
presión del entorno. AGNÓSTICO, es
una palabra que proviene del griego (no) y gnosis (conocimiento),
entiende la fe sólo como una opción personal de cada individuo que él no
comparte.
Ambas palabras fueron acuñadas por el biólogo
Thomas Henry Huxley, en una reunión de la Sociedad Metafísica en 1869. En ella
definió a los agnósticos como a las personas que niegan tanto el ateísmo como
el teísmo y que aseguran que no es posible hallar respuesta a la duda
metafísica de la existencia de un poder superior o Dios. Desde entonces el término “agnóstico” también ha sido usado para designar
aquella persona que, aunque no considera que sea incognoscible la existencia de
Dios, cree que las evidencias a favor y en contra de la existencia de una
deidad no resultan concluyentes, por lo que se muestra indecisa sobre el tema.
La tercera Verdad filosófica conocida como Agnosticismo, sostiene no
es posible de conocer la verdadera naturaleza de las cosas y de la materia, y que
sólo se accede a sus apariencias. De ahí su nombre: Agnosticismo[8].
Según los filósofos agnósticos, nunca se sabrá con absoluta certeza si el
espíritu o la materia existen por sí mismas, porque sólo se conoce de ellas solo
sus apariencias. Un ejemplo es que los hombres primitivos creían que el Sol era
un disco rojo y aplanado, ya que así se les aparecía a sus sentidos.
En tanto los idealistas disputan con los materialistas la existencia
objetiva o subjetiva de la materia, los agnósticos sostienen que nada de esto
puede conocerse con certeza, pues sólo podremos conocer las apariencias. Los
sentidos; según sostienen los agnósticos, permiten conocer las cosas, sus
aspectos externos, sus apariencias, y esas apariencias existen y que en
términos filosóficos se denomina: "la cosa”.
La posición
del Agnóstico señala que su posición se expresa en que "los argumentos que
se presentan en favor de la existencia de Dios no permiten afirmar que
existe". Por otra parte, la posición del ateo es más terminante al señalar
que: "los argumentos que se exhiben en contra de la existencia de Dios
permiten afirmar que no existe".
EL agnóstico pone
el acento en la naturaleza, según él, no-conclusiva de la argumentación del
creyente. Propone, por principio, desconocer el referente teísta y suspender
cautelarmente el juicio definitivo sobre la posibilidad de saber si Dios existe
o no.
El punto del
agnóstico frente al creyente es tan formalista y tan teoricista en su actitud
de espera -dice que necesita pruebas concluyentes para decidir- que, de hecho,
su posición nominal no se corresponde con los esquemas de comportamiento vital
a los que cada uno de nosotros tiene que atenerse en el mundo de la praxis,
entendiendo por esta categoría no sólo lo que se hace, sino también la
estructura teórica y motivacional de lo que se hace.
La actitud
agnóstica, en su estricta formulación teórica, no pasa de aparecer como más
bien académica o vagamente verbal es lo que quiso decir Bertrand Russell al
declararse agnóstico teórico y ateo práctico. Cabe que quien se tome a sí mismo
por agnóstico sólo sea un creyente dudoso,
en cuyo caso es relativamente frecuente que se deba cambiar su autodefinición.
El agnosticismo, sin duda constituye una hipótesis muy seductora, y a
la vez, ampliamente difundida en estos días. Esta creencia ejerce su influjo en
muchos escritos, y su impacto se ha hecho sentir fuertemente en aquellas
filosofías que han decidido permanecer neutrales sin compromiso respecto del
problema fundamental “buscar la verdad”, y por ello mantener, una cierta reserva
respecto de la ciencia, ante la imposibilidad de conocer la verdadera
naturaleza de las cosas, tal como lo afirman los agnósticos, y si los
conocimientos quedan restringidos a la experiencia de las cosas; entonces no
será posible allí su existencia objetiva, y aún menos, saber si las cosas
existen por sí mismas.
Y si acaso existen otros medios para acceder al conocimiento de la "cosa en sí", como, por ejemplo, la fe
religiosa, el agnóstico no desea saberlo, ni considera que pueda ejercerse
algún derecho a ello. Así, en lo que concierne a la ciencia y a la vida
práctica, el agnóstico es un materialista; pero se trata de un materialista que
no acepta asumir la filosofía, y al mismo tiempo no desea polemizar con los
idealistas, ni tampoco enfrentarse a las religiones, y por ello, se trata de un
“materialista avergonzado” de su condición.
Ahora bien, las consecuencias que pueden extraerse de esta filosofía,
es que poniendo en duda el alcance de las proposiciones científicas, y no
viendo en ella sino a unas meras apariencias; el agnosticismo propone no tomar
en cuenta el contenido de verdad de las ciencias, y que, por lo mismo, toda
tarea de conocimiento es inútil, y, en consecuencia, debe renunciar a toda
forma de progreso.
En los diversos momentos de la historia humana, los hombres buscaron explicaciones
plausibles a los fenómenos que observaba, y la aceptación de esas distintas corrientes
del pensamiento, permitieron a la religión apropiarse del espacio, luego a
partir del progreso de las ciencias “la razón” logra un terreno trascendente en
la vida del hombre, logrando ocupar las capacidades de pensar y filosofar sobre
todo a partir de la duda metódica heredada de Descartes.
El estudio de las religiones, tiene el propósito de entender que los
hombres tiene el deseo irrefrenable de salvarse de un posible castigo divino y
que sólo en las religiones y particularmente en el cristianismo se encuentra su
salvación, mientras que para quienes han crecido en la fuente del pensamiento humano, al estilo de Feuerbach, el hombre ha
realizado su camino: primero creó a Dios y más tarde entendió que ello solo era
un peldaño en el conocimiento humano, al considerar a Dios como una creación
humana y por lo tanto como Feuerbach niegan su existencia así como la de
cualquier otro dios.
De la misma manera, a la gente no le gusta la
ciencia, pues ella desafía creencias arraigadas, lo que contraría su sentido
común, le desbarata sus doctrinas, le desmonta la perfección de los humanos
como creación divina; y, ante todo les daña el negocio a los que se lucran con
la ignorancia de las mayorías. En conclusión, Filosofías y Religión se
hayan estrechamente vinculadas en tanto contenido de la religión como tema
principal de la reflexión filosófica; y la filosofía como fundamentación
religiosa.
A partir de las discrepancias entre las dos tendencias, filosofía y
religión, surge como una forma propicia el Agnosticismo, pues frente a la duda
de lo que no se puede explicar no considera que pueda ejercerse el derecho a ser
dueño de la verdad. Y por lo que concierne a la ciencia y a la vida práctica,
el agnóstico es un materialista; pero se trata de un materialista que se
muestra renuente a asumir su filosofía, y al mismo tiempo no quiere polemizar
con los idealistas, ni tampoco enfrentarse a las religiones, y por ello, se
trata de un “materialista avergonzado de serlo” o de un “religioso avergonzado
de serlo”.
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[1] Ateísmo: en un sentido amplio, es la no creencia
en deidades u otros seres
sobrenaturales
[2] Summa
Teológica
[3] Prolegómenos Immanuel Kant Sarpe
1984 pág. 43 a 52
[4] Posición de Marx
sobre la Religión y la filosofía
[5] Ludwig Feuerbach y el fin de la
filosofía clásica alemana Por Federico Engels
[6] Epistemología: rama de la filosofía que
trata de los problemas filosóficos que rodean a la teoría del conocimiento.
[7] ¿Es considerado como uno de los dos o tres filósofos que más
influyeron en las ideas de los más grandes pensadores del siglo XX? Sartre,
Habermas, Foucault, Lacan y Derrida)
[8] del griego a partícula negativa, y gnosis-
conocimiento, que alude en este caso a la incapacidad de conocer
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